La contaminación de las aguas marinas por el desastre de Fukushima
Según un reciente informe del Instituto de Investigación de la Seguridad Nuclear (IRSN) de Francia, el accidente en la central nuclear japonesa ha constituido el mayor aporte localizado de radioisótopos artificiales al medio marino registrado hasta el momento, aunque la existencia de corrientes marinas ha reducido notablemente el impacto del accidente sobre las aguas costeras próximas a la central. La mayor parte del vertido se produjo antes del día 8 de abril, habiéndose estimado que los vertidos posteriores a dicha fecha representan menos de un 20% del total.
[José Aguado Alonso, Grupo de Ingeniería Química y Ambiental, URJC]
Lógicamente los mayores vertidos de elementos radiactivos al mar se produjeron justo después del terremoto.
Según el informe del IRSN desde el inicio del accidente el 11 de marzo de 2011, se produjo el vertido directo de líquidos radiactivos al mar, lo que duró hasta el día 8 de abril. Asimismo hasta el 22 de marzo se produjo la precipitación al mar de los radionucleidos emitidos a la atmósfera.
En las inmediaciones de la planta, se detectaron a finales de marzo y principios de abril valores del orden de varias decenas de becquerelios por litro (*) para el cesio 134 y 137 y valores superiores a 105 Bq/l para el yodo 131. Las concentraciones de yodo 131 se redujeron rápidamente con el tiempo debido a que su periodo de semidesintegración (t1/2) es muy corto (8 días), por lo que a finales de mayo los valores de las mediciones se encontraban por debajo de los límites inferiores de detección. En relación con el cesio 134 y 137 sus concentraciones también descendieron con el tiempo, alcanzando valores inferiores a los límites inferiores de detección de las técnicas de medición utilizadas (del orden de 5 Bq/l) en el mes de julio. Esta reducción en la contaminación por cesio no fue consecuencia de su desintegración, ya que los valores de t1/2 para el cesio 134 y 137 son 20 años para el primero y 30 años para el segundo, por lo que tardarían en ser inocuos alrededor de 10 y 150 años respectivamente. La reducción de la contaminación por cesio 134 y 137 fue consecuencia de la existencia de importantes corrientes marinas (corrientes de Kuroshio y Oyashio) en las proximidades de la localización de la central nuclear. Estas corrientes, que transportaron a grandes distancias las aguas contaminadas en el seno, dieron lugar a una excepcional dispersión de los radioisótopos en el seno de las aguas del Océano Pacífico, provocando una elevada velocidad de renovación de las aguas marinas costeras, con una continua dilución de los contaminantes en las mismas. Esta dilución ha dado lugar a una importante reducción del impacto ambiental del accidente en las aguas costeras.
Sin embargo, el IRSN señala que puede persistir durante bastante tiempo una contaminación significativa de las aguas en el litoral próximo a la central nuclear, cuya causa es el aporte continuo al mar de sustancias radiactivas por las aguas fluviales o escorrentía de aguas superficiales en contacto con suelos contaminados. También existe el riesgo de vertidos esporádicos de líquidos contaminados provenientes de la propia central nuclear.
Así, por ejemplo, en el mes de junio, la operadora de la central de Fukushima, Tokio Electric Company (TEPCO), informó de la aparición, por primera vez desde la fecha del accidente, de niveles de estroncio 89 y 90 en muestras recogidas del lecho marino frente a la central, mas de 50 veces superiores a los estándares de seguridad establecidos por el gobierno de Japón. El riesgo de la contaminación por estroncio radica en su persistencia, consecuencia de su elevado periodo de semidesintegración (alrededor de 29 años).
Asimismo, el pasado lunes TEPCO confirmó que el domingo 4 de diciembre se produjo una fuga al Océano Pacífico de agua contaminada con estroncio radiactivo desde la central Fukushima-1.
