Se ensayarán crecidas controladas para reducir la población mejillón cebra

La presencia del mejillón cebra en los ríos españoles viene siendo un quebradero de cabeza desde que en 2001 se detectó su presencia en el Ebro. Los métodos de eliminación aplicados hasta la fecha son de tipo mecánico o basados en pinturas cuya seguridad para los ecosistemas acuáticos no está suficientemente contrastada. Un novedoso proyecto presentado recientemente propone provocar crecidas para alcanzar reducciones de hasta el 99% en la población de mejillón cebra. El proyecto se desarrollará en el río Ebro y las crecidas se provocarán desde el pantano de Riba-roja (Tarragona).

 

[Grupo de Procesos y Sistemas de Ingeniería Ambiental, Universidad Autónoma de Madrid]

Desde que en agosto de 2001 se detectó la presencia del mejillón cebra (Dreissena polymorpha) en el bajo Ebro la preocupación por su extensión a lo largo del cauce y a otros cauces no ha dejado de crecer. El mejillón cebra se caracteriza por causar un gran desequilibrio ecológico al cubrir y tapizar todo el sustrato que encuentra a su paso: lecho fluvial, cantos rodados y rocas, vegetación de ribera, conchas de bivalvos autóctonos, construcciones hidráulicas de todo tipo, turbinas, desagües, depósitos, cascos, motores y anclas de embarcaciones, embarcaderos, industrias, centrales hidroeléctricas, plantas potabilizadoras de agua, presas, azudes, acequias y canales de riego, canales de entrada y salida de centrales energéticas, etc.; e incluso llega a obstruir totalmente cañerías, tuberías, conductos de irrigación y conducciones hidráulicas en general.

 

Hasta ahora los únicos mecanismos aplicados con cierto éxito para luchar contra el mejillón cebra bivalvo son su retirada manual -con martillos o chorros de agua- de las superficies que coloniza y otros sistemas, como pinturas especiales, cuya seguridad para el ecosistema no está probada. Esta semana se ha dado a conocer un proyecto (Efe) mediante el cual se pretende reducir la población de mejillones cebra mediante crecidas provocadas en el río Ebro por los desembalses del pantano de Riba-roja (Tarragona). El proyecto es ambicioso, pues se apunta la posibilidad de eliminar hasta el 99% de la población de mejillón cebra en el río.

 

Los responsables del proyecto indican que desde hace varios años vienen realizando una o dos crecidas anuales para reducir las poblaciones invasoras de vegetación acuática que generan problemas para los usuarios del río, habiendo observado que tras las crecidas la población del mejillón cebra se resiente. El objetivo es ahora convertir en diana preferente de estas crecidas al mejillón cebra, algo para lo que los científicos estudiarán la distribución del mejillón y calcularán, mediante simulaciones, los requisitos que las crecidas necesitan para erradicarlo de forma más eficaz. El mejillón cebra es una especie especialmente sensible a los cambios de caudal, lo que puede proporcionar una vía para controlar su población.

 

Hasta ahora, cuando el volumen de agua embalsada lo permite, se provocan dos crecidas anuales, una en los meses de abril o mayo y otra en noviembre o diciembre, que duran alrededor de 24 horas y que desembalsan entre 700 y 1.200 metros cúbicos por minuto. Estas crecidas coinciden con las épocas en las que sería más probable una crecida natural. Los desembalses benefician al resto de las especies y pueden hacer que la población de mejillón cebra se reduzca entre un 90 y un 99%. Otro aspecto destacable es que el mejillón cebra se recupera más lentamente que otras especies de las crecidas, lo que permite que las especies autóctonas recuperen su territorio. Así, por ejemplo, en el pantano de Riba-roja tarda un año o más en recuperarse, tras desaparecer de una zona cuando el agua baja de nivel.

 

El método propuesto no erradicará la especie, sino que incidirá sobre la población. Además el objetivo de reducir las poblaciones de la especie invasora se supeditará siempre a los usos prioritarios del embalse. Ésta es una de las dificultades con la que se encontrará el proyecto y la aplicación de la pautas de crecidas adecuada.

 

El proyecto es uno de las tres investigaciones de I+D subvencionadas por el Ministerio de Medio Ambiente para erradicar de los ríos Ebro y Júcar el mejillón cebra. El proyecto será llevado a cabo por Endesa, que gestiona una central hidroeléctrica en el embalse,  y que también experimentará una técnica para detectar estas colonias mediante sonar desde una barca, lo que permitiría verificar a distancia la presencia de este animal de forma más rápida y barata si la técnica tuviera la suficiente precisión como para que las colonias no queden camufladas. Actualmente este molusco se detecta cuando sus colonias se avistan en las superficies de los conductos, colocando en el cauce placas a diferentes niveles de profundidad y comprobando más tarde si existen ejemplares adheridos a ellas o mediante muestreo en busca de larvas, un método problemático porque las larvas no están presentes durante todo el año.

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