¿Es el agua una fuente de destrucción y pobreza o de producción y crecimiento?

El agua es, ha sido y será el factor clave del crecimiento y desarrollo de la sociedad, como materia prima en agricultura, industria, generación de energía y transportes. Sin embargo, el defecto o exceso de agua es responsable de grandes catástrofes naturales, en sequías o inundaciones, y de grandes conflictos determinados por su uso y por sus usuarios. La correcta gestión de “la herencia de agua” sigue siendo un reto incluso en países industrializados.

[Grupo de Catálisis y Procesos de  Separación.
Universidad Complutense de Madrid]

Recientemente, en Marzo de 2006, se ha celebrado en Ciudad de México, el IV Foro Mundial del Agua (http://www.worldwaterforum4.org.mx). El Foro Mundial del Agua es una iniciativa del Consejo Mundial del Agua (CMA) que tiene por objeto despertar la conciencia sobre los asuntos del agua en todo el mundo. Es el evento internacional más importante sobre el agua y pretende influir en la elaboración de políticas a nivel global que aseguren el bienestar de la humanidad y el uso responsable del agua para asegurar un desarrollo sostenible.

El IV Foro se ha desarrollado bajo el tema central “Acciones locales para un reto global”. Es importante considerar que las acciones locales no se refieren a procesos individuales o aislados sino que requieren la creación de redes para que se establezcan sinergias entre los distintos elementos.

Uno de los ejes temáticos en este Foro ha sido el denominado “Agua para el Crecimiento y Desarrollo” en el que se plantea como administrar y explotar los recursos hídricos para promover el crecimiento y aliviar la pobreza de forma responsable. El reto de un crecimiento responsable es de particular importancia en el caso del agua ya que por la longevidad de la infraestructura hidráulica, cualquier decisión tendrá consecuencias a largo plazo y además de carácter irreversible.

Casi todos los países desarrollados han seguido una trayectoria similar en cuanto a la explotación de los recursos hídricos, dedicando inversiones tanto en infraestructuras como en instituciones del agua. La clave está en el equilibrio y secuenciación de estas inversiones a fin de alcanzar la seguridad del agua. En la actualidad estos países trabajan en la mejora del sistema hidráulico y en fortalecimiento institucional. Los países en vías de desarrollo se miran en este espejo y esperan contar con el apoyo de los países desarrollados para seguir la misma trayectoria, ya que no existe evidencia de otra vía eficaz y accesible para alcanzar la seguridad del agua. Existe un gran número de herramientas que pueden resultar de gran ayuda en la administración de los recursos hídricos como los “Principios de Dublín” recogidos en la Cumbre Global de Río (1992)