Continuamos en este post abordando los problemas inherentes a los análisis de suelos, aguas y plantas, cuya primera entrega podéis leer pinchando aquí. Los análisis de suelos suelen requerir un previo secado de la muestra y, a menudo, su posterior tamizado. Sin embargo, si tales operaciones no se llevan a cabo con el cuidado oportuno, los resultados de los análisis no serán correctos. Sigamos pues. En los suelos ácidos, el secado al aire produce un incremento del fósforo soluble en agua o disminuye el fósforo soluble en ácido. Pero si se seca a altas temperaturas, este incremento puede ser cercano al cien por ciento. Los suelos alcalinos, al secarse, liberan menos fósforo que si no realizamos tal operación. En algunos suelos, el proceso de secado puede afectar la capacidad de fijación de fósforo y ello está relacionado con cambios en el contenido de aluminio y hierro.

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Muestreo de suelos. Fuente: Avalon

Los suelos secados al aire pueden liberar más sulfatos a las soluciones extractoras, que si es extraído en fresco. El pH de algunos suelos y particularmente, los que contienen compuestos sulfatados, pueden sufrir  cambios drásticos por tal operación. Suelos que contienen sulfuros o azufre elemental, cuando son secados al aire desarrollan pHs menores en dos unidades, cuando con antelación a este proceso resultan ser neutros. Las repercusiones son químicas y biológicas. Este último factor influye también al incrementar el manganeso intercambiable.

 Hasta en la determinación de textura, la deshidratación irreversible, causa cementación de las partículas arcillosas que no pueden ser dispersadas (Hesse 1971). El secado en ocasiones se realiza a pleno sol, sin embargo lo más recomendable realizarlo en la sombra. A pleno sol y dependiendo del material sobre el cual se realice, se pueden alcanzar temperatura entre 40 y 50º C, como puede suceder en las azoteas de algunos laboratorios o sus patios al aire libre. Esto que puede provocar cambios importantes y afectar seriamente la veracidad de los resultados y por ende su aplicabilidad.

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Secando las muestras de suelos en el laboratorio. Fuente: Avalón

 Manejo de las submuestras en el laboratorio

Después, el suelo es tamizado con diferentes mallas según el tipo de análisis que se desea y la muestra se guarda en frascos o botes. De donde directamente se toman submuestras, tantas veces como sea necesario, este inicio, ocasiona fuertes discrepancias en las determinaciones, superiores al cuarenta por ciento. Dado que las partículas se van sedimentando por su tamaño dentro del recipiente, (Sociedad Veracruzana para el Conocimiento de los Suelos 1980). Lo adecuado será hacer un muestreo vaciando toda la muestra en una superficie, que nos permita obtener las porciones representativas necesarias. Repitiendo este procedimiento cada vez que sea necesario

 Rutina de laboratorio sugerida

Antes de secar el suelo es conveniente separar una parte para determinar en húmedo: pH, color y otros que se juzgue necesario. Después determinar: Densidad aparente, por el método de la partícula cubierta de parafina, para suelos con agregados y la probeta solamente para los suelos arenosos, densidad real, por el picnómetro o con un matraz aforado de 50 ml. y textura al tacto por personal bien estrenado y posteriormente por la Pipeta o al menos con el Bouyoucus-Day. Una buena información de textura nos permite inferir otras características y propiedades del suelo o bien para comparar los datos obtenidos de regiones semejantes.

 Estas determinaciones que podemos llamar preliminares nos aportan información muy valiosa para definir otras determinaciones. Inclusive una vez secada y tamizada la muestra, el tiempo de trabajo en el laboratorio se reduce casi en un 50%. El tamiz más común es con malla de 2mm. Para proyectos regionales de muestreo, localizar varios laboratorios temporales periféricos, permitirá aprovechar mejor a uno localizado estratégicamente y mejor equipado.

Estas sugerencias como todo lo hasta ahora manifestadas, son fruto de revisión bibliográfica y experiencias personales. Porque él solo seguimiento al pie de la letra de una metodología, no es garantía absoluta de la validez de un análisis como se puede concluir de todo lo expresado. No está por demás enfatizar que para que los análisis sean verdaderamente útiles, es indispensable una comunicación plena entre el usuario del análisis y el personal del laboratorio.

 Continuará…

 Post previos del autor sobre el mismo tema

 Algunas Consideraciones para los Análisis de Suelos, Plantas y Aguas (Régulo León Arteta)

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