China afronta una gran sequía tan solo un año después de las nevadas más intensas en medio siglo

El dicho tradicional de “el tiempo está loco” nos remite a su naturaleza cambiante. Sin embargo, las continuas noticias que recibimos desde diferentes puntos del mundo apuntan a una mayor frecuencia de los cambios, con variaciones más radicales. Como ejemplo candente, China experimenta un importante sequía tan solo un año después de sufrir las nevadas más intensas en medio siglo.

 

[Grupo de Procesos y Sistemas de Ingeniería Ambiental, Universidad Autónoma de Madrid]

Un año después de haber sufrido las peores nevadas en medio siglo en el sur del país, China vuelve a sufrir un invierno complicado, pero esta vez por la escasez de lluvia y nieve -también la peor en 50 años- en su mitad septentrional, lo que pone en aprietos a su agricultura y a la economía en general. «Desde comienzos del invierno, en muchas zonas del norte no ha llovido ni nevado desde hace ochenta días. En algunos lugares, llevan más de cien», reconoció hoy en rueda de prensa el secretario general de la Oficina de Control de Inundaciones y Alivio de Sequías de China, E Jingping. «Según los meteorólogos, se trata de la peor escasez en treinta, quizá cincuenta años», econoció, aunque E Jingping prometió aumentar los esfuerzos gubernamentales para hacer frente al problema.


Al menos 4,37 millones de personas y 2,1 millones de cabezas de ganado padecen la escasez de agua, que también afecta a más de 10 millones de hectáreas de cultivo de trigo y otros cereales en la zona, una de las principales bases de producción de grano para el país. La sequía está comenzando a tener efectos negativos en la economía nacional, ya de por sí decaída por los efectos de la recesión mundial, con un progresivo aumento de los precios del cereal que amenaza con extenderse a otros productos.

El precio del trigo ha llegado a subir un 6 por ciento en un mes en el mercados de futuros de Zhengzhou (centro del país) La semana pasada, el Gobierno chino declaró la «alerta roja» por la sequía, mientras el primer ministro chino, Wen Jiabao, y el presidente, Hu Jintao, aparecían públicamente para pedir a los gobiernos locales que dieran prioridad a la asistencia de los afectados.


En los últimos días, hasta se ha recurrido en siete divisiones administrativas chinas a la lluvia artificial -bombardeando las nubes con nitrato de plata- para intentar aliviar al menos ligeramente la sequía, mientras Pekín ha anunciado un gasto extraordinario de 12.000 millones de dólares para ayudar a los campesinos afectados. También se ha recurrido la pasada semana al trasvase de agua de los dos mayores ríos de China, el Yangtsé y el Amarillo, para regar campos sedientos en las provincias de la costa este.

Algunos expertos han asegurado que una insuficiente política de ahorro de agua en China, unida a la contaminación y a unos sistemas de irrigación obsoletos, han contribuido a agravar la situación.



El responsable de lucha contra sequías e inundaciones del Gobierno chino reconoció hoy que gran parte de las instalaciones de riego chinas son de los años 60 y 70 y están en mal estado, aunque aseguró que el clima ha sido el principal causante de la sequía.

”Y no sólo la falta de lluvias, sino también el frío intenso que ha habido este invierno están provocando problemas”, añadió E Jingping. «En muchas provincias la temperatura ha sido durante tres veces este invierno de entre 8 y 12 grados bajo cero, a veces hasta 20 bajo cero. Ello congeló algunos de los sistemas de riego, lo que impidió hacer llegar el agua a los cultivos», aseguró. E Jingping reconoció que pese a que China espera un retorno a las precipitaciones de otros años en marzo, los problemas de abastecimiento se prolongarán a buena parte de la primavera, al tener que utilizarse en las próximas semanas las reservas de agua preparadas para meses más calurosos.

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