Breves reflexiones sobre el coronavirus: la comunicación y la cultura

En estos días de tanta exposición a comunicaciones sobre el coronavirus en España, en la que en muchas ocasiones se nos presenta como un lenguaje que a marchas forzadas estamos interiorizando y que parece que se repite día tras día. Cómo cada país tiene su propia cultura, si ésta nos estará influyendo y condicionando. Me explico, Luis Rojas Marcos nos recuerda en su libro Somos lo que hablamos, que llamamos “cultura” al conjunto de creencias, acuerdos y normas que comparten los miembros de una sociedad y transmiten de generación en generación. Los transmisores suelen ser abuelos, padres y educadores, pero también ejercen esta función los líderes sociales y los personajes populares que idealizan, los personifican y comunican los valores de la época. Aunque las costumbres evolucionan con el paso del tiempo, en general tienden  ser bastantes estables. Los valores culturales moldean el lenguaje y la forma de hablar de las personas.

Esta reflexión, me resulta muy interesante porque esto estaría suponiendo que ante una pandemia como es el coronavirus. La cultura de cada país establece sus propios modos sutiles de cómo comunicar y hablar sobre temas globales, además de cómo se espera que las personas los traten en las diferentes circunstancias.

La sociedad española combina el individualismo-privacidad con la solidaridad. Ante la crisis del Covid-19 estamos asistiendo a un fenómeno peculiar objeto de análisis, estamos comunicando nuestras opiniones y abrimos los hogares. Estos ámbitos que hasta hace pocas semanas eran privados, y que ahora los mostramos a través de redes sociales debido al confinamiento en nuestras casas, haciendo visibles nuestros aplausos al personal sanitario y a todas a aquellas personas que día a día contribuyen con su esfuerzo y generosidad a aliviar el sufrimiento del Covid-19.

Esta primavera de generosidad, está siendo analizada por sociólogos/as, psicólogos/as, filósofos/as, investigadores/as y otras personas expertas. Sobre si el día después o periodo post-coronavirus, ¿seguiremos con estas actuaciones y palabras solidarias?

Para filósofa Adela Cortina, asegura que la sociedad va a “cambiar radicalmente” después de esta crisis, va a haber “un antes y un después” de ella, y afirma que para poder salir adelante se va a necesitar toda “la capacidad moral” y todo el “capital ético” de cada uno. También sobre el coronavirus  se podría aplicar lo afirmado por el sociólogo y antropólogo francés Marcel Mauss:  que es un hecho social total” es decir un fenómeno que ponen en juego la totalidad de las dimensiones de lo social.

Realmente no tenemos certeza si tendremos lecciones aprendidas, tras esta crisis sanitaria. Siguiendo como el símil de la primavera, en una entrevista al gran filósofo Emilio Lledó, preguntado sobre qué brotará de esta experiencia de la pandemia. Respondía Le estoy dando vueltas. Ojalá que pase algo positivo. La esperanza, hijo, es que nos reinventemos para mejor, que maduremos como sociedad. Aunque no quisiera decir que seamos mejores, no me gusta ser moralista. Prefiero decir, simplemente, que seamos algo más, que después de esta crisis del virus intentemos reflexionar con una nueva luz, como si estuviéramos saliendo de la caverna de la que hablaba el mito de Platón, en la que los hombres permanecen prisioneros de la oscuridad y las sombras. Quisiera que sea así, como te digo, pero me preocupa que esto sirva en cambio para ocultar otras pandemias gravísimas, plagas como el deterioro de la educación, de la cultura y del conocimiento.

No puedo estar más de acuerdo, es siempre reconfortante leer las reflexiones de filósofos como Emilio Lledó: “Debemos estar alerta para que nadie se aproveche de lo vírico para seguir manteniéndonos en la oscuridad y extender más la indecencia. Sobrecoge ver el poder que tienen sobre nosotros ciertas personas disparatadas, pues un imbécil con poder es algo terrible. Deseo de verdad que esto nos sirva para algo como sociedad. Que propicie un nuevo encuentro con los otros en la polis, en la vida en común”.

Para finalizar, me gustaría recordar a Eleanor Roosevelt “No hemos de convertimos en héroes de la noche a la mañana. Demos un paso cada vez, encarando las cosas que van viniendo, viéndolas no tan espantosas como parecen, descubriendo que tenemos la fuerza para controlarlas».

#QuédateEnCasa

Compartir:

Deja un comentario