El discurso del miedo

Por Yasmina Romero

¿Qué rasgos singulares caracterizan el relato sobre la inmigración que la sociedad española está construyendo en los últimos años? ¿Cómo son presentados los inmigrantes por los agentes sociales con mayor capacidad de influir en la opinión pública? ¿Qué grado de participación concedemos a los propios inmigrantes en la construcción de ese discurso colectivo? En los últimos años, la llegada de un significativo porcentaje de inmigrantes a nuestro país ha abierto el camino a una sociedad pluricultural que debe discutir cómo articular la convivencia entre las distintas formas de vida e imágenes del mundo que ahora conviven en su seno. La inmigración se ha convertido así en piedra de toque para la inclusión democrática y la igualdad de derechos sociales en el ámbito español y en el de la Unión Europea.

Inmersos en una grave crisis económica, la reflexión sobre estas cuestiones adquiere una importancia redoblada ahora que algunas voces empiezan a señalar a los inmigrantes como competidores desleales por un trabajo escaso y precario. En ese contexto, los medios de comunicación juegan un papel capital por su poder para generar actitudes y comportamientos en sus audiencias y adquieren por ello una grave responsabilidad ética ante la sociedad. Este es el núcleo problemático de El discurso del miedo. Inmigración y prensa en la frontera Sur de la Unión Europea, de Rodrigo Fidel Rodríguez Borges, recientemente publicado. La formación multidisciplinar del autor –doctor en Filosofía y doctor en Ciencias de la Información- le ha permitido enriquecer su estudio del comportamiento de los medios con las herramientas de la reflexión moral, acercando de este modo la llamada ética aplicada al campo del periodismo, algo que -recuerda Victoria Camps en el prólogo de la obra- no ocurre con la frecuencia deseable.

El libro somete a un escrutinio pormenorizado el tratamiento de la inmigración en la prensa española a la luz de los valores morales que deberían guiar el ejercicio del periodismo. A lo largo de sus páginas se analizan los enfoques noticiosos, el diseño en la presentación de las informaciones, los recursos expresivos, las estrategias discursivas y el sustrato ideológico que caracterizan el discurso informativo sobre la inmigración, con el objetivo de determinar si los medios nos están informando con rigor y objetividad o si, por el contrario, contribuyen a alimentar el miedo y la desconfianza en la opinión pública. El análisis y las conclusiones aportadas tienen como soporte documental la revisión de casi 200.000 páginas de prensa, dedicadas a informar de la “crisis de los cayucos” vivida en las Islas Canarias en 2006, año en el que los cayucos trasladaron 32.000 inmigrantes irregulares hasta sus costas.

Este trabajo –señala Camps- contribuye destacadamente a reforzar y potenciar los necesarios vínculos entre la reflexión ética y el periodismo a partir de una investigación sistemática, apoyada en datos contrastados y presentados desde una perspectiva crítica rigurosa.

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4 comentarios

  1. Yasmina, gracias por darnos a conocer esta estupenda publicación y difundirla. Creo que es vital no solo intuir sino, especialmente, documentar, como parece que hace este autor, cómo se presentan determinados discursos, pretendidamente neutros, sobre la cuestión migratoria, y analizar en profundidad su tendencioso mensaje. Últimamente no es inhabitual escuchar que en los medios españoles, por ejemplo, ya no hay una presentación tan abiertamente tendenciosa (en lo negativo) acerca de la migración, o que la población española es «escasamente xenófoba y/o racista»… y pienso que ello está absolutamente errado. La actitud ante la migración, y más ahora en tiempos de crisis, continúa siendo a menudo de extrañeza y rechazo, de miedo en efecto, de profundo chovinismo del bienestar. Se encuentra en parques, entre conversaciones de padres y madres «agraviados» porque «todas las guarderías públicas se las quedan los inmigrantes», o en los carteles de grupos neonazis en el barrio de Canillejas-Madrid (españa para los españoles, y cosas así), en anuncios que piden cocineras con «ser española» como primer requisito… colgado como si nada en el tablón de anuncios de cualquier supermercado. Sin ningún empacho. Y no, eso no es racismo, eso es objetivo reconocimiento de la realidad, opinan los que así declaran.
    No menospreciemos el efecto que el discurso del miedo exacerba en el ya de por sí rechazo xenófobo de la población hacia los migrantes. Así que gracias por la referencia, Yasmina…

  2. Que en la España de hoy se hable de la inmigración como un problema principal es algo más que una injusticia con aquellos que cuidan a nuestros viejos, que limpian la mierda, que recogen los frutos, que aportan mucho más de lo que reciben. Es el signo de una corrosión moral.

  3. Una acertada y siempre rigurosa semblanza de un libro oportuno que no hace mas que expresar lo que ya se está convirtiendo en una horrorosa costumbre, la de demonizar al extranjero. De ahí a las persecuciones hay un paso. Felicitaciones Yasmina

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