Los trasvases de agua, otra vez en el candelero

La polémica de los trasvases de agua no deja de sonar. Recientes están los enfrentamientos políticos por el trasvase de Ebro, cuando ahora se vuelve a hablar de otros: Por una parte, el estatuto de Castilla-La Mancha pretende poner “fecha de caducidad” al trasvase Tajo-Segura, por otra se habla del posible visto bueno del gobierno central a un trasvase Tajo-Segura desde Extremadura, y para rematar, ha salido la noticia de las conversaciones entre autoridades de Murcia y Francesas para llevar agua del Ródano al Segura.

A la luz del nuevo estatuto de Castilla-La Mancha parecen aflorar nuevas “ideas” especialmente en relación con el trasvase de agua hacia la cuenca del Segura. En este estatuto, que todavía está por debatirse, ya se plantea reducir progresivamente hasta su total desaparición en 2015 el actual trasvase Tajo-Segura. La disputa política parece que está servida.

Sin embargo, el Ministerio de Medio Ambiente culminó recientemente un cambio en su política hídrica y enterró el rechazo a los grandes trasvases que marcó la etapa de la anterior ministra, Cristina Narbona. El actual secretario de Estado de Agua, Josep Puxeu, admitió en público que el trasvase de agua del Tajo desde Cáceres al río Segura “es una posible buena opción”. Ello supone tomar el agua del Tajo en Cáceres, dejar parte en el esquilmado Guadiana donde serviría para rellenar el acuífero 23 en Ciudad Real y recuperar el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y, finalmente empalmar con el actual trazado del Tajo-Segura, que cada vez lleva menos agua. Por las autoridades de Castilla-La Mancha, que se oponían inicialmente, ya dicen que el proyecto “está inteligentemente planteado”. Medio Ambiente estima que la obra, de más de 440 kilómetros, costaría unos 2.000 millones.

Por otro lado, las autoridades extremeñas dicen no haber tenido contacto con el Gobierno Central en este sentido. Pero bien es cierto que siempre han defendido que los ríos no son de nadie, lo que abre, si son honestos, la posibilidad de poder discutir sobre esta tema.

Si esto fuera poco, el Gobierno murciano está estudiando la posibilidad de transportar agua del Ródano francés hasta el Levante y la cuenca del Segura, según ha revelado su presidente Ramón Luis Valcárcel, quien ha avanzado que hay un equipo técnico evaluando los costes y detalles de esta transferencia que debe sortear una distancia de casi mil kilómetros. Valcárcel ha explicado que ya se han producido varias reuniones promovidas por el Gobierno regional, que cuentan con la participación de expertos y miembros del Consejo Nacional del Agua. El presidente murciano considera que el coste final del agua «no será muy costoso» y subraya que cuenta con el apoyo de las autoridades de la región de Languedoc-Rosellón y con organizaciones agrarias del Midi francés, con las que ya se ha puesto en contacto. «También estamos hablando con el Gobierno francés para que esto pueda ser una realidad». Valcárcel defenderá esta nueva transferencia ante la ministra de Medio Ambiente y Rural, Elena Espinosa, con quien tiene previsto reunirse en breve. A ésta le expondrá también la necesidad de construir el acueducto del Tajo Medio, desde Extremadura. La apuesta murciana por el Ródano tampoco le pillará de nuevas a Espinosa, ya que el Ministerio tiene noticias de esta iniciativa del Ejecutivo murciano, la cual ha recibido por ahora con cierto «escepticismo», según reconoce el propio presidente que, no obstante, considera que se ha producido un cambio en la política trasvasista del Gobierno central que puede hacer factible esta opción. De hecho, la ministra de Medio Ambiente ha apuntado en varias ocasiones que su departamento está estudiando el trasvase del Ródano hasta Cataluña. Valcárcel destaca que el proyecto cuenta de entrada con el apoyo total de CiU, que lleva años insistiendo en esta opción. El ofrecimiento que hizo en junio el presidente de la región francesa de Languedoc-Rosellón, George Frche, de derivar caudales del Ródano a Cataluña, no ofrece dudas sobre la disposición francesa para derivar los excedentes de este río, que es tres veces más caudaloso que el del Ebro. Ramón Luis Valcárcel apunta que es imposible conocer en este momento qué caudal se puede trasvasar desde el Ródano. «Lo estamos estudiando ahora, pero hay que plantear el mayor volumen posible dada la disposición que existe por parte francesa». Los primeros estudios realizados años atrás barajaban una derivación de entre 200 y 325 hectómetros anuales para Cataluña a un precio próximo a los 31 céntimos. El presidente puntualiza que una futura derivación del Ródano hasta el Levante –sin precisar el punto de destino– no presupone que el Gobierno murciano renuncie definitivamente a las aguas del Ebro. «Éste es un planteamiento parecido al del Tajo Medio. Se trataría de quitar presión a la desembocadura del Ebro. Si el problema es detraer 1.050 hectómetros cúbicos anuales de las proximidades del delta, pues vamos a reducir ese volumen. A mayor caudal trasvasable desde el Ródano, menor caudal que se necesitará desde el Ebro».