Recientes mediciones realizadas a las especies marinas capturadas en las costas de la prefectura de Fukushima, mayoritariamente peces, ponen de manifiesto la persistencia de contaminación en las mismas. Por otra parte durante el pasado mes de octubre, investigadores de la Universidad de Tokio informaron de la presencia de altas concentraciones de cesio radiactivo en muestras de plancton recogidas en las proximidades de la central. Todo ello justifica que se mantenga la vigilancia de las especies marinas de la zona próxima a la central. Este control es especialmente importante en especies depredadoras, como atún o pez espada, que acumulan la radiactividad de las especies de las que se alimenten durante toda su vida.
Finalmente, los investigadores del IRSN han establecido una correlación empírica entre la cantidad emitida de cesio 137 y las concentraciones de cesio 137 medidas en el agua marina. Aplicando esta correlación han estimado que la cantidad total de cesio 137 vertido al mar hasta mediados de julio ha sido de 27.1015 Bq, lo que constituye el mayor vertido de radionucleidos artificiales al medio ambiente marino realizado hasta la actualidad. La mayor parte del vertido se produjo antes del 8 de abril, estimándose en un 18% del total las cantidades vertidas con posterioridad a esta fecha. En base a estos datos, el IRNS informa que el accidente nuclear de Fukushima, alcanzó el nivel 7 de gravedad en la Escala Internacional Nuclear y de Sucesos Radiológicos (INES). Este valor se corresponde con el máximo de la Escala y solo se había alcanzado anteriormente en el accidente de Chernobil en 1986.
(*) El becquerelio (Bq) es la unidad de medida de la actividad radiactiva y equivale a 1 desintegración nuclear por segundo.
(**) El Periodo de semidesintegración (t1/2) es el tiempo necesario para que se reduzcan a la mitad el número de núcleos de una muestra de un material radiactivo.
¿QUE RIESGO HAY EN CONSUMIR PESCADO DEL PACIFICO DE LA ZONA SUDAMERICANA?¿QUE RIESGO HAY EN CONSUMIR PRODUCTOS CHINOS?
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Contestando al riesgo de consumo de pescado de Suramérica o China, debido al accidente de Fukushima se puede decir que es irrelevante pues, si bien, en las zonas costeras próximas a Fukushima hay valores de radiactividad algo mayores por los aportes de agua contaminada, no se puede olvidar el efecto de dilución y dispersión del mar que hará que, simplemente, a un par de km. de la costa, la radiactividad sea inapreciable respecto a la del fondo natural marino. Por otra parte no hay que dejarse influir por el valor aparentemente abultado de medir la radiactividad en el sistema de medida SI, sistema internacional, pues en las antiguas unidades, curios Ci, 1 Ci equivale a 3,6.10 e10, es decir, los contenidos en Cs 134 y 137 no son despreciables, ni mucho menos pero, equivalen a 0,5 Ci/l. Resumiendo, el efecto Fukushima en el mar desaparece, probablemente, a un par de km. de la costa.
Perdón por el error, es de I-131 del que la concentración ha podido llegar a 1/2 Ci/l. aunque, con su periodo de semidesintegración de 8 días decae rapidamente. La concentración de de Cs 134 y 137 estará en el orden de los 10 e-9 Ci/l, un valor claramente muy bajo.
[…] años y la actuación de las corrientes marinas han causado, desde el inicio de estos vertidos, la dispersión de la contaminación radiactiva por todo el Océano Pacífico. Al objeto de frenar esta fuga de radioisótopos, un año después, Tepco, la empresa propietaria […]
[…] la contaminación de los mares cercanos a los litorales afectados, incluso pudiendo extenderlos. José Aguado Alonso en su bitácora “El Agua”, edito el post titulado “La contaminación de las aguas marinas por el desastre de Fukushima”, […]
[…] la contaminación de los mares cercanos a los litorales afectados, incluso pudiendo extenderlos. José Aguado Alonso en su bitácora “El Agua”, editó el post titulado “La contaminación de las aguas marinas por el desastre de Fukushima”, […]