Los «sin papeles» y el debate sobre la nueva ley de inmigración estadounidense

En el pasado mes de diciembre la Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobó una reforma de la política migratoria, entre cuyas medidas se incluye convertir en un delito la inmigración ilegal y privar de la ciudadanía estadounidense a los hijos de inmigrantes indocumentados nacidos en Estados Unidos. Se estima que en este país residen hoy en día entre 10 y 12 millones de inmigrantes sin la documentación requerida. La posibilidad de que sean declarados delincuentes millones de personas que viven y trabajan pacíficamente en el país, y de que también sean acusados de violar la ley quienes les dan ayuda, ha levantado una ola de protestas, encabezada por organizaciones religiosas, sin precedentes en las últimas dos décadas.

Las posiciones están fuertemente polarizadas entre quienes quieren convertir el tema de la inmigración clandestina en un simple problema de seguridad con el blindaje de la frontera sur y los que pretenden cambiar radicalmente la actual ley para tratar de encontrar una solución permanente e integral al problema, más acorde con la tradición de acogida que ha caracterizado la historia de la democracia estadounidense.

Ante tal reforma de las leyes migratorias, y ante prácticas no muy distintas puestas en marcha en los ricos países de la Unión Europea, reflexiones del siguiente tenor cobran todo su sentido:

«Uno de los conceptos más curiosos que se han creado por el uso represivo de las fronteras y por el control de la migración es el de «personas ilegales», también llamadas «sin papeles». Acostumbrados como estamos a oírlo todos los días, no reparamos en el hecho de que se trata de un profundo sinsentido. ¿Cómo puede ser alguien una persona ilegal? Normalmente, se consideran ilegales las conductas, los bienes (por ejemplo, si son bienes ilícitos, obtenidos por la comisión de delitos), pero no las personas. Situar a las personas como ilegales se debe contar entre las aberraciones más grandes que se hayan cometido en nombre del derecho, y eso a pesar de que la lista de horrores perpetrados aduciendo los mandatos de la ley no es precisamente corta».

(Miguel Carbonell: «¿Se justifican las fronteras en el siglo XXI?», en Will Kymlicka, Fronteras territoriales, Trotta, Madrid, 2006, p. 10)

Compartir:

3 comentarios

  1. Desde que recientemente fracasara en el Senado la reforma migratoria impulsada por George Bush, la situación no puede sino empeorar. Todas las concesiones de Bush a su extrema derecha se pondrán en práctica -fortalecimiento de la frontera, redadas en puestos de trabajo, mayor presupuesto para la patrulla fronteriza, deportación de indocumentados, reforzamiento de los mecanismos de identificación de legalidad- mientras que las concesiones a los demócratas liberales como Kennedy -legalización de ilegales y trabajadores temporales- se quedaron en el camino.

    Puede que disminuya el número de migrantes, pero seguramente va a aumentar la cantidad de muertes. Más aún, ya aumentó. Durante el primer semestre de este año han fallecido más de 250 personas en el desierto de Sonora/Arizona, el mayor número desde 1998.

  2. yo pienso que el gobierno esta en un error al sacar atoda la gente que solo a estado aqui tratando de ganarse la vida estoy de acuerdo con el gobierno que saque alos sin papeles ( pero los que tienen delitos grandes o alos que andan en gangas por que no es justo que saquen los que solo vienen a fortalecer este pais eso es un (racismo)

    POR QUE SI EL PAIS HOY EN DIA ES MEJOR ES GRACIAS ALA MANO LATINA POR QUE ELLOS HACEN LOS TRABAJOS MAS DUROS Y AUN ASI LES PAGAN MENOS COSA QUE DEBERIA MEJORAR AL FIN Y AL CABO SE VAN A LAMENTAR Y CUANDO QUIERAN VERDADEROS TRABAJADORES NOS VAN A SUPLICAR POR QUE NOSOSTROS LOS (SIN-PAPELES) HACEMOS EL TABAJO DE 3 GUEREJOS Y ESO TODOS LO SABEN POR QUE LOS WHITE BOY’S SON BIEN GUEVONES POR ESO NO ES JUSTO QUE NOS SAQUEN DE ESTE PAIS SI NO EMOS COMETIDO UN CRIMEN SOLO DIOS DEBE JUSGAR NADAMAS EL DEBE JUSGARNOS ………………………………..

  3. De una manera poco ususal hellegado al estudio de este tema gracias aun ensayo que estoy realizando acerca del mismo, soy Colombiano, eso que es casi un KARMA que se carga en los controles aeroportuarios, denota la poca cultura que se tiene en el mundo acerca de una verdadera defensa de los derechos humanos, asisti hace un mes en Cartagena con ocasión al 60 aniversario de la declaración universal de los derechos humanos, mirando a los grandes diplomaticos delos paises manifestando las diversas posiciones acerca del papel que juegan los medios de comunicacion educacion y cultura de los derechos humanos solo paara darme cuenta lo complejo que es el asunto por que no solo en esta tarea de aplicar los derechos humanos teenemos el p`roblema cultural; que nos da Hollywod y todas esas esperanzas de grandeza aspiraciones que en si mismas llevan un egoismo y un desprecio hacia el otro sino tambien de la diversidad cultural en mi paais hay cinco regiones geograficas, y como el doblede culturas demarcadas como le leey hace poco al doctor carbonell el asunto de las fronteras no solo atenta contrael derecho a la locomoción sino a la dignidad misma del individuo y que parece que los estados cada vez see mpeñan mas en cerrarle la puerta a las personas pero se la abren a las ercancias en un acto barabarico que perturba a cualquier logica me declaro en realidad preocupado por esta problematica ya que es tratada como un problema de pequeña entidad y no como lo que es un problema de politicas de estado atentatorias de los derechos humanos por poaarte de los estados nacionales lo que obviamente justifica doctrinas xenofobas y ultranacionalistas que tratamos de suprar pero que aun estan en el seno de nuestras sociedades ojala mas personas pienese y reflexione de manera similar acerca de este delicaqdo tema para tener una esperanza de quee en el futuro no seamos considerados unos dlincuentes por el simple hecho de haber nacido en un pais distinto y regresemos por que no a ese tan temido peligrosismo y aun derecho penal de autor que peor retroceso en la historia que este.

Deja un comentario