La Ciencia Española No Necesita Tijeras: pero sí Articulación y Coherencia: ¡Así No Salimos del Pozo!

Dado que estos días la comunidad científica española, junto a parte de la blogosfera, se ha lanzado a protestar por el recorte presupuestario que se espera para el año 2010, debido a la crisis económica, no seré yo quien alegue que nos sobran recursos económicos. En consecuencia, me adhiero a la iniciativa. Eso si, con muchas reservas. En realidad, el sistema español de I+D+i es un desastre. Sin embargo, pensar que los presupuestos son quintaesencia del sustento de la ciencia deviene en dislate. Cualquier tipo de sistema requiere recursos (energía, materia, información, y en este caso financieros) con vistas a poder “existir”, pero también que atesore una estructura eficiente a la hora de optimizar su uso. Ahora bien, reitero que el defender que el vil metal es el principal mal que aqueja a la actividad investigadora en este santo país, no puede defenderse desde ningún punto de vista. Cierto es que los recursos destinados por nuestros gobernantes siempre han sido más que rácanos, También lo es que, tras cada periodo de vacas flacas en materia de economía, desandamos parte del camino iniciado durante los de bonanza. Ya hablamos de todo ello en un post muy reciente: “Los Científicos Españoles ante los Recortes Presupuestarios de 2010: ¿Inocencia o Rabieta?” que remite a otro en donde vaticinaba lo que iba a suceder. Lo que me indigna es que solo se levante la voz cuando escasean los recursos monetarios, pero muy poco a la hora de abordar otros males igual de endémicos. Y entre ellos destaca la estructura del sistema sobre el que se sienta la ciencia en España.

 

 

 

Fuentes: Brain Health and Puzzless. La Aldea Irreductible.

 

El blog “La Aldea Irreductible”, ha lanzado la iniciativa comentada al inicio de este breve post “La ciencia Española no necesita tijeras”. Casi todas las bitácoras del sistema en el nos alojamos (mi+d) se han adherido a la iniciativa. Hasta el momento no he leído ni un solo aporte interesante. Sinceramente, a nivel personal, he tenido que pensármeño varias veces antes de apoyar esta demanda, aunque atesore “parte” de razón. Cuando uno solo se revela por la escasez del vil metal se acepta, tácitamente, que el resto de los pilares de la actividad científica española funcionan adecuadamente. Y esto es rotundamente falso. Nuestro sistema de I + D + i se encuentra igual de desvertebrado que el resto de la sociedad ¿Porqué no aprovechar el momento para explicarlo? Unos mismos fondos pueden dar mucho o poco de si, en función de cómo y para qué se repartan. Pero poco o nada de este asunto ha salido a la palestra, a pesar de que, como mínimo, es tan importante como el primero. De aquí mis quejas. Procedo de una disciplina imprescindible para la salud de la biosfera que ha sido maltratada durante los últimos treinta años. Hablo de edafología. Parte de los responsables de este hecho pertenecen a las ramas de la ciencia que hoy van en la avanzadilla de desgarrarse las vestiduras. No puedo, por tanto, más que considerar que ellos son parte del problema, es decir de los interesados en no articular un sistema de I +D + i que sea útil y ecuánime para todas las ramas del saber, casi olvidadas en la actualidad. Y resulta que somos legión de disciplinas y de practicantes.  

 

Insisto en que una buena parte del alboroto ha surgido de aquellos centros de investigación que disponen de más recursos, así como de los practicantes de las líneas de investigación que más se han beneficiado de esta suerte de ciencia invertebrada. Cabría recordar que resultan ser muchos de ellos de los que se esperaba que jugaran un papel decisivo en convertir la investigación en desarrollo e innovación (i +D). Sin embargo, no ha sido así. Sorprende también que portavoces de otras disciplinas que, por su naturaleza intrínseca poco pueden aportar a la i + d, aunque por ello no sean menos importantes y necesarias, no se cansen de repetir la coletillas de desarrollo e innovación, como si en ello se les fuera la vida. ¡Sorprendente que desconozcan su propia idiosincrasia, así como quien es el enemigo de parte de sus males!

 

Resumiendo, ante este espectáculo, un tanto lamentable, solo cabe incidir en que el dinero no los es todo, nos falta una estructura adecuada para que el sistema funcione. Sin embargo, los alegatos que hoy padecemos son de una pobreza sustancial impresionante. ¡Así no salimos del pozo!.

 

Juan José Ibáñez     

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