Toxicidad: Las aguas contaminadas pueden “feminizar” a los machos

Para la evaluación de la toxicidad de las distintas sustancias que puede contener el medio acuático, nace la ecotoxicología, que estudia los efectos de los agentes físicos y químicos sobre los organismos vivos. En este sentido, un estudio reciente de biólogos británicos de las universidades de Exeter, Brunel y Redding revela la presencia de bloqueadores de testosterona en los ríos británicos que afectan a la fertilidad de los peces. Este estudio indica la existencia de un nuevo grupo de sustancias químicas, que actúan como antiandrógenos, bloqueando las hormonas sexuales masculinas de los peces en su entorno natural.

 

[Grupo de Ingeniería Química. Universidad de Alcalá]

Para la evaluación de los efectos de la presencia de sustancias químicas en el medio ambiente nace la ecotoxicología. Esta rama científica, definida por Butler en 1978, estudia y analiza los agentes químicos y físicos sobre los organismos, con particular atención a poblaciones y comunidades.  Estos efectos pueden ser tanto de inhibición como de magnificación, evaluados por la reacción de los organismos, tales como muerte, crecimiento, proliferación, multiplicación, cambios morfológicos, fisiológicos o histológicos.

 

Los efectos pueden manifestarse a diferentes niveles, desde estructuras subcelulares o sistemas de enzimas, hasta organismos completos, poblaciones o comunidades. Por tanto, la toxicidad será la capacidad de una sustancia para ejercer un efecto nocivo sobre un organismo o la biocenosis, y dependerá tanto de las propiedades químicas del compuesto como de su concentración, según sea la duración y frecuencia de la exposición al tóxico, y su relación con el ciclo de vida del organismo.

 

La toxicidad se diferencia en función del grado de exposición al que se sometan los organismos. Por una parte encontramos la toxicidad aguda, que se produce cuando el efecto se manifiesta de manera inmediata. Por otra parte, tenemos la toxicidad crónica, que se produce cuando un organismo ha estado expuesto de manera constante a una sustancia durante un cierto periodo (del 10% al 100% del periodo de vida), y al cabo del cual, aparecen los efecto de esa sustancia.

 

Para la evaluación de esta toxicidad se realizan bioensayos, consistiendo en un experimento en el cual un tejido vivo, organismo o un grupo de ellos son expuestos a determinadas concentraciones del tóxico durante un determinado tiempo. Los bioensayos se utilizan como herramienta técnica de control y monitoreo de la contaminación ambiental, especialmente para el control de la contaminación de las aguas.

 

De manera muy general, existen 5 tipos de bioensayos utilizados a nivel mundial para determinar la toxicidad agua de las sustancias:

 

         BACTERIAS: Se realiza con diferentes especies, siendo una de de ellas Vibrio fischeri, quizá la más estandarizada. El test se basa en la reducción de la bioluminiscencia como consecuencia de la exposición a la sustancia tóxica.

         MICROALGAS: El método se centra en la determinación de la inhibición del crecimiento de las algas como consecuencia de la acción de uno o varios agentes tóxicos. Entre las especies utilizadas están Selenastrum capricornotum, Chlorella vulgaris o Scenedesmus subspicatus. 

         CRUSTÁCEOS: Las especies más utilizadas son cladóceros del género Daphnia. El bioensayo se basa en la inmovilización de estos crustáceos como consecuencia de la presencia de una sustancia tóxica.

         PECES: Al igual que en las microalgas, también se utilizan diferentes especies para evaluar la toxicidad aguda, como el pez cebra, la carpa común o la trucha arco iris. El ensayo consiste en la exposición de los huevos de estas especies a la sustancia tóxica para su posterior observación y evaluación (mortalidad, movimiento, crecimiento, deformaciones, etc.).

         MAMÍFEROS: Al igual que en los anteriores ensayos, los mamíferos son expuestos a diferentes tóxicos, estudiando diversas variables como la mortalidad, pérdida de peso, daño interno del órgano, alteraciones, etc.

 

Dentro de este campo, una reciente investigación, realizada por los científicos británicos de las universidades de Exeter, Brunel y Redding, plantea la hipótesis que la presencia de bloqueadores de testosterona puede estar afectando a la fertilidad masculina. Estos hallazgos, publicados en la revista Environmental Health Perspectives, se han obtenido con el estudio de más de 1000 ejemplares capturados en 30 ríos ingleses, en puntos de vertido de aguas residuales. Se ha demostrado estadísticamente que existe un nuevo grupo de sustancias químicas que actúan como antiandrógenos, bloqueando las hormonas sexuales masculinas en su entorno natural. Estos antiandrógenos, que inhiben la función de la testosterona,  se encuentran en numerosas medicinas, como los tratamientos contra el cáncer o los pesticidas.  

 

 

Con anterioridad, el mismo grupo de investigación identificó que los estrógenos femeninos (componentes de la píldora anticonceptiva) estaban dañando también la fertilidad masculina, causando la disgenesia o feminización testicular. Se ha comprobado que este fenómeno es consecuencia no sólo de una sustancia química, sino de una mezcla de muchas de ellas vertidas al medio ambiente. La solución es la identificación de estas sustancias y su regulación en la producción y en el vertido al medio ambiente.

 

Fuentes:

 

· “Las aguas contaminadas “feminizan” a los machos”. El Mundo, 20 de enero de 2009. Pg. 31. Sección de Ciencia.

 

· Ensayos toxicológicos y métodos de evaluación de calidad de aguas
estandarización, intercalibración, resultados y aplicaciones.
Edited by Gabriela Castillo. IDRC/IMTA 2004. ISBN 9-68553-633-3. e-ISBN 1-55250-147-7. 202 pp.

 

 

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