La única identidad humana

«Ten el valor de utilizar tu mirada cosmopolita, es decir, reconocer tus identidades múltiples: asociar las formas de vida que surgen de la lengua, el color de la piel, la nacionalidad o la religión al convencimiento de que, en la inseguridad radical del mundo, todos somos iguales y a la vez distintos» (Ulrich Beck: La mirada cosmopolita, Paidós, Barcelona, 2005).


Los últimos mensajes de este blog han estado dedicados a la cuestión de la identidad de los inmigrantes y la compleja problemática asociada a la misma. Entre los comentarios recibidos al mensaje titulado La identidad y sus riegos políticos se encuentra el remitido por Alfonso J. Vázquez Vaamonde (25-04-2007), que por su interés se reproduce a continuación con el objeto de someterlo al debate de los lectores:

¿Raza? Humana, por supuesto

Es sorprendente ver como a medida que el mundo se hace más pequeño el aldeanismo se hace más grande; como el esfuerzo por elevar el nivel cultural parece producir un aumento del alarde de la identidad aldeana en sus diferentes versiones, estatalista, nacionalista, comarcalista, o de las identidades étnicas, religiosas, futbolísticas, culturales, etc.

Cómo el ser humano se resiste a descubrir su propia y única esencia: la de ser humano sin más aditamentos que el estrictamente de ser racional, que es lo que lo distingue de los demás seres vivos que se le parecen.


Esta exacerbación de lo inane frente a lo esencial es adecuadamente manipulado por los jerarcas políticos y religiosos que pretenden, de este modo, que la gente renuncie voluntariamente a ser libres a condición de ser aceptados por el «grupo», de estar dispuestos a considerar al otro el «enemigo», el «equivocado», el «malo», ….. Y cuanto mayor sea la necedad de uno de estos grupos, más justificación habrá para el nacimiento del siguiente.

Es comprensible que la gente privada de recursos intelectuales, indefensa ante un mundo que no entiende, se agrupe buscando la «protección de lo familiar». Es, pues comprensible que un inmigrante adopte esta reacción animal hasta que consigue entender el idioma del país al que ha ido, con el que ya se puede comunicar con sus semejantes. A partir de ese momento deja de tener razón funcional, tanto para él como para el natural del país, la exacerbación del mantenimiento de esas «identidades». Sobre todo esas identidades agresivas y no oferentes hacia los demás.

Mucha responsabilidad tienen nuestros jerarcas políticos y religiosos con la venta de sus emponzoñadas «identidades» y su «única verdad».

Pero tampoco podemos pasarnos toda la vida echándoles a los demás la culpa de nuestra abdicación: la de negarnos a pensar.

El nacionalismo, como la intolerancia religiosa, racial, etc., se pasan viajando pero, sobre todo, leyendo, razonando. La razón es la única que nos puede ayudar a ser seres humanos, es decir, a ser razonables.

El paradigma de este comportamiento es el que nos revela la anécdota de Albert Einstein. Cuando el funcionario que estaba rellenando su formulario de inmigración para entrar en los Estados Unidos le preguntó: «¿raza?», él, sin inmutarse, le contestó: «humana, por supuesto».

Ha pasado más de medio siglo desde aquella feliz anécdota, pero parece que el número de razas, racillas, racetas, y razúnculas va en aumento de mano de los terroristas de toda laya, y hay muchas, empeñados en impedirnos ser seres humanos; es decir, seres racionales.

 

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4 comentarios

  1. tienen un buen concepto sobre esta identidad y ahi cosas en la que estoy de acuerdo pero hay cosas en la qu e no pero en fin chvr sus conceptos

  2. Ciertamente la identidad guarda una gama de enlaces con otras importantes entidades, puedo decir que en lo que a mi respecta: asumo que la identidad de cada ser es única, exclusiva y que paradójicamente se reviste hasta de ciertos misterios ya que la mayoria de los seres humanos nos cuesta revelar nuestra verdadera identidad, temiendo ser juzgados o prejuzgados, sin embargo, quien revela lo que es, desea ser y termina siendo, no es que verdaderamente revele su identidad sino parte de esta, lo digo porque conozco un sin número de personas que llevando en la sangre su nacionalidad prefieren convertirse(identificarse) con otra que no es la propia, pués está más arraigado el miedo a la ofensa que demostrar cuanto valor cultural posee cada quien,.

  3. El concepto de identidad que plantean es muy bueno pero la verdad que para hablar de identidad nunca se termina es complejo gracias

  4. Lo fundamental de la identidad es la percepción de uno mismo en el contexto de la alteridad, tu esencia, tu pensamiento, tu racionalidad y su efecto en tu forma de conducirte con los demas; procurando el crecimiento colectivo que da origen a la cultura y la construcción social. Gracias por estas reflexiones.

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