Aprendizaje y dispositivos móviles

A principios de este mes de Noviembre se celebró en Valencia una nueva edición del EmTech España, conferencia organizada por la revista “MIT Technology Review” del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde científicos, emprendedores, etc. comparten sus diferentes puntos de vista acerca del desarrollo de las tecnologías emergentes.

Entre los participantes en este evento se encontraba Scot Osterweil, Director Creativo de Education Arcade y Director de investigación del MIT, quien explicaba en una entrevista a RTVE.es que la gran aportación de lo videojuegos educativos es la de complementar la educación tradicional y, al mismo tiempo, proporcionar herramientas para que cada individuo descubra su propio camino para conocer nuevos conceptos, posibilitando el desarrollo de las inquietudes individuales.

Osterweil considera que los dispositivos móviles han supuesto un enorme cambio para el aprendizaje, ya que permiten acceder a cualquier dato en cualquier momento y lugar, dando preponderancia en la educación a la capacidad de hacer preguntas y resolver cuestiones, ante la mera memorización de datos.

El aprendizaje a través de dispositivos móviles es un tema que despierta cada vez mayor interés. Tal es así, que la UNESCO ha llevado a cabo ya durante varios años una iniciativa en este terreno, a la que ha dado en llamar «Mobile Learning Week» (MLW). Esta Semana de Aprendizaje Móvil tiene como principal interés investigar los modos en los que las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) -específicamente las que tienen que ver con la movilidad-, pueden contribuir a la consecución de la Educación Para Todos. Entre los objetivos que se plantean alcanzar por los nuevos caminos que esta tecnología posibilita se encuentran la mejora de la alfabetización mediante las tecnologías móviles, la mejora de la calidad de la enseñanza y la consecución de la paridad de género e igualdad en la enseñanza.

Según este organismo existen cinco tendencias en el “M – Learning” a tener en cuenta, unas para potenciarlas y otras para superarlas: la percepción de la tecnología móvil como algo ajeno a la educación; la escasez de políticas educativas que reconozcan y apoyen el aprendizaje móvil; el enriquecimiento que suponen las tecnologías en movilidad para la calidad de la escolarización tradicional; la necesidad de establecer medidas a nivel político para que el “mobile learning” ayude a cerrar brechas digitales; y, por último, la necesidad de forjar alianzas entre todos los agentes implicados en la enseñanza y otros provenientes de sectores económicos no involucrados en ella hasta el momento.

Es un hecho que las tecnologías móviles han modificado la vida social y laboral de toda la sociedad actual. Pero además, también pueden ser utilizadas en el mundo de la enseñanza de forma positiva para fomentar nuevas vías de adquisición de conocimientos, especialmente acordes a los hábitos y estructuras cognitivas de aquellos a los que Marc Prensky vino a denominar “nativos digitales”.

Lo que sí parece que no tiene vuelta atrás es  el impacto que ha conllevado la posibilidad de tener acceso a la información en cualquier momento y lugar. Sólo habrá que adoptar las medidas necesarias para que el aprendizaje por dispositivos móviles resulte beneficioso para todos y esté al alcance de todos.