Los cambios en el Atlántico Norte traerán más sequias a la península ibérica

Los cambios en la circulación atmosférica de la Oscilación del Atlántico Norte (OAN) provocados por el cambio climático traerán a la península Ibérica más sequía, olas de calor más frecuentes y menos recursos hídricos. Ésta es una de las conclusiones del congreso sobre los impactos socioeconómicos, hidrológicos y ambientales del principal modo de circulación atmósférica que afecta a la región mediterránea, que se celebró la semana pasada en el Edificio Paraninfo de la Universidad de Zaragoza.

[Grupo de Ingeniería Química y Ambiental (GIQA) Universidad Rey Juan Carlos]

Durante este encuentro, organizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), más de un centenar de expertos de distintas universidades y centros ambientales de Europa profundizan sobre la variabilidad de la Oscilación del Atlántico Norte y su repercusión en la vida diaria de los ciudadanos de la región mediterránea.

De este fenómeno dependen los flujos del viento, la nubosidad, la trayectoria de las borrascas, las precipitaciones, las sequías o los deslizamientos de terreno, ha explicado a EFE Sergio Vicente, científico del CSIC.

«La oscilación del Atlántico Norte ha provocado que este invierno sea el más extremo, desde que se dieron registros de este modo de circulación atmosférica, con olas de frío en europa central o las inundaciones en parte de la Península Ibérica», ha comentado.

La variabilidad de este fenómeno, que se sitúa entre Islandia y la península Ibérica, determina que haya etapas meteorológicas en las que la presencia de borrascas sea de mayor o de menor intensidad provocando distintos impactos en la región mediterránea, ha manifestado.

De ahí que los estudios sobre el cambio climático se interesen por conocer las variaciones futuras que puedan producirse en el modelo de circulación regional para vaticinar las consecuencias sobre el clima.

Vicente ha indicado que los modelos de cambio climático predicen, aunque «con cierta incertidumbre», que la Oscilación del Atlántico Norte determinará una menor llegada de borrascas y altas presiones, lo que conlleva más olas de calor y sequías más frecuentes, aunque, ha precisado, «no es seguro al cien por cien».

Por su parte, el profesor de Climatología de la Universidad de Portugal, Ricardo Trigo, ha esaltado el impacto socioeconómico de este fenómeno en la agricultura, en las energías renovables, en la fauna y flora o en los caudales de los ríos.

Estos efectos, especialmente los relacionados con la reserva hídrica, son más notables en primavera que en invierno, ha apuntado Trigo.

Este congreso, ha sido organizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con la Universidad de Zaragoza, la Agencia Estatal de Meteorología, el Gobierno de Aragón, el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Fundación Europea de Ciencia.

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