Una noria, una presa, una acequia, un puente…¿qué tienen en común?

Efectivamente y como muchos habréis pensado: el AGUA. Estos elementos, entre otros muchos tipos, se idearon y construyeron para poder hacer frente a las diferentes necesidades que los humanos hemos tenido en relación a los recursos hídricos a lo largo de la historia. Además, en un país como España, en el que los recursos hídricos están irregularmente repartidos, existiendo fuertes períodos de sequías en determinadas zonas, la proliferación de este tipo de elementos ha sido muy relevante. En los medios áridos y semiáridos el agua es un elemento de diferenciación paisajística, estando presente en el desarrollo de la vida y de las sociedades, elaborándose una fuerte Cultura del Agua (Hervás y Tudela, 2012). En torno al agua, tal y como afirma Cantero (1997), se desarrolla la vida doméstica, la economía, los rituales y el ocio, quedando una huella plasmada en el territorio, en forma de técnicas de aprovechamiento y gestión, que lo humaniza.

[Alberto Blanco González, IMDEA Agua – Universidad de Alcalá]

Estos elementos forman parte de nuestro patrimonio cultural, y como tal, deben protegerse y conservarse para que no se pierda y deteriore su valor histórico. El patrimonio cultural del agua, tal y como afirman Hermosilla et al. (2004), es el conjunto de elementos materiales, inmateriales y simbólicos que dan fe del uso secular que las comunidades han realizado de los recursos hídricos, en un territorio concreto. Existen algunos ejemplos de este tipo de patrimonio que, debido a su alto valor estético y turístico, como el acueducto de Segovia, no necesitan una especial protección, mientras que otros elementos, como pequeñas presas, sistemas de acequias o molinos, han sufrido y siguen sufriendo los efectos del abandono, el avance de los sistemas agrícolas intensivos y la ausencia de normativa relacionada con el patrimonio del agua (Mata y Fernández, 2010).  Esta falta de una legislación implícita sobre la protección del patrimonio del agua, al igual que ocurre con otros tipos de patrimonios como el geológico, que no ha estado contemplado en ninguna ley medioambiental hasta la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y Biodiversidad (Vegas et al. 2012), choca con una afirmación que aparece en el año 2000 en la Directiva Marco del Agua, en la que se constata que el agua no es un bien comercial como los demás, sino un patrimonio que hay que proteger, defender y tratar como tal (Directiva 2000/60/CE).

 

Los diferentes elementos que forman parte del patrimonio del agua pueden dividirse en:

–          Captación de agua: fuentes, manantiales, pozos…

–          Distribución de agua: canales, acequias, acueductos, tuberías…

–          Almacenamiento de agua: embalses, depósito, almenaras, estanques…

–          Usos específicos del agua: molinos, lavaderos, abrevaderos…

–          Comunicaciones: puentes, cañadas…

Figura 1 Ejemplos de patrimonio del agua. a) Detalle del acueducto de Segovia; b) Vista de la ubicación y tamaño del acueducto de Segovia; c) Molino de agua abandonado en Francia; d) Acequia de riego en desuso y en riego de desaparición.

Desde el Instituto IMDEA Agua y la Universidad de Alcalá se ha elaborado un inventario del patrimonio cultural del agua de la Comunidad de Madrid. Para ello se han utilizado las planimetrías elaboradas por el Instituto Geográfico y Estadístico de España (el actual Instituto Geográfico Nacional) a finales del siglo XIX y principios del XX para su posterior comparación con el patrimonio existente en la Comunidad.

De esta manera se podrá establecer el grado de deterioro que presentan los diferentes elementos del patrimonio del agua de la Comunidad de Madrid, para posteriormente poder proponer una serie de medidas de protección y conservación según un sistema de valoración aplicado a cada uno de estos elementos.

Puesto muchos de los elementos del patrimonio hidráulico han desaparecido de las cartografías modernas y su búsqueda usando Google Earth es muy complicada si no se es un buen conocedor del territorio, para este trabajo se va a contar con algunas de las numerosas asociaciones de protección del patrimonio y de la naturaleza de la Comunidad de Madrid, ya que son las que mejor conocen sus propios municipios y comarcas.

Bibliografía

Cantero, P. A. 2005. Arquitectura del Agua: el espacio del agua. Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, 18. pp. 86-92.

Directiva 2000/60/CE. Del Parlamento Europeo y del Consejo por la que se establece un marco Comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas.

Hermosilla, J., Iranzo, E., Pérez, A., Antequera, M., Pascual, J.A. 2004. Las galerías drenantes de la provincia de Almería: análisis y clasificación tipológica. Cuadernos de Geografía. 76, pp. 126-153.

Hervás, R. M., Tudela, R. 2012. El agua como patrimonio: educación y museos del agua. Patrimonio hidráulico y cultura del agua en el Mediterráneo. Ed. Fundación Séneca.

Vegas, J., Alberruche, E., Carcavilla, L., Díaz, E., García, Á., García, A., Ponce de León, D. 2012. Guía metodológica para la integración del Patrimonio Geológico en la evaluación del impacto ambiental. IGME.

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