En tiempos de coronavirus: Poesía, Invitadas y espacios de diálogo
Aunque la pandemia del Covid-19 ha restringido nuestras reuniones tanto profesionales como personales, limitando los encuentros con invitados/as para establecer diálogos de forma presencial. El reciente Premio Nobel de Literatura 2020 otorgado a Louise Glück, nos anima a creer que a pesar, de que los tiempos son duros o recios, hay espacio para la poesía.
La poesía es quizá una de las artes literarias más extraordinarias, el gran poeta Federico García Lorca afirmaba “Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio”. En este extraño 2020 necesitamos más que nunca la poesía de textos como los de Louise Glück, para creer en la capacidad de los seres humanos.
Junto a la poesía se sitúa la belleza de los cuadros que se muestran en los Museos que nos permite detenernos y reflexionar y visitar interesantes exposiciones como las que actualmente se pueden ver: la primera, Invitadas del Museo del Prado que muestra “la construcción del ideal femenino en el arte oficial a través de 130 obras.
La segunda, El Majlis Dialogo entre Culturas en el Museo Arqueológico de Madrid, que ilustra a través de una colección privada, la larga tradición de intercambio y diálogo en la península arábiga y más allá de sus fronteras.
Paradójicamente, ante los títulos de ambas exposiciones mi primera impresión fue que actualmente no podemos ser invitados/as a entornos públicos y privados sin tomar precauciones con mascarillas y distancia de social. Y que nuestro dialogo en espacios presenciales se ha transformado para ser online, era como una broma del destino.
Pero cuando se profundiza en la coincidencia del Premio Nobel de Literatura a Louise Glück, una mujer que por supuesto no es una mera espectadora sino que a través de sus poemas se aproxima y se involucra a la realidad. Sin embargo, cuando visitamos la exposición Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideologías y artes plásticas 1833-1931, cuyo recorrido se estructura en dos partes, una con obras firmadas por hombres y en los que la mujer ocupa un papel subsidiario, y un segundo bloque que muestra a una serie de autoras de la época, en muchas ocasiones completamente desconocidas para el gran público. “Es fácilmente reconocible estereotipos de género, nociones que se definieron en la España entre mediados de los siglos XIX y XX la conceptualización oficial de una femineidad encorsetada, …». tan alejado de que las mujeres tuviesen su propia voz y pudiesen ganar un Premio Nobel, aunque en aquellos años ya lo había ganado Madame Curie.
Por otro lado, la exposición de Majlis, este término–que literalmente significa “lugar para sentarse”– es un sitio en el que se reúnen los miembros de las comunidades para discutir eventos y temas locales, intercambiar noticias, recibir invitados, entablar amistades y divertirse. Suele ser un vasto lugar de reunión comunitario, cubierto de alfombras y con cojines adosados a las paredes, donde se resuelven problemas, se presentan pésames y se celebran bodas. Pero a pesar de que el majlis tiene sus puertas abiertas a todos y pueden acudir a él las familias, tribus , …, las mujeres tienen sus propios majlis, aunque hay mujeres importantes que acuden a otros que no están reservados a un público exclusivamente femenino y que tienen un carácter más intelectual y literario.
Mi reflexión, pasa por la coincidencia en el tiempo de este reconocimiento a la poesía a través del Premio Nobel otorgado a una mujer, los cuadros de Invitadas que aunque con cierto matiz del pasado, aparecen en ocasiones vigentes y los Majlis como espacios de dialogo, que nos permitan establecer una mirada critica hacía el ritmo acelerado que vivimos, sin tiempo para el análisis y la creatividad que siempre son tan necesarios para seguir avanzando.
Finalmente, me parece un buen momento para acudir a los poemas de Louise Glück, que generan una sensación de simplicidad, hechos por personajes que hablan de un modo cotidiano, sin florituras …