Los Pioneros del 3D: William Friese-Grenne

Lo que mas admiración despierta en los inventores es la imaginación, iniciativa y proyección de futuro que tienen en sus inventos, más que el invento en sí, los cuales, con cierta frecuencia, son desarrollados en entornos no demasiado abiertos ni con demasiados medios para su consecución.Con la era de la tecnología 3D, como siempre que hay un acontecimiento importante en la cinematografía, se abre un nuevo debate en la historia del cine: estamos ante un camino sin retorno o se trata de una moda pasajera. Parece que estamos obligados a echar la vista atrás y revisar los inicios del cine, fechas e inventos que se van sucediendo y, cada vez que lo hacemos, nos adentramos en el conocimiento de la cantidad de genios que tuvieron que ver con el nacimiento de la cinematografía.

Cuando se piensa en los comienzos del cine todos tenemos en la cabeza a Louis Lumière. Sin embargo, han sido muchos los que desarrollaron sistemas de grabación y proyección con más o menos éxito. Podemos deducir, por tanto,  que no se puede indicar a un solo inventor el nacimiento del cine, sino que se debería de hablar de los “inventores del cine”. Tres siglos de investigaciones en forma de aplicaciones prácticas llevaron a obtener la reproducción del movimiento sobre una pantalla.

Un inventor es un precursor, alguien que “ve mas allá” en las aplicaciones y proyección de futuro de sus inventos y que se suele encontrar con factores tecnológicos limitadores. En el caso de Lumiére no fue así, sino que utilizó su invento como una forma de impresión y lo abandonó a los 5 años de poner en marcha su idea, justo cuando muchos otros no cesaban de intentar mejorar el sistema. El historiador C. W. Ceram, opina que “no es posible citar cronológicamente todos los nombres que, en los diez años decisivos de 1885 a 1895, adquirieron el derecho al título de coinventores del cine, son demasiados y toda cronología es incierta ya que en ese tiempo coinciden y se entrecruzan inventos efectivos, ideas ingeniosas de segundo orden, construcciones a medias, imitaciones y plagios de primera mano”. Pero destaca a tres hombres a los que no se puede pasar por alto:

Louis Aimé Augustin Le Prince, William Friese Greene, y Le Roi, de Kentucky, USA ( éste último, editor, en febrero de 1895, de un programa  con anuncio de sesión pública, de cinematógrafo, que se adelanta en ocho días a la primera proyección privada de los Lumière). Consideraremos al segundo de ellos: William Friese-Greene nació en Bristol en 1855 y fue un apasionado de la fotografía, convirtiéndose en el responsable de los primeros aparatos cinematográficos en Inglaterra, siendo considerado en éste país como el padre de la cinematografía , lo cual está inscrito en su lápida. Pero sea el padre o no, lo que si es cierto es que Friese-Greene es uno de los pioneros que contribuyeron a la aparición del cine. Perfeccionó el biofantascopio de J. A. R. Rudge (linternas mágicas) y patentó una cámara que reproducía 300 imágenes totales, hechas con película de celuloide perforada, a un promedio de 10 fotografías por segundo. Pero no fue su única patente:  en 1905, patenta la “cinematografia en color”, cuya cámara tuvo una gran repercusión mediática en las principales revistas como  “Scientific American” o en “Photographc News”. A finales del siglo XIX, patenta el primer sistema para conseguir imágenes tridimensionales, pero su mecanismo era tan complejo y extraño que rápidamente fue desechada. Este hecho casi le provocó la ruina, y le obligó a vender su patente por 500 libras.

Murió en 1921 mientras daba una charla en una reunión de la industria cinematográfica inglesa.

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