La labranza estratégica y la salud y calidad de los suelos
Fuente: Colaje imágenes Google
Vivimos en una época en la que el las trampas y en el fraude abundan por doquier. Desde que se fue haciendo evidente el fracaso y engaño de la contaminante y degradante agricultura industrial, comenzaron a proliferar otros tipos de gestión del agro que aparentan intentar ser más sustentables y menos nocivos. Empero el imperio de las multinacionales del agronegocio, con sus pesticidas y exceso de fertilización, se disfrazan de cenicientas, prometiendo una sustentabilidad que en la práctica no suele ser tal. Y así aparecieron mil y un tipo de gestión de los sistemas agrarios, unos razonables y otros canallas. Y para más INRI, bajo el mismo vocablo se publicitan las sustentables y las genuinamente mentirosas. La confusión es colosal, y como todos sabemos “a rio revuelto, ganancia de pescadores”. Así por ejemplo, bajo el palabro “agricultura de conservación (FAO), este organismo comenta la supresión o limitación drástica del uso de pesticidas. Sin embargo, ya vimos hace años que en muchos casos las multinacionales de tal tipo de agricultura “tiraban la piedra y escondían la mano (léase por ejemplo nuestro post “ Agricultura Ecológica versus Agricultura de Conservación”. “Agricultura ecológica con transgénicos y pesticidas, versión multinacionales”.
Muy a menudo, escudándose indebidamente en el gesto/propaganda de evitar la degradación y erosión del suelo, surgen otros “modelos de negocio” que ocultan sus verdaderas intenciones (solo negocio) escudándose en vocablos tales como la Labranza 0 , y la agricultura sin labranza. Empero, se extendieron vía márquetin como os vamos a mostrar, una vez más con la entradilla que os mostramos hoy, por las razones aludidas en este interesante relato; “¿Será la agricultura de labranza cero en los EE. UU. la forma de cultivo dominante para el año 2025?, que corrobora lo que aun lamentablemente acaece en numerosos espacios agrarios.
Los lobos con piel de cordero que terminan contaminándolo todo, y al final los palabros no sirven de nada: ¿Son sustentables y genuinamente ecológicas? En la mayoría de los casos no. Sigan ustedes las instrucciones de los organismos internacionales, jamás el márquetin de las empresas multinacionales.
El caso que os mostramos abajo es un claro ejemplo de la confusión reinante entre lo que se denomina agricultura orgánica y ecológica. Nadie de nosotros dudamos de que el abuso del arado perjudica la calidad y las funciones del suelo. Sin embargo, “uso no es abuso” y en determinadas circunstancias pueden ser necesarias “eventualmente”. De aquí que los autores del estudio muestren un caso concreto, y una exitosa estrategia la denominan agricultura estratégica. ¡Otro vocablo más a la caja de pandora!. Lean ustedes la reseña y los enlaces, para a la postre repensar todo y no dejarse engañar por vocablos que ya no significan nada.
Cada problema agrario, tiene unas soluciones ecológicas concretas, los epítetos no sirven de nada, mientras que creerse el márquetin comercial nos conduce hacia el precipicio. Los herbicidas, plaguicidas y transgénicos, resultan ser todo lo contrario que la agricultura ecológica, atentando contra sus principios. La noticia que vamos a exponer hoy se denomina: “Algunas rotaciones de cultivos sin labranza en granjas lecheras podrían beneficiarse de la labranza estratégica”. Y luego corrobórenlo con el contenido de este otro enlace con el previamente aludido.
Juan José Ibáñez
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Algunas rotaciones de cultivos sin labranza en granjas lecheras podrían beneficiarse de la labranza estratégica
por Jeff Mulhollem, Universidad Estatal de Pensilvania
Muchos productores sin labranza son reacios a implementar cualquier alteración del suelo debido a las preocupaciones sobre los impactos negativos en la salud del suelo. Sin embargo, un nuevo estudio realizado por un equipo de investigadores de Penn State sugiere que arar los campos una vez después de cinco años en una rotación de cultivos que incluye cobertura con cultivos de cobertura y plantas perennes puede mantener la salud del suelo y proporcionar otros beneficios.
«Aunque la labranza cero ha demostrado ser muy buena para la salud del suelo, y su amplia adopción en Pensilvania y el noreste ha resultado en reducciones en la erosión y la sedimentación, ha resultado en la aparición de malezas resistentes a los herbicidas porque los agricultores de labranza cero dependen de los herbicidas para controlar las malezas y terminar con los cultivos de cobertura «, dijo la líder del equipo Heather Karsten, profesora asociada de producción / ecología de cultivos. «Y eso ha creado un gran problema de control de malezas«.
Karsten, cuyo grupo de investigación en la Facultad de Ciencias Agrícolas durante casi dos décadas ha estudiado cómo las granjas lecheras pueden producir cultivos de manera más sostenible, señaló que la dependencia de herbicidas como el glifosato puede tener impactos ambientales negativos y problemas de salud humana. En cambio, los científicos de Penn State abogan por el manejo integrado de malezas, que emplea múltiples prácticas de control de malezas.
