Lluvia en el sur de España: al período más seco de los últimos tiempos le sucede el más húmedo
El sur de España registró hasta el otoño pasado uno de los períodos de sequía más preocupantes de los últimos tiempos. El mes de diciembre trajo consigo un período continuado de precipitaciones que lo han convertido en el más lluvioso del siglo en algunas zonas de Andalucía. Otras zonas como la Cuenca del Segura, o las emblemáticas Tablas de Daimiel, han corregido su situación alcanzando niveles de agua muy poco frecuentes.
[Grupo de Procesos y Sistemas de Ingeniería Ambiental, Universidad Autónoma de Madrid]
Las precipitaciones acumuladas desde el pasado mes de diciembre en Andalucía están convirtiendo a este año en el más lluvioso no sólo de lo que va de siglo XXI, sino también de todo el siglo XX, sobre todo, en lo que concierne a la vertiente Atlántica y Mediterránea. Así lo ha definido la Asociación Meteorológica Española. La situación debe interpretarse en términos de las precipitaciones acumuladas durante los últimos tres meses, desligándose de los episodios de inundaciones. En el pasado se registraron también en Andalucía temporales similares a los que recientemente han tenido lugar, si bien es cierto que en las últimas décadas se han llevado a cabo medidas para amortiguar el efecto de las inundaciones.
El resultado de las lluvias acumuladas no sólo es patente en los embalses, sino también en espacios naturales como Doñana, donde la capa superior del acuífero Almonte-Marismas se encuentra actualmente al cien por cien de su capacidad, con niveles de
encharcamiento que no se alcanzaban desde el año 1996. La continuidad de las lluvias en los últimos días está incluso conduciendo al encharcamiento de zonas que no lo hacían desde hace más de 20 años. El estado de la capa superior permitirá también la recuperación paulatina de las capas inferiores del mismo. Sin embargo, es prácticamente inviable que se alcance el cien por cien de la capacidad máxima de carga debido a las importantes extracciones para el regadío y el abastecimiento humano. Para ello se precisaría de años lluviosos frecuentes, en lugar de los ciclos extremos que caracterizan a Andalucía. Así, mientras que los años 90 y 95 y luego 2005 fueron muy secos, en 1996 y 2004 se registraron abundantes lluvias.
Más al norte, en Castilla La Mancha, el estado de las Tablas de Daimiel ejemplifica también el resultado del régimen favorable de lluvias. El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel se encuentra inundado en su práctica totalidad, con más de 1.700 hectáreas de terreno encharcadas, una situación que no se daba desde junio del año 2004, y antes de esta fecha habría que remontarse a 1988. Según corroboraron fuentes del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, la entrada de agua que desde principio del mes de enero está registrando el parque nacional ha provocado la inundación total del espacio protegido, gracias al aporte a través del río Gigüela, los arroyos de su entorno y el agua trasvasada desde los pantanos de la cabecera del río Tajo. La situación hídrica favorable ha provocado que se esté produciendo el encharcamiento remontante en el cauce del río Guadiana, una vez que los gestores del parque decidieron abrir ayer las compuertas del molino de Molemocho. Esto significa que el agua, como consecuencia de la retención que existe en la presa de Puente Navarro, es capaz de retroceder por el cauce seco del río Guadiana inundando parte de él. La inundación del parque ha permitido la extinción de los incendios subterráneos de turba debidos a la situación anterior de extrema sequía y que desde que desde el pasado verano venían manteniéndose. El grado de inundación actual permitirá contribuir a la extinción definitiva de los focos que aún quedan activos en las proximidades de los límites administrativos del parque nacional.
Finalmente, la mayor sequía conocida que ha sufrido la cuenca del Segura es ya cosa del pasado por el aumento de las lluvias y las aportaciones hídricas recogidas en los embalses desde comienzos de año, que hace pasar de la situación de prealerta a la de normalidad, según ha estimado la confederación Hidrográfica del Segura (CHS). Como muestra del drástico cambio de la situación, el pasado mes de febrero hubo unas aportaciones de 150 hectómetros cúbicos de agua, más que en todo el año hidrológico 2007-2008, según el organismo de cuenca. A esta situación de bonanza hídrica se une que la cuenca del Tajo, también ha abandonado la situación de sequía, lo que facilitará los próximos envíos a través del acueducto Tajo-Segura. El cambio permitirá la mejora de la situación ambiental, así como que los regantes puedan emplear el agua recogida paliando en parte los efectos del riego acumulado con aguas de alto contenido salino.