En busca de peluquerías ecológicas: moda o necesidad

La búsqueda de productos y servicios a favor de la ecología, ha llegado a diferentes tiendas de moda. Actualmente existen establecimientos, que no solo venden ropa o bolsos ecológicos  sino además se están diseñando establecimientos o tiendas teniendo presente los aspectos medioambientales.  En esta línea, en los últimos meses, ha comenzado a dirigirse la atención a las peluquerías lugares donde algunas personas buscan acondicionar o cortar el pelo, o estar a la última moda en estilos de peinado, pero en escasas ocasiones se piensa en el impacto medioambiental de los salones de peluquería. Este tema no es baladí, pues debemos tener presente que cada día un gran número de personas pasan por alguno de los 35.000 salones de peluquería que existen en España, y que da empleo a unos 108.000 profesionales y lo que supone una facturación del 0,4% del PIB.

He de reconocer que cuando he estado en algunas peluquerías, y mientras esperaba que me atendieran, me he detenido en sus aspectos medioambientales pues con solo una mirada se puede comprobar que existen: importantes consumos de agua, eléctricos, generación de diferentes tipos de residuos: tubos de tintes, lacas, esmaltes, etc. En el mundo sólo un centenar de salones se preocupa por ser ecológicos y tienen en cuenta desde el reciclado de productos, hasta el gasto de agua en los aparatos de lavado de cabeza o de energía en el secado de cabezas.

Hace unos día leía que el grupo de cosmética L’Oréal España ha invertido 1,5 millones de euros en la puesta en marcha del proyecto denominado Academia Verde. Que emana de la División de Productos Profesionales de la compañía, que comercializa en peluquerías las marcas L’Oréal Professionnel, Kérastase, Kéraskin, Redken, Matrix y Pureology. Para la creación de esta academia eco-sostenible, situada en la sede en Madrid de la empresa, se han utilizado las más modernas tecnologías siguiendo criterios de sostenibilidad para garantizar la mejor atmósfera laboral y fomentar comportamientos responsables. Se trata de una academia verde de peluquería, cuyo objetivo es formara  profesionales de los más de 13.000 salones que utilizan sus productos.

Dando ejemplo de este compromiso ambiental, se climatiza mediante la aplicación del denominado “frio solar”  , una tecnología que permite integrar calefacción, refrigeración y agua caliente en un mismo sistema, minimizando el impacto ambiental. Este sistema se ve complementado por un tratamiento de deshumidificación del espacio interior, de modo que la calidad del aire y la cantidad de humedad en el ambiente sean siempre las adecuadas. Los muebles y parte del pavimento se han elaborado con ecomat, un material que se obtiene del plástico reciclado en combiación con huesos de aceitunas. Las instalaciones emplean madera FSC, el acero y aluminio reciclado, utilización de placas constituidas por un 65 por ciento de fibras de abeto y un 35 por ciento de aglomerantes minerales, cerámica y pintura fotocatalítica, anticontaminante, autolimpiante y antibacteriana completan esta apuesta.

El reciclado de productos es uno de los puntos fuertes de este espacio. Se ha creado el muro de reciclado, una pared de vidrio donde se pueden depositar todos los envases empleados como plástico, papel, cartón, aerosoles, vidrio y aluminio. También, el aprovechamiento y la reutilización del agua cobran un papel protagonista a través de una lámina de agua reciclada y de la reducción del caudal de los aparatos de lavado de cabeza se ha reducido a 6,8 litros por minuto, con lo que se ha optimizado el consumo de agua.

En el sentido del proyecto Academia Verde, la División de Productos Profesionales de L’Oréal está estudiando con un fabricante un modelo de secador que durará cinco veces más que uno normal, con el mismo consumo y con más potencia que uno convencional. De esta manera, el trabajo se hará en menos tiempo y con el consiguiente ahorro de energía.

De acuerdo a L’Oreal, actualmente la instalación de un salón sostenible viene a costar un 15 por ciento más que uno convencional, pero este precio se verá paulatinamente abaratado por los cambios legislativos, la innovación en materiales y el ahorro económico a medio y a largo plazo, según ha informado “Didier Tisserand” responsable de la marca francesa.

He comenzado a investigar en que países han comenzado han aplicarse un compromiso medioambiental, he encontrado con Francia que registra aproximadamente un millón de clientes diarios en las peluquerías. Los salones franceses consumen 8 millones de m³ de agua anuales y 600.000 Megavatios de electricidad,  de los cuales, el 80% se debe al secado del cabello, tambiém se generasn residuos químicos. Tal y como comenta el presidente de las Instituciones de Peluquerías francesas, «cortar el pelo nunca fue una actividad contaminante, pero con un millón de clientes diarios, esto representa un conjunto de pequeñas fuentes de contaminación y, por lo tanto, se convierte en un reto».

Considero que sería muy importante que determinados salones de peluquería de gran reconocimiento fuesen introduciendo medidas ambientales. Para finalizar, solamente recordar que  desde la prehistoria y la edad antigua, el pelo ha sido objeto de interés. Podemos afirmar que fueron los antiguos egipcios  quienes fueron los precursores de los salones de peluquería pues ya, utilizaban tintes, entre ellos henna consiguiendo tonos rojizos o caobas, o creando pelucas. Esta civilización surgió al lado de un río como el Nilo y tuvo presente el equilibrio con la naturaleza. Tal vez esto no lo debamos olvidar.