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Fuente: Índice de Coherencia de Políticas para el Desarrollo Sostenible (ICPDS)

 “No hay ningún país que sea coherente con su modelo de desarrollo”

 El Índice de Coherencia de Políticas para el Desarrollo Sostenible (ICPDS) se me antoja como una idea fantástica, al menos si se compara con los índices de que hemos hecho uso hasta la fecha y de los que da fe las dos noticias que os expongo hoy. ¡Bien venido sea!. Al menos, a partir de ahora, atesoraremos unas cifras menos filibusteras, entre las cuales comienza a vislumbrarse las diferencias entre la verdad y la posverdad. No obstante debemos advertir que el verdadero interés, en mi opinión, reside en no contentarse holgazanamente con cotejar el valor que alcanza el índice en cada país, sino analizar los factores y variables implicados detenidamente, a la hora de calcularlo. Así, por ejemplo, aunque España aparezca en esta ocasión en novena posición, fíjense en el varapalo que recibe en la página Web Economía Crítica y Crítica de la Economía que ha realizado parte de esta tarea, por lo que su coherencia en políticas de desarrollo sostenible deja mucho que desear. Del mismo modo, en materia ambiental, obsérvese en la página Web correspondiente el lamentable valor de la componente medioambiental de Noruega y con razón. Y ambos países se encuentran en el Top Ten. Sin embargo, su verdadero valor, en mi opinión, no procede tan solo en contentarse con visionar el valor que alcanza el índice en cada país y contemplarlo, sino en analizar los factores implicados detenidamente. Por lo que en general la coherencia en políticas de desarrollo sostenible deja mucho que desear. Reitero que deja constancia de la hipocresía de los países poderosos que quieren imponer sus leyes por la fuerza del dinero y no por haber cumplido sus deberes. Francamente el material es muy interesante y habla por sí solo. El verdadero problema estribara tanto en ir mejorándolo, como pero más aún que se haga popular entre los medios de comunicación, la clase política y como no los ciudadanos. De este modo podemos saber “un poco mejor” quien es quien y que patrañas nos intentan vender. Al margen de describir el índice, por favor entrar en los enlaces a las páginas oficiales al final de la interesante nota de prensa que ofrece Diario Publico.

Comenzamos la entradilla con una frase rotunda que cita Diario Publico en su nota de prensa titulada: “Más allá del PIB: el índice que mide la coherencia de la economía con el medio ambiente y los derechos humanos”, que reproducimos abajo. Buena idea a expensar de analizar, personalmente, como han fraguado el índice, ya que no existe ninguno que sea un fiel reflejo de la cruda realidad en la que vivimos. Eso sí, los hay tramposos, muy engañosos, malos, regulares y aceptables.

Juan José Ibáñez

Continúa…….

Más allá del PIB: el índice que mide la coherencia de la economía con el medio ambiente y los derechos humanos

El Índice de Coherencia de Políticas para el Desarrollo Sostenible (ICPDS) mide parámetros medioambientales, compromisos con los derechos humanos, niveles de militarización y políticas financieras de los estados. De esta forma, se pretende plasmar las contradicciones del modelo de desarrollo global y calcular las repercusiones que puede tener en el entorno y en la vida de las personas.

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madrid; 16/11/2019 10:43 Actualizado: 16/11/2019 10:43

Alejandro tena

El Producto Interior Bruto (PIB) es, sin duda, uno de los indicadores económicos de referencia a nivel mundial. Sus macrodatos sirven para establecer rankings y tablas comparativas que, en ocasiones, reducen la calidad de vida a valores monetarios, sin apenas tener en cuenta los daños medioambientales que los modelos productivos pueden generar, ni las condiciones sociales con las que se alcanzan determinados niveles de riqueza. Así lo entienden las organizaciones sociales, que han impulsado una herramienta alternativa al PIB, para tratar de medir la coherencia que tienen las políticas públicas con el desarrollo sostenible y los derechos humanos.

El Índice de Coherencia de Políticas para el Desarrollo Sostenible (ICPDS), creado desde la Coordinadora ONGD, incorpora una mirada multidimensional de la economía de los estados para tratar de visualizar los efectos reales que las políticas públicas tienen en las personas y en el propio planeta. “El PIB se termina utilizando para medir el crecimiento de los estados y a veces se usa como sinónimo de bienestar, pese a las inconsistencias que puede tener apostar por el crecimiento como modelo económico”, explica a Público Luisa Gil Payno, de Economistas sin Fronteras, que pone el foco en la incongruencia que supone considerar como algo positivo que acciones empresariales que contaminan contribuyan al crecimiento.

