La utilización de aguas regenerados como fuente de agua potable: una alternativa para paliar los problemas de abastecimiento .

El anuncio de que parte del agua tratada en la depuradora del Prat se potabilizará para su consumo saca a la palestra una alternativa para paliar los problemas de la sequía y el agotamiento de recursos hídricos. La medida supondrá, por un lado una fuente más de agua para consumo, que se prevé cumplirá con creces con todos los parámetros de control exigidos al agua de consumo. Por otro lado, un aumento del caudal del río, con lo que mejorara la calidad del agua. Finalmente, permitirá la recarga del acuífero del Llobregat, del que actualmente se extraen recursos mediante diferentes pozos y sufre condiciones de sobreexplotación debido a la sequía. Esta opción proporcionara una mayor autonomía en cuanto a la utilización de recursos, respetuosa con el medioambiente y más barata que, por ejemplo, la desalinización.

“La depuradora del Prat aportará 5,2 Hm³ de agua potable al grifo”. La semana pasada diversos medios de comunicación se hicieron eco de esta medida tomada por el gobierno catalán para paliar parcialmente el problema de la sequía. La reutilización de agua residual depurada convenientemente reciclada y regenerada para diferentes usos, como la agricultura o el riego de jardines no es una idea novedosa. Actualmente, casi 2000 l/s de agua de salida del tratamiento terciario de la propia depuradora del Prat se destina a usos agrícolas y mantenimiento del caudal del Llobregat, mientras que 450 l/s se destina al mantenimiento de humedales previo paso por procesos de microfiltración y ósmosis inversa.

Los usos posibles para el agua regenerada están restringidos, fundamentalmente por la calidad original de las aguas de abastecimiento. En particular, el Real Decreto 1620/2007, en su artículo 4. 4. a prohíbe la reutilización de aguas para el consumo humano, fuentes públicas o usos recreativos como agua de baño entre otros. El caso de las aguas residuales de la depuradora del Prat no supondría sin embargo una ilegalidad, debido a que todo el plan se basa en un uso indirecto del agua tratada en la depuradora para la regeneración del acuífero que surte a la potabilizadora de Sant Joan Despí. Técnicamente, consistirá en alargar la tubería que ahora vierte agua del tratamiento terciario al Llobregat, después de la potabilizadora, para realizar el vertido unos 5 kilómetros antes de la misma. La medida supondrá, por un lado una fuente más de agua para consumo (destinada a paliar la amenaza de restricciones a la que está sometida actualmente la zona debido a la sequía). Por otro lado, un aumento del caudal del río, con lo que mejorara la calidad del agua. Finalmente, permitirá la recarga del acuífero del Llobregat, un depósito natural de unos 100 Hm³ del que actualmente se extraen recursos mediante diferentes pozos y sufre condiciones de sobreexplotación debido a la sequía.

            La regeneración del agua residual urbana para uso doméstico no es una alternativa nueva. Desde 1967, en la ciudad de Windhoek, Namibia, el 25 % del consumo de agua de la red de distribución viene de la reutilización directa de las estaciones depuradores, y se prevé que esta proporción aumente hasta el 51 %. En cuanto al uso indirecto del agua de las depuradoras, EEUU es pionera, dando un último paso adelante en Noviembre pasado al poner en marcha la que dicen es la planta más grande del mundo de recuperación de agua residual para consumo, en el Condado de Orange en California. En este último caso, comparable al sistema de El Prat, el agua que sale de la planta cumple con creces los estándares de calidad requeridos para el consumo humano en EEUU. Esta agua se inyecta en el acuífero subterráneo, donde regenera las reservas de agua que, entre otros usos, pasa posteriormente por el proceso de potabilización para su consumo.

            La planta depuradora que surte de agua al acuífero es la Water Factory 21, que basa sus resultados en un exigente sistema terciario de tratamiento del agua, de manera que, incluso sin mezclar con el acuífero, supera con creces los parámetros primarios y secundarios exigidos por le Departamento de Salud de California para el agua apta para consumo.

El sistema actual, tal y como se presenta en la figura 1, consta de:

–         Sistema de floculación para reducir la turbidez, el contenido en fosfatos, orgánicos y trazas de metales pesados, así como para desinfección mediante aumento del pH. En la actualidad, se realizan estudios para sustituir esta etapa por una de microfiltración.

–         Sistema de re-carbonatación para reducir el pH después de la floculación.

–         Filtración en lecho de antracita y arena.

–         Cloración de la corriente que se emplea para lavar y regenerar el lecho filtrante de la etapa anterior.

–         Ósmosis inversa. El agua que sale de este proceso ya cumple todos los parámetros de calidad del agua para consumo (tabla 1, RO).

–         Mezcla con agua de un acuífero subterráneo y finalmente inyección en el acuífero de destino. Esta mezcla también cumple con todos los requisitos, siendo la calidad incluso superior al agua del acuífero subterráneo inicial (tabla 1, WF-21)

Parte del agua del acuífero de inyección es fuente de suministro de agua corriente, después de ser sometida a procesos convencionales de potabilización.

Tabla 1. Calidad del agua de salida del sistema Water Factory 21. Fuente: OCWD, Water Factory 21. http://ocwd.com

La depuradora del Prat por su parte, está dotada de un estricto sistema terciario que consta de un proceso de coagulación-floculación, un decantador lamelar, un sistema de filtración mediante microtamizado y un sistema de desinfección por radiación UV. Además cuenta con un sistema de aireación para la renovación del oxigeno disuelto, como paso previo al vertido usual en el río aguas abajo de la potabilizadora. Las características del sistema y de la zona geográfica, con similitudes con respecto al condado de Orange en EEUU, auguran unos buenos resultados para el sistema de regeneración de agua para consumo planeado.

Una vez vencidas las reticencias culturales para el consumo de agua regenerada, así como las legales al tratarse de un uso indirecto de la misma, la alternativa llevada a cabo en el Prat parece ser una alternativa viable para combatir en cierta medida los problemas derivados de la sequía en lugares especialmente problemáticos. El agua regenerada cumple y supera con creces los 65 parámetros con que se evalúa el agua para consumo. No solo eso, sino que el agua se someterá a depuración adicional natural, debido a su inyección en acuífero, y a sistemas de potabilización covencional al pasar por la potabilizadora de Sant Joan Despí. El uso indirecto del agua residual como potable vía recarga de acuíferos y aumento de los recursos, es ya un hecho que ha alcanzado España. Esta opción proporcionara una mayor autonomía en cuanto a la utilización de recursos, respetuosa con el medioambiente y más barata que, por ejemplo, la desalinización. De superar las reticencias iniciales de los consumidores puede convertirse en una alternativa para aquellos lugares donde existan problemas de escasez de agua.