Producir biodiesel a partir de deshechos agrícolas ¿una realidad?

Se ha descrito la obtención de un nuevo tipo de biodiesel obtenido mediante microorganismos, denominado microdiesel, que utiliza como materia prima azúcares o material celulósico que es fermentado por bacterias transformadas genéticamente.

De ser viable en el futuro una producción de este tipo, se abriría la posibilidad de un biodiesel de segunda generación, que utilizaría materiales agrícolas de bajo coste, como paja, madera o cañas, en lugar de granos, reduciendo los graves problemas de la competencia de los cultivos bioenergéticos con los alimentarios.

[CyPS-UCM-Grupo de Catálisis y Procesos de Separación]

Unas bacterias modificadas genéticamente producen biodiesel a partir de productos vegetales. Para la obtención de biodiesel ordinario se utiliza un aceite vegetal como el de soja, girasol o palma y se le hace reaccionar con alcohol en presencia de un catalizador para producir ésteres grasos que constituyen el combustible.

Un inconveniente es que los campos sembrados de estos cultivos no se pueden dedicar al cultivo de otras especies necesarias para el consumo humano, y para producir unos litros de combustible se necesitan grandes extensiones de terreno. La utilización de otras tierras implica la destrucción medioambiental de las mismas. Por ejemplo, la selva de Borneo ya está siendo destruida por culpa de los cultivos de palmas de aceite, extinguiendo especies y poniendo en peligro a otras como el orangután. Además los cultivos necesitan de maquinaría agrícola que también consume combustible.

Científicos alemanes han descrito la obtención de un nuevo tipo de biodiesel obtenido mediante microorganismos, denominado microdiesel, que utiliza como materia prima azúcares o material celulósico que es fermentado por bacterias transformadas genéticamente.

Se trata de Escherichia coli que expresa genes de las bacterias Zymomonas mobilis y Acinetobacter baylyi, que permiten una producción de etanol y una subsiguiente esterificación. El resultado son esteres etílicos de ácidos grasos (FAEE) constituidos principalmente por oleato de etilo con pequeños porcentajes de palmitato de etilo y palmitoato de etilo.

De ser viable en el futuro una producción de este tipo, se abriría la posibilidad de un biodiesel de segunda generación, que utilizaría materiales agrícolas de bajo coste, como paja, madera o cañas, en lugar de granos, reduciendo los graves problemas de la competencia de los cultivos bioenergéticos con los alimentarios.

La meta final de este grupo de investigadores es la producción de biodiesel a partir de desechos vegetales en lugar de los aceites, que son caros de producir desde el punto de vista ecológico y económico. Además, de esa manera no se reduciría la producción de alimentos por el uso de tierras de cultivo, por lo que se podría producir biodiesel a precios competitivos en el futuro.

Por otra parte, investigadores del Instituto del Agua de la Universidad de Granada están desarrollando un proyecto para la obtención de diesel a partir de lodos de estaciones depuradoras de aguas residuales y la acción de bacterias. Los lodos producidos tras la depuración de aguas residuales son muy ricos en materia orgánica, especialmente en grasas y aceites, los cuales podrán constituir el sustrato a partir del que determinadas bacterias se nutran para producir y almacenar en su organismo como producto el biodiesel.

Según los científicos granadinos, el microdiesel evita todas las desventajas derivadas del proceso de producción del biodiesel, ya que no requiere del cultivo de materia orgánica, ni del desarrollo de un posterior tratamiento químico para obtener el producto final. Todo el proceso lo realizan los microorganismos mediante el aprovechamiento, digestión y consumo de los lodos de aguas residuales. Utilizar bacterias que transformen los lodos sobrantes tras la depuración de aguas tiene dos importantes beneficios: dar utilidad a un residuo que hasta ahora no tiene aplicación e iniciar una nueva fuente alternativa de producción de energía tan útil como las que ya existen. De esta forma se podrían abaratar aun más los costes de la creación de este biodiesel de segunda generación y se reducirían además los graves problemas de competencia de los cultivos bioenergéticos con los alimentarios.

 

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2 comentarios

  1. Con los residuos de las cosechas hay que tener cuidado ya que una buena parte debe permanecer en el suelo si no se quiere que este último pierda su ferilidad por falta de la materia orgánica, lo que conllevaría al uso de ferilizantes inorganicos, caros, procedentes del petróleo y contaminantes.

    Sobre los lodos residuales hay que señalar que se utilizan también en agricultura orgánica, por lo que una parte de ellos si tiene utilidad. Me parece buena esta última idea, mejor que la primera pero con precaución, no sea que terminemos encareciendo hasta los residuos para la agricultura (subida de precios) para luego hablar del oro "guarro".

    Juanjo Ibáñez

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