La búsqueda de matices en la sociedad de la comunicación y la imagen

Desde hace tiempo, asistimos como actores y actrices de reparto al «gran teatro del mundo», que es la sociedad de la comunicación y la imagen, donde se nos asigna un guión o papel que transmitimos, representamos, o comunicamos haciendo uso de un lenguaje verbal y no verbal, pero que en ocasiones no hemos leído ni reparado para buscar matices y tomando nota de los pequeños detalles, que son esenciales. Esto me ha hecho recordar, que desde hace décadas al tradicional lenguaje verbal, se ha sumado la importancia de la “imagen que transmitimos” así junto a la comunicación verbal, y que hemos de tener presente el tono de la voz y el nuestro lenguaje corporal, como nos mostró Amy Cuddy: El lenguaje corporal moldea nuestra identidad.

Gente Mensaje Hablando Concepto de Comunicación — Foto de Stock

Entre los estudios más difundidos están los realizados por Albert Mehrabian que establecen a través de su famosa regla del 7%-38%-55%, que estable que:

  • El 7% de la comunicación se transmite a través de las palabras.
  • El 38% se transmite a través del tono de voz.
  • El 55% se transmite a través del lenguaje corporal

Otros expertos como Ray Birdwhistell, antropólogo estadounidense también estudió la comunicación no verbal,  desarrollando la teoría de la kinésica, que se enfoca en el estudio del lenguaje corporal. Así los movimientos de la cara y el cuerpo brindan datos sobre la personalidad y el estado emocional de los individuos: el rostro, por ejemplo, puede expresar alegría, miedo, asombro, tristeza, etc. La postura corporal transmite la actitud en la interacción con los demás: tensión, interés, aburrimiento, etc. También es destacable Paul Ekman psicólogo estadounidense que estudió las expresiones faciales y las emociones universales. Aunque su pensamiento en cuanto a las emociones universales ha sido objeto críticas y debates en la comunidad científica, entre estas críticas están la variabilidad cultural o la contextualización influenciadas por el contexto cultural y social en que se experimentan.

En torno a lo anterior, han surgido múltiples estudios, cursos o programas  donde se nos enseña la importancia de la comunicación no verbal y como aprenderla y aplicarla para entrevistas, exposiciones en un auditorio, etc.. Actualmente, basta con asistir las conferencias y observar a muchos/as conferencias que muestran un patrón de comunicación no verbal casi idéntica, han interiorizado como tienen que mover las manos para reforzar el mensaje y que esté alineado con la comunicación verbal. Como tratan de mostrar una imagen de confianza sonriendo aunque sea una sonrisa impostada, o acercándose a los destinatarios/as para mostrar que comprenden tu estado emocional. Pero lamentablemente  que parece que estamos asistiendo a un lenguaje corporal tan estudiado y repetitivo que resulta poco creíble. Y en ocasiones, cuando escuchamos a ciertos interlocutores/as parecen que fueran fotocopias unos/as de otros/as, aunque por supuesto hay quienes tienen más “tablas” en el manejo de su lenguaje no verbal y muestran su autenticidad, en este caso he asistido a jornadas de personas que hacen uso de la tradición oral y además de atraparte desde el minuto uno con la historia su lenguaje no verbal y corporal, va tan en sincronía que fluye su mensaje haciendo un todo maravilloso de comunicación e imagen.

Mientras estaba dando vueltas a este análisis, me ha venido a la mente una imagen de una reunión, que he visto recientemente en artículo de prensa. En ella más allá de las personas que intervienen, y que son conscientes que están siendo fotografías, con lo cual  pueden mostrar sonrisas, caras amables, o de seriedad por el tema que están tratando,… desconozco si es una pose «de cara a la galería». Pues bien, me he detenido en esa foto de la reunión y compruebo que la propia sala, y los objetos que están en la mesa de esa reunión, parece que nos llaman la atención, porque también comunican, aunque a priori pueden pasar desapercibidos: pues entre ellos hay desde una simple libreta, unas gafas, los bolígrafos, bebidas, carpetas,… para mí son como personajes inanimados pero que nos están comunicando e incluso interpelando para que les prestemos atención, pues forman del atrezzo como en las obras de teatro o películas.

Los atrezzos de escena y de utilería completan a los actores y actrices, pero en el caso que me ocupa de la reunión, nos muestran una imagen más completa de los personajes de esa reunión y me traslada a este teatro del mundo donde vivimos donde desafortunadamente la rapidez, el ruido que nos rodea tanto tangible como intangible, supone que la información sea acelerada, y dificultando la observación y el análisis sosegado que es imprescindible para que germine el pensamiento crítico, que nos permita encontrar matices y poder librarlos de los pensamientos únicos.

Para finalizar, me gustaría recordar algunas de las ideas del magnífico libro El Gran Farol, de la escritora María Konnikova.  En esta línea Konnikova afirmó: “La vida ocurre y, mientras tanto jugamos. Jugamos, adquirimos perspectiva, habilidades, la fuerza y el conocimiento necesario para ser conquistadores/as en lugar de conquistados/as”, y que yo añadiría como jugadores/as tengamos presente y analicemos tanto la comunicación verbal, así como la imagen que transmitimos a través de nuestro lenguaje no verbal, pero también todos los objetos que nos rodean y que transmiten información de nosotros/s.

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