Los Suelos como Patrimonio Natural y Los Científicos “Fundiraptors”

¿Que es un científico “fundiraptor”?. Simplemente una palabreja que acuñé un día con vistas a denominar a aquellos investigadores que van desesperadamente “en busca de la pasta” y de proyectos de generosa financiación. Se mueven rápido como las ratas en los congresos internacionales. Tampoco se pierden ninguna reunión realizada por organismos internacionales en donde (cuando no se suben literalmente a la chepa) de las autoridades en cuyas manos está que consigan sus objetivos. Sinceramente, tienen tal descaro y falta de decoro que, muchos colegas nos reímos a escondidas ante su ridículo comportamiento. Ahora bien, no nos confundamos, bajo el dicho japoneses de que en el amor, la guerra y la ciencia todo vale, suelen conseguir sus objetivos. A la postre, saldrán luego en los periódicos y otros medios de comunicación, por cuanto al liderar proyectos de gran envergadura, se les suele confundir con “sacerdotes de la ciencia”. Generalmente su calidad es más que mediocre, mientras sus artimañas impiden que salgan adelante iniciativas de mayor riesgo y creatividad. No saben de nada, pero se apuntan como “expertos de hecho” a cualquier línea de investigación que se ponga de moda. Ellos darán al poder lo que él desee, sea científicamente correcto o no. ¿Y a que viene esta desiderata? Os lo cuento enseguida.

 

 

 

Foto de un Fundiraptor en plena actividad

 

 

Hace unas semanas estuve en el V Congreso Internacional de la Sociedad Europea de Conservación de Suelos (Palermo 25-30/06/2007). A estos eventos van con menor asiduidad, a no ser que los inaugure alguna de sus presas preferidas (en Europa altos funcionarios europeos). Empero sus jóvenes delfines nos deleitan con sus últimos “descubrimientos”.

 

Pues bien, durante más 10 años, y especialmente a lo largo del desarrollo de la “Directiva Europea de Protección de Suelos”, reiteré una y mil veces la necesidad de conservar los suelos como cualquier otro recurso natural, apelando al diseño de una red Europea de Reservas naturales, o a otro tipo de figuras legales de tal guisa. Ya hable de ello a principios de 2006 en varios post albergados en nuestra categoría “Diversidad”. No hubo forma de convencer a nadie en estos foros repletos de fundiraptores. Esta gente no se mueve por la novedad, hasta que esté avalada por las autoridades responsables de conceder “la pasta”. Empero finalmente, el Parlamento Europeo, y la Directiva, reseñaron en los documentos finales mis tesis. Había que comenzar a trabajar en esta dirección. Como yo os he comentado en otros post incluidos en la Categoría aludida, fui el pionero en este tipo de investigaciones y se me reconoce como tal a nivel internacional.

 

Pues bien, me presente al congreso de Palermo con una contribución en la que desarrollaba las directrices científico-técnicas que podrían seguirse en el futuro con vistas a conservar los suelos como parte de nuestro patrimonio geológico (geodiversidad), biológico (biodiversidad) y cultural (diversidad de prácticas tradicionales agrosilvopastorales demostradamente sustentables). Sin mayores problemas. Sin embargo, leyendo los resúmenes de las actas me di cuenta que los delfines de varios de estos fundiraptores que habían despreciado previamente mis sugerencias, presentaban contribuciones en cuyos títulos rezaban mis tesis como si hablaran de algo nuevo y descubierto por ellos. Para su desgracia fueron varios a la vez. Hace cuatro años aquel “royo” que presentaba un español no merecía la menor consideración. Empero una vez avalado por la UE y con “pasta a la vista” la cosa ya era “otro cantar”. Repetían malamente viejos argumentos ya publicados por mi y otros investigadores norteamericanos  hace años intentando convencer al personal que eran de su propia cosecha. La verdad es que me divertí un rato.

 

La verdad es que los fundiraptores se mueven velozmente en aguas revueltas, es decir ante nuevas iniciativas y perspectivas de negocio que requieren tiempo para proponer líneas de investigación interesantes y científicamente rigurosas. Suele ocurrir que cuando tiempo después se presentan proyectos de calidad, ellos ya tengan toda la “pasta” en su poder. Son como el caballo de Atila. Que conste que muchos colegas saben de quienes hablo, y con toda seguridad, ya los están identificando.

 

Este es un paisaje acultural muy repetido en Europa, no solo en España. Resulta triste que individuos de tal catadura y talento se apropien de buena parte de fondos comunitarios. Y lo peor es que son muy astutos y como no tienen la menor ética (…..). De los resultados que suelen obtener, mejor no hablar (os los podéis imaginar) En otro post ya os narraré como tuve una intervención ciertamente agria, en el caso de la exposición de un proyecto concreto en el que participaban variopintos fundiraptores de varios países, pero no relacionado con el tema aquí tratado. Menudo trago pasó el ponente. Lo dejamos para otro día.

 

Buen fin de semana.

 

Juanjo Ibáñez  

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