Hay muchos beneficios para la agricultura sin labranza, señaló Karsten, pero una de sus desventajas es que los productores usan herbicidas repetidamente para matar los cultivos de cobertura y las plantas perennes en sus rotaciones. Es una carga ambiental que puede y debe reducirse, argumenta, porque la labranza cero ha sido ampliamente adoptada. Por ejemplo, una encuesta realizada en 2017 por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos reveló que el 67% de la superficie de cultivo en Pensilvania se manejó con labranza cero y el 24% con cultivos de cobertura.
«Cuando se usan herbicidas una y otra vez para quemar los cultivos de cobertura y matar las plantas perennes, eso selecciona malezas resistentes a los herbicidas y contamina el medio ambiente«, dijo. «Existe una creciente evidencia de que los herbicidas como el glifosato y el 2,4D que se usan comúnmente para quemar cultivos de cobertura y controlar las malezas plantean algunos problemas de salud humana, como el linfoma no Hodgkin y la alteración endocrina. Estos y otros herbicidas utilizados para controlar las malezas resistentes a los herbicidas también son tóxicos para los organismos del suelo y la vida silvestre«.
En el experimento de seis años realizado en el Centro de Investigación Agrícola Russell E. Larson de Penn State, los investigadores contrastaron dos sistemas de cultivo: un sistema continuo de labranza cero que utiliza herbicidas y un sistema integrado de manejo de malezas que utiliza labranza de inversión estratégica y menos herbicidas. Midieron indicadores de salud del suelo, como los niveles deseables de carbono del suelo y agregados estables al agua, que se refiere a una calidad deseable de aglutinación del suelo que promueve la porosidad del suelo, facilita la infiltración de agua y aire, reduce la erosión del suelo y mejora las condiciones de crecimiento para las raíces de las plantas y los organismos del suelo.
El experimento se llevó a cabo en una rotación de granjas lecheras del noreste que consistía en canola de invierno, o canola, más avena, seguida de un cultivo de cobertura de centeno; soja seguida de un cultivo de cobertura de centeno; y grano de maíz o ensilaje de maíz, seguido de tres años de forraje perenne de alfalfa y pasto de huerto plantado con un grano pequeño compañero.
En los hallazgos publicados recientemente en Frontiers in Sustainable Food Systems, los investigadores informaron que tomaron muestras del suelo a dos profundidades, 2 pulgadas y 6 pulgadas, para el carbono total y la densidad aparente. Descubrieron que, a pesar de los valores iniciales más pequeños de salud del suelo en el sistema de labranza estratégica después de la labranza de inversión, todas las propiedades, excepto el carbono lábil, eran similares en ambos sistemas después de dos años de forrajes perennes en el sexto año de la rotación. El carbono lábil es la fracción del carbono orgánico del suelo con los tiempos de renovación más rápidos y, por lo tanto, está más disponible para los microbios del suelo.
Los hallazgos sugieren que los productores pueden evitar el gasto de aplicar tantos herbicidas y evitar contaminar sus ecosistemas mediante la implementación de una labranza estratégica muy limitada, explicó Karsten. Y a largo plazo, la salud de sus suelos permanecerá en gran medida sin cambios y protegida.
Hay beneficios adicionales de la labranza estratégica que no se abordaron en esta investigación, pero son importantes, según Karsten. En la labranza cero a largo plazo, las enmiendas del suelo, como el fósforo, pueden acumularse en la superficie del suelo, lo que puede provocar escorrentía de fósforo y contaminación del agua. Mezclas estratégicas de labranza en estas enmiendas del suelo, incluida la cal que puede mejorar el pH del suelo a través de más del perfil del suelo.
Además, la labranza estratégica tiene un efecto disruptivo en las poblaciones de que prosperan en sistemas de labranza cero y son particularmente problemáticas en campos de labranza cero con grandes cantidades de residuos de cultivos comerciales y cultivos de cobertura anteriores, hábitat ideal para las.
«Encontramos, pero no informamos en este documento, que en los años en que las eran problemáticas, las poblaciones de y el daño de las al cultivo que se plantó después de la labranza fue significativamente menor porque la labranza interrumpe sus poblaciones y probablemente destruye los huevos que ponen las«, dijo Karsten. «Esa es otra razón por la que los agricultores deberían considerar la labranza estratégica. Después de que las granjas se convierten a labranza cero, recibimos llamadas de productores preguntando qué pueden hacer para controlar las. La labranza puede hacer retroceder a las poblaciones de».
Más información: Devyn McPheeters et al, El manejo integrado de malezas con labranza estratégica puede mantener la calidad del suelo en sistemas de cobertura viva continua, Frontiers in Sustainable Food Systems (2022). DOI: 10.3389/fsufs.2022.907590
Proporcionado por la Universidad Estatal de Pensilvania