Todos somos migrantes

 

Los árboles tienen raíces; los hombres y las mujeres, piernas. Y con ellas cruzan la barrera de la estulticia delimitada con alambradas, que son las fronteras; con ellas visitan y en ellas habitan entre el resto de la humanidad en calidad de invitados (Steiner 2011, 76).

 

En el Día Internacional de las Personas Migrantes*

El hecho de que haya un día para los migrantes es una buena ocasión para pararse a reflexionar un momento sobre una situación que es constitutiva del ser humano.

Migrantes – o hijos o nietos o bisnietos de inmigrantes – somos todos. Todas las regiones del mundo se ven afectadas por movimientos migratorios en expansión, bien sea por la entrada, por el tránsito o por la salida.

Si mira uno a su alrededor y piensa un poco, se encuentra con un montón de personas que han migrado, que se han desplazado en algún momento de su vida, para estudiar fuera, encontrar un trabajo en la capital, establecerse en otros lugares y conocer nuevas culturas… En ello no hay distinción por razones de nacionalidad, color de la piel, género, religión… Forma parte de la condición humana.

Ahora también crece el número de españoles que migran, sobre todo jóvenes, no por mero afán de aventura, sino por necesidad de buscarse la vida… ¿Quién no tiene amigos, hijos de amigos, compañeros de trabajo o conocidos que han emigrado o que se lo están pensando?

Migrar supone siempre un gran esfuerzo de adaptación, de entender nuevas realidades, de rupturas con raíces queridas, de hacer nuevos amigos… ¿Es tan difícil ponerse en lugar del otro, sobre todo cuando en esa situación podemos estar o llegar a estar todos?

Ser migrante no es ninguna condición para ser objeto de discriminación, ni de marginación, ni menos aún de ilegalización. Migrar es un derecho básico, es un derecho humano.

¡¡¡La movilidad es parte de lo que somos o de lo que son las personas de nuestro alrededor!!!

* La conmemoración del Día Internacional del Migrante se estableció en 2000 por las Naciones Unidas. Era también una forma de refrendar la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares, que había sido adoptada diez años antes por la Asamblea General (en su resolución 45/158, de 18 de diciembre de 1990).

 

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Un comentario

  1. No sabia que hubiera tal conmemoración, pero siempre es bueno tener una excusa para hablar de un tema que nos atañe a todos. ¡Cuántas barreras hay que derribar aún, empenzando por la fronteras!

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