El acuífero terciario detrítico de Madrid

Generalmente cuando se habla de la importancia del agua se hace referencia a su vertiente superficial. El acuífero terciario detrítico de Madrid (ATDM) constituye una reserva imprescindible de los recursos hídricos de la Comunidad de Madrid clave para el desarrollo de Madrid si es declarada sede olímpica en 2016. La importancia histórica de este acuífero es tal que Madrid le debe su nombre. Sin embargo, son necesarias algunas medidas de control que aseguren la calidad de las aguas de esta reserva.

[CyPS-UCM-Grupo de Catálisis y Procesos de Separación

Universidad Complutense de Madrid]

Desde sus orígenes, los habitantes de Madrid, se surtían de modo casi exclusivo con aguas subterráneas captadas mediante pozos y galerías, y estas eran tan abundantes que el primer escudo de Madrid incluía unas ondas con la leyenda.“Fui sobre agua edificada, mis muros de fuego son, esta es mi insignia y mi blasón”.

El primer nombre de la villa fue Matrice, que hacía referencia a un arroyo matriz , el arroyo de las fuentes de Saint Pedro que nacía en un manantial que transcurría a lo largo de lo que hoy es la calle de Segovia. Tras la invasión musulmana, se amplió el suministro de agua. mediante galerías denominadas mayrát (cursos de agua), que es una arabización del nombre latino matrice. De ese nombre árabe procedería Mayrit, y de este el castellano de Madrid.

En el S.XIX la distribución de agua en Madrid se hacía por distritos, cada uno de los cuales tenía asignado un número de fuentes, caños y aguadores. Sin embargo, el incremento de la población, las sequías, y la mala gestión del recurso ocasionaron que  el suministro fuera tan solo el correspondiente a 20 litros por persona, frente a los 400 litros por habitante y día actuales. Para dar solución a esta problemática se construyó el llamado Canal de Isabel II para traer aguas del río Lozoya.

En el S XX, resurge el interés por las aguas subterráneas, que se traduce en la explotación de pozos artesianos para el regadío. La búsqueda de soluciones rápidas para la sequía de los años 60 hace fracasar la explotación de los acuíferos terciarios y cuaternarios, debido entre otros factores, a sus especiales características, la rudimentaria tecnología para la construcción de pozos, y a la concepción equivocada en cuanto a la recarga y descarga de acuíferos.

Un acuífero es una formación geológica de mayor o menor extensión que contiene aguas subterráneas susceptible de explotación, cuyo origen puede haberse producido en diferentes eras geológicas y estar constituido por diferentes materiales. El acuífero llamado MADRID es un acuífero terciario (formado entre 5 y 20 millones de años atrás) detrítico( constituido por detritos) y con una extensión que sobrepasa los 2600 km² . La importancia de este acuífero radica, no sólo en su extensión, sino también en su gran espesor, que alcanza los 3.000 metros en algunas zonas (Montes de El Pardo), aunque es irregular como consecuencia de un conjunto de subfosas y umbrales del basamento.  Almacena varias decenas de miles de hm³, gestionando el Canal de Isabel II tan sólo 900 hm³ .Ocupa la cuenca de los ríos Jarama, Manzanares y Guadarrama, en el perímetro definido por el Plan Hidrológico de la cuenca del Tajo, donde no está permitida la perforación de pozos de más de 200 m de profundidad. A pesar de ello, según los datos de WWF/Adena de marzo de 2006 existen más de 19000 pozos ilegales en la Comunidad de Madrid.

Esquema general del acuífero indicando las zonas de recarga

FUENTE: López-Vera, F. (1994. En la escala vertical “0 m” es el nivel del mar ).

Aunque este tipo de reservas hidrológicas son poco vulnerables a la contaminación, en ocasiones los sondeos abandonados, así como fugas de tanques y depósitos de hidrocarburos o vertidos industriales profundos pueden hacer peligrar la calidad de las aguas. En ninguno de los análisis realizados en las campañas de control se ha detectado presencia de compuestos organoclorados ni/o organofosfatados, ni metales, aunque si aparece contaminación por aceites y grasas así como presencia de materia orgánica. La explotación produce cambios químico-físicos en el acuífero que movilizan ciertos elementos minoritarios presentes en los sedimentos que en ocasiones puede ser considerada como una “contaminación natural”, como es el caso del Arsénico y en ciertas ocasiones de los nitratos.

Desde los años 70 se han realizado diversos estudios sobre le papel de este acuífero en las restricciones de agua en la Comunidad de Madrid, incluso el Canal de Isabel II editó un libro en 1986 dedicado exclusivamente a este tema. Sin embargo el interés práctico de los técnicos del Canal de Isabel II según Manuel Ramón Llamas Madurga[1] ha sido escasa en los últimos años bombeándose tan solo 20 millones de m³ al año de estas aguassubterráneas, aunque los bombeos anuales realizados por particulares parecen ser del orden de 100 millones de m³. En opinión de Manuel Ramón Llamas, es preferible realizar un uso adecuado de las aguas subterráneas mas que costoso sensayos de recarga artificial, con una campaña de realismo y transparencia sobre la existencia de pozos ilegales.