La UE continúa en su lucha por el tratamiento de las aguas residuales

La Comisión Europea impone que las aguas residuales se recojan y traten en cualquier zona que genere una contaminación de las aguas equivalente a la de una población de más de dos mil personas, asegurando el grado de cumplimiento mediante medidas ejecutivas rigurosas. Entre 2007 y 2013, se habrán gastado unos 14.000 millones de euros en toda la UE en infraestructura de recogida o tratamiento de aguas residuales con el objetivo es garantizar que los residuos industriales y humanos no afecten negativamente a la salud humana y al medio ambiente.  Las próximas etapas a realizar consistirán principalmente en que la Comisión asistirá a los Estados miembros mediante la financiación de proyectos recurriendo a los Fondos de cohesión. En cuanto al cumplimiento, la Comisión adoptará medidas dinámicas a efectos de la colaboración con los Estados miembros, cuando sea posible, y seguirá tomando medidas legales contra los países que se queden atrás en su aplicación.

[CyPS-UCM-Grupo de Catálisis y Procesos de Separación]

La Directiva sobre las aguas residuales urbanas de la Comisión Europea dispone que las aguas residuales se recojan y traten en cualquier zona que genere una contaminación de las aguas equivalente a la de una población de más de dos mil personas. Hay casi 23 000 zonas de este tipo en la UE-27, que producen una carga contaminante de las aguas residuales total de aproximadamente 550 millones de equivalentes habitante. La Directiva propone el tratamiento biológico de las aguas residuales (tratamiento secundario) y tiene que procederse a un tratamiento más riguroso en las zonas acuáticas especialmente sensibles, que exigen un grado de protección más alto.

En los Estados miembros de la UE-15, la Directiva tenía que aplicarse plenamente en el momento del informe, pero se concedieron prórrogas a los países de la UE-12 en sus tratados de adhesión. En 2007/2008, el plazo para aplicar totalmente la Directiva aún no había concluido en Bulgaria, Chipre, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia y Rumanía.

Un estudio de la Comisión realizado el año 2000 calculó que se invertirían unos 152.000 millones de euros en infraestructuras de tratamiento de las aguas residuales a lo largo del período 1990-2010. Los fondos de la UE son fundamentales para la financiación de las infraestructuras de recogida y tratamiento, especialmente en la UE-12. Los fondos han ayudado anteriormente a países como Irlanda, España, Italia y Grecia a conseguir enormes mejoras desde la década de 1990, llegándose a cuadruplicar las cifras de tratamiento secundario en algunos casos.

La UE mejora el grado de cumplimiento mediante medidas ejecutivas rigurosas. En 2007, por ejemplo, la Comisión presentó demandas contra Bélgica, España, Luxemburgo y el Reino Unido en relación con la Directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas.

En diciembre de 2011, se ha emitido un comunicado de prensa en el que se informa que entre 2007 y 2013, se habrán gastado unos 14.000 millones de euros en toda la UE en infraestructura de recogida o tratamiento de aguas residuales en virtud de la Directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas, cuyo objetivo es garantizar que los residuos industriales y humanos no afecten negativamente a la salud humana y al medio ambiente. El último informe sobre la aplicación de la Directiva, correspondiente al período de 2007/2008, indica que se está progresando adecuadamente, pero todavía pueden mejorar los índices de cumplimiento en materia de recogida y tratamiento. Este es el sexto de los informes de ejecución de esta Directiva. Transcurridos veinte años, la situación del tratamiento de las aguas residuales en Europa ha mejorado considerablemente.

El informe revela que los Estados miembros más antiguos de la UE (UE-15) han mantenido unas buenas normas de tratamiento de las aguas residuales y han mejorado el tratamiento de aguas sensibles, mientras que los nuevos Estados miembros (UE-12) han mejorado globalmente la recogida y el tratamiento.

Las principales conclusiones del informe son las siguientes:

– La mayoría de los sistemas de recogida de aguas residuales urbanas de la UE-15 es muy eficaz y capta el 99% de sus aguas objetivo.

– La superficie total designada como sensible (eutrófica o con riesgo de eutrofización) y que requiere un tratamiento más riguroso se ha incrementado del 68 % al 73 % desde el último informe. Esto podría indicar en parte un aumento de las aguas eutróficas, pero también que los Estados miembros reconocen y protegen mejor sus aguas sensibles.

– Sigue habiendo grandes diferencias en cuanto a la aplicación de un tratamiento más riguroso de las aguas, pero se han alcanzado unos índices de cumplimiento muy altos en Austria, los Países Bajos y Alemania; se registraron mejoras en Dinamarca, Finlandia, Francia, Luxemburgo y Suecia y, en la UE-12, en Lituania sobre todo.

– El tratamiento de las aguas residuales está muy avanzado en las grandes ciudades y existen instalaciones de tratamiento más riguroso del 77 % de esas aguas residuales. No obstante, algunas ciudades siguen sin tener un tratamiento adecuado, de las cuales cuatro se encuentran en la UE-15: Barreiro/Moita y Matosinhos (Portugal), Fréjus (Francia) y Trieste (Italia).

– Las próximas etapas a realizar consistirán principalmente en que la Comisión asistirá a los Estados miembros mediante la financiación de proyectos recurriendo a los Fondos de cohesión; otras instituciones de la UE también desempeñan un papel importante en la financiación, como el Banco Europeo de Inversiones (BEI). En cuanto al cumplimiento, la Comisión adoptará medidas dinámicas a efectos de la colaboración con los Estados miembros, cuando sea posible, y seguirá tomando medidas legales contra los países que se queden atrás en la aplicación, sobre todo cuando presenten graves retrasos.

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