El agua limpia es vida

La calidad del agua del mundo está disminuyendo, fundamentalmente debido a las actividades humanas. La protección de las fuentes de agua frente a la contaminación es responsabilidad de todos. El agua limpia es vida. La vida y la prosperidad de las personas dependen de cuanto hagamos hoy de este preciado recurso: nuestra agua limpia.

[CyPS-UCM-Grupo de Catálisis y Procesos de Separación]

La calidad de cualquier masa de agua, superficial o subterránea depende tanto de factores naturales como de la acción humana. Sin la acción humana, la calidad del agua vendría determinada por la erosión del substrato mineral, los procesos atmosféricos de sedimentación de lodos y sales, la lixiviación natural de la materia orgánica y los nutrientes del suelo por los factores hidrológicos, y los procesos biológicos en el medio acuático que pueden alterar la composición física y química del agua.

Por lo general, la calidad del agua se determina comparando las características físicas y químicas de una muestra de agua con unas directrices de calidad del agua o estándares. En el caso del agua potable, estas normas se establecen para asegurar un suministro de agua limpia y saludable para el consumo humano y, de este modo, proteger la salud de las personas. Estas normas se basan normalmente en unos niveles de toxicidad científicamente aceptables tanto para los humanos como para los organismos acuáticos.

La calidad del agua necesaria para cada uso humano varía, al igual que los criterios utilizados para evaluarla. Por ejemplo, para el agua potable se exigen altos estándares de calidad, mientras que se admite una menor calidad para su uso en los procesos industriales.

ONU-Agua ha dedicado el Día Mundial del Agua en 2010 al tema de la calidad del agua con el objeto de demostrar que en la gestión de los recursos hídricos la calidad de ese recurso es tan importante como la cantidad.

A nivel global, el principal problema relacionado con la calidad del agua lo constituye la eutrofización que afecta sustancialmente a los usos del agua. Las mayores fuentes de nutrientes provienen de la actividad agrícola y de las aguas residuales domésticas (también fuente de contaminación microbiana), de efluentes industriales y emisiones a la atmósfera procedentes de la combustión de combustibles fósiles y de los incendios forestales. Las concentraciones de nitrógeno superiores a 5 miligramos por litro de agua a menudo indican una contaminación procedente de residuos humanos o animales o provenientes de los fertilizantes de las zonas agrícolas.

Cada día desembocan en las aguas del mundo dos millones de toneladas de aguas residuales y otros efluentes. La fuente más importante de contaminación del agua es la falta de gestión y tratamiento adecuados de los residuos humanos, industriales y agrícolas.

Desde el punto de vista administrativo, la calidad del agua se define por su uso final deseado. En consecuencia, el agua para la recreación, la pesca, para beber y para el hábitat de organismos acuáticos requiere altos niveles de pureza, mientras que para la producción de energía hidroeléctrica, las normas de calidad son mucho menos importantes. Por esta razón, la definición que se puede dar de calidad del agua llega a ser amplia, como las “características físicas, químicas y biológicas del agua necesaria para sostener los usos deseados” (CEPE, 1995). Es importante señalar que, después de ser utilizada, el agua suele regresar al sistema hidrológico y, si no es tratada, puede afectar gravemente al medio ambiente.

La calidad del agua del mundo está disminuyendo, fundamentalmente debido a las actividades humanas. El creciente aumento de la población, la rápida urbanización, el vertido de nuevos patógenos y nuevos productos químicos de las industrias y las especies invasoras son factores fundamentales que contribuyen al deterioro de la calidad del agua. El hecho de que en muchos países la calidad del agua no se considere algo prioritario ha dado por resultado una insuficiente asignación de recursos, la debilidad de las instituciones y la falta de coordinación para buscar solución a los problemas que presenta la calidad del agua.

El deterioro de la calidad del agua se produce cuando la infraestructura municipal e industrial para el tratamiento del agua o el saneamiento, o ambas, trabaja con sobrecarga o cuando esa infraestructura no existe o es obsoleta y las aguas residuales y los desechos se vierten directamente al medio ambiente, donde afloran a la superficie o se mezclan con las aguas subterráneas. La modernización y la ampliación de la infraestructura pueden ser sumamente costosas y, por ello, en general, no marchan a la par del rápido desarrollo. Por esta razón, el tratamiento de las aguas residuales se está convirtiendo en un importante problema mundial.

Por otra parte, la producción agrícola e industrial traen consigo nuevos problemas de contaminación, que se han convertido en uno de los mayores retos para los recursos hídricos en muchas partes del mundo.

La calidad del agua se puede ver afectada por vertidos orgánicos, por patógenos, entre ellos virus vertidos a la corriente de desechos por los seres humanos y animales domésticos, por las aguas usadas en la agricultura y los desechos derivados de actividades humanas cargados de nutrientes.

