Aparecen trazas de medicamentos en el agua potable que consumen más de 40 millones de norteamericanos.

Un reciente estudio llevado a cabo por Associated Press (PA) en  Estados Unidos pone de manifiesto  la presencia de trazas de medicamentos en el agua potable que se suministra a más de 20 grandes ciudades. Se han detectado una gran variedad de fármacos entre los que se encuentran antibióticos, hormonas, antidepresivos, analgésicos, etc.  La Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) informa que las  concentraciones detectadas son muy bajas y se encuentran por debajo de los límites de seguridad. Sin embargo existe una creciente preocupación por los posibles efectos sobre la salud humana a largo plazo.   

 

[Grupo de Ingeniería Química y Ambiental.
Universidad Rey Juan Carlos]

El estudio se ha llevado a cabo durante más de cinco meses y para desarrollar el mismo la AP se ha basado en cientos de informes científicos, bases de datos, visitas a plantas de tratamiento, depuración y potabilización de aguas y entrevistas a más de 230 funcionarios públicos, académicos y científicos.

 

Se ha obtenido información de 62 grandes empresas suministradoras de agua, analizándose el agua de 28 de ellas. La presencia de medicamentos se ha detectado en el agua potable que se suministra a 24 grandes áreas  metropolitanas, entre las que se encuentran Filadelfia, Washington, Nueva York  y San Francisco,  con una población total superior a 40 millones de habitantes. A modo de ejemplo en Filadelfia se han detectado  más de 50 fármacos o derivados de ellos, incluyendo medicamentos para combatir el dolor, las infecciones, el alto nivel de colesterol, el asma, la epilepsia, enfermedades mentales, enfermedades cardiacas, etc. en el sur de California se han detectado trazas de antiepilépticos y ansiolíticos y en el norte, en San Francisco se han encontrado también  restos de hormonas.

 

La Agencia de protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos (EPA) reconoció que la presencia de restos de medicamentos en las aguas de consumo es preocupante y muestra una tendencia al alza, pero informa que las concentraciones en las que se encuentran actualmente estos medicamentos en las aguas de consumo son muy bajas, del orden de partes por billón o por trillón, por lo que el riesgo de daño a la salud humana a corto plazo es prácticamente despreciable. Sin embargo existe una creciente preocupación en el ámbito científico por los posibles riesgos a largo plazo, debido a la ingestión de forma continua de este tipo de contaminantes presentes en el agua.

 

El origen de la contaminación es que las personas y el ganado  no retienen la totalidad de los medicamentos que consume, por lo que tanto la  parte no adsorbida de los mismos como los  productos resultantes de la reacción de los fármacos se expulsa a través de la orina y llega a formar parte de las aguas residuales. Muchos de los medicamentos son resistentes a los tratamientos que actualmente se llevan a cabo en las plantas depuradoras de aguas residuales, por lo que llegan a los rios,  lagos y pantanos de los que surten las poblaciones. Al ser también  resistentes  a la mayoría de los tratamientos de  las plantas de potabilización de las aguas de suministro a las ciudades, los medicamentos acaban apareciendo en el agua del grifo. Por ello, resulta de gran importancia el desarrollo de nuevos tipos de tratamiento capaces de eliminar este tipo de contaminantes, tanto en las plantas de tratamiento de aguas residuales como en las de potabilización de aguas de consumo.

 

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