La sostenibilidad del agua envasada a debate

El consumo mundial de agua embotellada viene aumentando a un ritmo anual superior al 10%, cifrándose actualmente en más de 150 millones de litros anuales. El móvil del consumidor es básicamente su percepción de que el agua embotellada es más segura. Existe asimismo un mercado creciente para las aguas que proceden de regiones lejanas y que se acompañan de una imagen de gran pureza. Las aguas locales, tanto envasadas como de suministro, tienen en muchos casos calidades equivalentes a otras que se transportan durante cientos o miles de kilómetros y cuyo consumo lleva asociada una mayor generación de dióxido de carbono. Otro aspecto importante a valorar en relación al consumo de agua envasada es la utilización de materias primas y la generación de residuos al que da lugar, pues cada año se utilizan en todo el planeta unos 2,7 millones de toneladas de plástico para embotellar agua.

 

[Grupo de Procesos y Sistemas de Ingeniería Ambiental, Universidad Autónoma de Madrid]

El agua embotellada es uno de los productos con mayor valora añadido que consumimos. A pesar de su precio, notablemente mayor que el del agua de abastecimiento, el consumo mundial de agua embotellada presenta un crecimiento sostenido superior al 10% anual y ya supera los 150 millones de litros según un estudio del Instituto Worldwatch. Si bien en ciertos casos la calidad el agua de suministro es insuficiente, sobre todo desde el punto de vista organoléptico, en casos presenta sí calidad equivalente, aunque prima la percepción del consumidor de que el agua embotellada es más segura. España ocupa el sexto lugar del mundo con mayor consumo de agua embotellada (140 litros por habitante y año) debido, entre otras razones, a la comodidad y la seguridad. Aunque la lista está encabezada por Estados Unidos e Italia, países como Méjico, China e India también han visto crecer de forma importante su consumo.

 

Existe también un mercado creciente que ofrece al consumidor aguas con vitaminas, con aromas y de procedencias exóticas (islas Fiji, lluvia de las selvas de Borneo, glaciares de Noruega, etc.). Asimismo, los envases novedosos y llamativos juegan un papel importante en las estrategias de mercado y permiten aumentar el precio. De esta forma, el coste de una botella de agua puede llegar a ser hasta 1.000 veces superior al del agua corriente. Los expertos calculan que un metro cúbico de agua envasada en un país industrializado puede costar entre 350 y 700 euros, mientras que el mismo volumen de agua corriente es inferior a dos euros. Más del 90% del coste de una botella de agua es atribuible al embotellado, el transporte, la distribución o las campañas de marketing.

El despilfarro en aguas embotelladas de unas regiones contrasta con la falta de recursos en otras para asegurar el suministro de agua. Naciones Unidas ha puesto en marcha un plan de acción cuyo objetivo es que en el año 2015 se reduzca a la mitad el número de personas que carecen de agua potable y de saneamiento. Para ello Naciones Unidas considera que habría que duplicar los 11.000 millones de euros que se destinan cada año a abastecimiento y saneamiento, cifra que puede asumirse con una parte de los más de 70.000 millones que se calculan como gasto anual de agua envasada.

 

El Earth Policy Institute, organización estadounidense dedicada a la promoción del desarrollo sostenible, ha alertado sobre la repercusión ambiental del mercado del agua embotellada. El transporte de agua desde cientos o miles de kilómetros hace que su consumo lleve asociado unas importantes emisiones de dióxido de carbono. Otro aspecto importante a valorar en relación al consumo de agua envasada es la utilización de materias primas y la generación de residuos al que da lugar, pues cada año se utilizan en todo el planeta unos 2,7 millones de toneladas de plástico para embotellar. Una parte importante de estos envases, tras un uso efímero, acaban en la basura sin ser reciclados o valorizados. A modo de ejemplo, para fabricar todas las botellas de agua que se consumen al año en Estados Unidos se utiliza el equivalente a 1,5 millones de barriles de petróleo diarios, los mismos que necesitan 100.000 automóviles para desplazarse durante un año. Finalmente cabe destacar que el aumento de la demanda de agua embotellada puede llevar aparejada la sobreexplotación de manantiales y acuíferos en determinadas zonas en las que en tiempos de sequía la propia población local tiene problemas de abastecimiento.

 

La transición a una forma más sostenible de consumo de agua embotellada pasa necesariamente por el consumidor y por las políticas públicas. El consumidor debe ser responsable y evaluar cuándo es necesario recurrir a agua embotellada, siendo recomendable evitar los envases de pequeño volumen. En Alemania y en Austria se está fomentando el consumo de agua envasada en botellas de cristal retornable, mientras que en Barcelona la Agencia de Residuos de Cataluña y Ecologistas en Acción están intentando llevar a cabo un programa de retorno de garrafas de plástico de entre cinco y ocho litros. Otra vía es la utilización de plásticos biodegradables fabricados a partir de materias primas renovables, aunque su introducción en el mercado está siendo lenta.

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4 comentarios

  1. Es un escEs post recoge un hecho que sólo puedo calificar como de un escándalo. Un escándalo que nos imbuye de la estupidez de la sociedad de consumo.

    Bebemos agua mineral en ciudades como Madrid, en donde hace falta ser un experto para distinguirla de la que sale del grifo, porque nos han convencido de que sino somos unos tacaños, o porque a nuestros hijos les debemos de dar lo mejor, que no es otra cosa que lo más caro.

    Es importante una reacción ciudadana que nos reafirme en tal condición. Como seres responsables de nuestro futuro y del de nuestro entorno neguémonos a la depredación caprichosa del medio ambiente para satisfacer banalidades de consumidor adocenado.

    Expliquemos a los que dilapidan su dinero y nuestros recursos, que no tienen porque hacerlo. Porqué o lo hacemos nosotros, o los medios de comunicación tened por seguro, que no lo ven a hacer.

    andalo, que nos a al estup

  2. ¡VIVA EL BOTIJO!

    Es post recoge un hecho que sólo puedo calificar como de un escándalo. Un escándalo que nos imbuye de la estupidez de la sociedad de consumo.

    Bebemos agua mineral en ciudades como Madrid, en donde hace falta ser un experto para distinguirla de la que sale del grifo, porque nos han convencido de que sino somos unos tacaños, o porque a nuestros hijos les debemos de dar lo mejor, que no es otra cosa que lo más caro.

    Es importante una reacción ciudadana que nos reafirme en tal condición. Como seres responsables de nuestro futuro y del de nuestro entorno neguémonos a la depredación caprichosa del medio ambiente para satisfacer banalidades de consumidor adocenado.

    Expliquemos a los que dilapidan su dinero y nuestros recursos, que no tienen porque hacerlo. Porqué o lo hacemos nosotros, o los medios de comunicación tened por seguro, que no lo ven a hacer.

  3. E analizado muy cudadosamente la situación existente con el consumo de agua potable en España y deseo poner a su consideración la posibilidad de exportar agua potable enbotellada.

    Espero cualquier comentario.

    Paulo Muriel

    Ubicación: Colombia

  4. Hola, estoy estudiando el caso de agua embotellada en España para realizar un trabajo de investigación. Sin embargo he encontrado poca información por parte de las empresas, espero que puedan ayudarme ustedes para decirme a donde debo dirigirme, es un análisis para calcular la demanda y oferta actual, conocer las principales y mas fuertes empresas en España. Espero puedan ayudarme.

    Gracias.

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