La degradación de la calidad del agua puede redundar en el deterioro del funcionamiento de los ecosistemas y dar lugar a cambios bruscos y desproporcionados. Tan pronto se rebasan determinados umbrales, el sistema puede cambiar a un estado muy diferente y sucumbir. Por ejemplo, la excesiva carga de nutrientes en los ecosistemas de agua dulce y costeros puede causar cambios repentinos y de gran envergadura, que posiblemente den lugar a la proliferación de algas y al agotamiento del oxígeno, lo que hace imposible la vida de muchas especies animales.

El cambio climático y, en particular, el aumento de las temperaturas y los cambios en las características hidrológicas, como sequías e inundaciones, afectarán la calidad del agua y acentuarán la contaminación del agua. Todavía hay muchos aspectos que se desconocen acerca de los impactos del cambio climático sobre el agua, sobre todo en su calidad. Aunque hace falta contar con datos obtenidos de observaciones para adaptar la gestión, muchas de las redes de observación están desapareciendo. Hace falta mejorar los conocimientos y los modelos acerca del cambio climático en lo que respecta al ciclo hidrológico a escalas que faciliten la adopción de decisiones. Resulta insuficiente la información con que se cuenta acerca del impacto del cambio climático en el agua, en particular respecto de la calidad del agua, los ecosistemas acuáticos y las aguas subterráneas.

Una calidad de agua suficiente es fundamental para asegurar un medio ambiente sano y la salud humana. La necesidad básica por persona y por día es de 20 a 40 litros de agua libre de contaminantes nocivos y de patógenos, agua que se utilizará para beber y para el saneamiento, cifra que aumenta a 50 litros cuando se tiene en cuenta la necesidad de cocinar y de asearse.

Ahora bien, en muchos países, la cantidad de agua diaria necesaria para beber y para el saneamiento no se proporciona con la calidad requerida. Los países en desarrollo que están experimentando una rápida urbanización carecen de instalaciones suficientes para el tratamiento de las aguas residuales, lo que provoca la contaminación del agua potable y la convierte en la principal causa de enfermedades (lo que repercute en la pobreza y la educación) y de muerte.

Pese a las mejoras graduales en la prestación de servicios de saneamiento desde 1990, el abastecimiento de agua libre de impurezas y la prestación de servicios de saneamiento a gran parte de la población humana siguen presentando dificultades. Hoy en día, 1.100 millones de personas en todo el mundo siguen careciendo de un abastecimiento mejorado de agua y más de 2.600 millones carecen de acceso a unas instalaciones mejoradas de saneamiento. Las diferencias más importantes se registran en el África subsahariana y, en menor medida, en Asia occidental y Eurasia.

No existen acuerdos ambientales vinculantes de carácter mundial que obliguen a los Estados a proteger los recursos hídricos de la contaminación, ya que se trata de una responsabilidad nacional de los gobiernos. Los criterios para la determinación de lo que constituye el “buen estado” de las aguas se determinan sobre la base de unos factores cualitativos y cuantitativos exhaustivos, como la abundancia de flora y fauna acuáticas, el grado de salinidad, la cantidad y la dinámica de la corriente de agua, las concentraciones de nutrientes y otros criterios. También se aplican unos requisitos específicos para el agua potable, la contaminación y la ordenación de los acuíferos, entre otros.

Durante los últimos 50 años, la actividad humana ha provocado la contaminación de los recursos hídricos en una magnitud históricamente sin precedentes. El problema es más grave en los países en desarrollo, en los que más del 90% de los desechos sin procesar y el 70% de los desechos industriales sin tratar se vierten en aguas superficiales.

La protección de las fuentes de agua frente a la contaminación es responsabilidad de todos. Ello no puede dejarse únicamente en manos de las autoridades públicas. Todos los sectores, público y privado, deben adoptar medidas apropiadas y adecuadas para prevenir la contaminación. Ello exige el firme compromiso de todas las partes, desde personas individuales y comunidades locales hasta organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil. Resulta urgente acrecentar la investigación y la evaluación de la calidad del agua a los niveles mundial, regional y local. Los resultados científicos de las investigaciones deben fundamentar la elaboración y aplicación racionales de políticas. Además, es preciso disponer de funciones reglamentarias que cuenten con financiación y personal suficientes para asegurar que las normas y reglamentaciones se apliquen y cumplan.

El agua limpia es vida. Ya contamos con los conocimientos tecnológicos y la capacidad para lograrla. Tengamos ahora la voluntad de hacerlo. La vida y la prosperidad de las personas dependen de cuanto hagamos hoy como custodios, y no contaminadores, de este preciado recurso: nuestra agua limpia. 

 

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2 comentarios

  1. Los felicito por comunicar esta información tan importante para que la gente tenga conocimiento del gravisimo problema que existe,felicidades y exitos les deseo.

  2. Muy útil el blog, el principal problema de la humanidad es el desarrollo sustentable y el fin del espacio vital para animales y hombres. Hay que meditar en ese sentido. En España en la Universidad tecnológica, tenemos un proyecto a base de materiales absorbentes no orgánicos, los recipientes son plásticos y permiten la potabilidad del agua y la limpieza posterior del filtro, es un proyecto funcional y barato que puede ayudar sobre todo a personas en el tercer mundo.
    Buen blog,
    Saludos,
    Katie

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