Arsénico y aguas subterráneas en Asia

En Asia, 500 millones de personas beben o tienen riesgo de beber agua subterránea contaminada con arsénico. Según los expertos, se trata del mayor envenenamiento masivo de la historia. En Bangladesh, Camboya, India, Myanmar y Vietnam esta exposición crónica al arsénico causa miles de muertes por cáncer cada año, según la Organización  Mundial de la Salud. Recientemente, científicos estadounidenses de la Universidad de Stanford (California) han descubierto el enigma de cómo este elemento químico envenena los pozos de agua: parece ser que una bacteria tiene la culpa.

 

[Grupo de Ingeniería Química. Universidad de Alcalá]

En el Himalaya nacen grandes sistemas fluviales como el Mekong, el Ganges-Brahmaputra, Irrawaddy y Red. Una rápida aparición de casos de cáncer en el delta del Ganges-Brahmaputra (Bangladesh) alertó a los epidemiólogos por primera vez en 1980. Esta epidemia se relacionó con el aumento del uso de pozos para abastecimiento de agua potable. La explicación que se dio se basaba en que el agua de los ríos se infiltraba en el suelo, llegando hasta las aguas subterráneas y acuíferos que los habitantes extraen mediante pozos para el abastecimiento de agua potable. Así fue cómo se descubrió qué sedimentos de origen natural con contenido en arsénico se diluyen en los ríos que fluyen hasta áreas densamente pobladas.

 

Desde comienzos del decenio de 1990 se ha reconocido la contaminación de aguas subterráneas por arsénico como un problema de salud pública en Bangladesh, China y la India, y a últimas fechas en Camboya, Irán, la República Democrática Popular Lao, Myanmar, Nepal, Pakistán y Viet Nam. Estudios realizados en la India señalan que las aguas subterráneas de una gran parte de la llanura del sistema fluvial Ganges-Meghna-Brahmaputra, que abarca todo el territorio de Bangladesh y gran parte de la India, alcanzan niveles considerables de contaminación por arsénico, que ponen en peligro a unos 500 millones de personas. [Mapa: BGS/Banco Mundial]

 

 

La cuestión, sin resolver hasta el momento, era averiguar cómo el arsénico, en lugar de permanecer químicamente atrapado en los sedimentos del río, como era de esperar, lograba liberarse para alcanzar estas aguas subterráneas a más de 30 metros de profundidad. Tras cinco años de investigaciones, estos científicos han logrado resolver el enigma, y actualmente trabajan con organismos políticos reguladores para tratar de revertir el envenenamiento masivo. «La verdadera cuestión es ¿cómo podemos ayudar a la gente que vive allí?», declara Fendorf, edafólogo de la Universidad de Stanford. «Pero primero había que entender el acoplamiento de los procesos hidrológicos y el modo en que fluye el agua, con la química y la biología».

 

Tras un intento fallido en Bangladesh (una zona descartada por la dificultad que suponía generar modelos hidrológicos en una cuenca con numerosos pozos en funcionamiento), el equipo de Fendorf realizó el estudio de campo en Camboya en la cuenca del río Mekong, donde había menos población y más atrasada. Perforaron tres pozos a diferentes profundidades y realizaron pruebas de la disolución de arsénico, instalaron dispositivos para la toma de muestras de agua a distintas profundidades y elaboraron un modelo del ciclo de arsénico en el delta del río. Llegaron a determinar que este químico migra en el mismo acuífero.

 

Descubrieron que los responsables de la disolución de arsénico son unas bacterias que habitan en el suelo de la cuenca hidrográfica. El arsénico, que viaja en los sedimentos que arrastran los ríos desde el Himalaya, se encuentra adherido a partículas de óxidos de hierro. Al llegar al delta del río, estas partículas cargadas de arsénico se hallan enterradas por varias capas de suelo, en un ambiente anaerobio o sin oxígeno. Normalmente, las bacterias aerobias utilizan el oxígeno para respirar. Pero en un ambiente anaeróbico, las bacterias pueden utilizar otros productos químicos, incluyendo los óxidos de hierro que contiene adherido el arsénico. Por tanto, las bacterias metabolizan el hierro y el arsénico dando lugar a formas que se disuelven fácilmente en agua. «El arsénico entra en el agua y empieza el problema», explica Fendorf.

 

Los resultados, publicados en la revista ‘Nature’, confirman la hipótesis de Fendorf: la contaminación por arsénico se produce cerca de la superficie y tarda al menos 100 años en alcanzar el acuífero. El equipo de Stanford demostró que el ciclo del arsénico en el acuífero es un proceso natural que ha venido ocurriendo durante miles de años, antes de cualquier influencia humana.

 

Entender la hidrología de las cuencas permitirá instalar pozos estratégicamente ubicados en áreas libres de arsénico disuelto. Y ¿qué sucedería si una población necesita agua potable pero no puede hallar un lugar libre de arsénico para instalar sus pozos? Fendorf propone varias soluciones como la instalación de filtros de arsénico, la recogida de agua de lluvia y la depuración de las aguas superficiales. «Cada opción tiene ventajas y desventajas», explica. Con estos retos en mente, se han propuesto encontrar la mejor opción aldea por aldea. Han organizado encuentros de más de 60 expertos, incluidos funcionarios gubernamentales, académicos, organizaciones no gubernamentales y organismos de financiación como el Banco Mundial.

 

Fuente:                        soitu.es

Más información:         Stanford News Release          

                        FAO

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Un comentario

  1. son aguas para tomar vienen de abajo de la tierra aveces vienen calientes por que pasan por el nucleo.mejor respuestas

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