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En ese sentido el ICPDS –presentado este sábado a la esfera pública– recoge 57 indicadores económicos que trascienden más allá de la esfera monetaria: desde la opacidad financiera, hasta la militarización de un país, pasando por el cumplimiento de los derechos humanos y los límites biofísicos de la tierra. De esta forma, la herramienta permite comparar porcentajes de coherencia política a niveles generales, pero también cotejar parámetros concretos de las economías de los 148 países analizados. Para ello se han utilizado referencias de instituciones oficiales como el Banco Mundial o la ONU y de organizaciones sociales de gran solidez como el Global Footprint o el Institute for Economics & Peace.

Asimismo, los impulsores de este índice, que aspira a convertirse en referencia de análisis mediático y político, han apostado por introducir una mirada transnacional propia de un mundo globalizado, para que las acciones que los estados realizan más allá de sus fronteras puedan penalizar o no sus valores de coherencia económica. Esta es una variante interesante a nivel medioambiental, en tanto que los países más poderosos económicamente tienden a llevar a cabo actividades extractivistas en los territorios del globo sur, ampliando la huella ecológica más allá de sus territorios.

“No hay ningún país que sea coherente con su modelo de desarrollo”

El resultado del análisis que plantea el ICPDS deja conclusiones que, en cierta parte, no sorprenden. “No hay ningún país que sea coherente con su modelo de desarrollo”, valora Yolanda Polo, de la Coordinadora ONGD. Tanto es así que ningún país alcanza los 80 puntos (de 100) en el ranking. Así, los nueve líderes mundiales serían los países nórdicos (Dinamarca, Islandia, Suecia, Noruega y Finlandia), seguidos de Nueva Zelanda, Australia, Portugal y España, que posee una puntuación del 69,37% de coherencia entre políticas y desarrollo. Sin embargo, estos estados, con buenos niveles de bienestar, tienen unos índices bajos de respeto medioambiental, lo que, según los economistas impulsores del ICPDS, deja entrever que “no pueden ser modelos de referencia” ya que “su patrón de desarrollo es insostenible y no es extensible al conjunto del planeta”.

El ICPDS muestra también variaciones muy representativas respecto a las mediciones del Producto Interior Bruto (PIB) o el Índice de Desarrollo Humano (IDH). EEUU, primera potencia mundial según los datos del PIB, desciende hasta el punto número 91 con un 41,72 % de coherencia entre políticas y compromisos medioambientales y sociales. Algo parecido ocurre con India –septimo país en cuanto a PIB–, que es el Estado con menor índice de coherencia.

En cuanto a los marcadores aislados, el ranking de coherencia ambiental muestra datos dispares. Tanto es así, que los estados con economías poco desarrolladas encabezan el listado de coherencia climática, con Kenia a la cabeza, seguida de Nicaragua, Bolivia, Guyana y Madagascar. Por otro lado, Estados Unidos, China, Japón o Alemania –países con mayor PIB– se encuentran en la zona baja del ICPDS en materia medioambiental. España, por su parte, aparece en el puesto 80 dentro de este criterio específico.

En cuanto a los datos del índice que reflejan los compromisos de las economías estatales con los derechos humanos, destaca que el ICPDS coloca a Dinamarca, Países Bajos, Suecia, Noruega, Suiza e Islandia a la cabeza, mientras que Tailandía, Catar o Zimbabue cierran la lista. De nuevo, Estados Unidos aparece en un lugar muy lejano al que ocuparía bajo los criterios del PIB, ya que se sitúa en el puesto 115 del ICPDS en políticas relacionadas con los Derechos Humanos.


*Puedes ver
AQUÍ los datos completos del Índice de Coherencia de Políticas para el Desarrollo Sostenible (ICPDS)

El Índice de Coherencia de Políticas para el Desarrollo Sostenible (ICPDS) es una herramienta que mide, evalúa y compara el compromiso de los países con un desarrollo humano sostenible, justo y equitativo. Nace con el objetivo de ofrecer una alternativa a la hegemónica y limitada visión de los indicadores que habitualmente se usan para medir el progreso, especialmente el Producto Interior Bruto (PIB). El progreso de un país solo es progreso si es a la vez compatible con el de otros países y con el del conjunto del planeta. Por eso, para medir esta relación, hemos construido el ICPDS.

El ICPDS hace un análisis tanto de las políticas que contribuyen positivamente al desarrollo sostenible de un país como aquellas que contribuyen negativamente, no sólo en ese mismo país sino también en terceros países o en el conjunto del planeta. El ICPDS muestra así el mapa completo del desarrollo sostenible.

No es una propuesta neutral como tampoco lo son otros medidores como el PIB o el Índice de Desarrollo Humano (IDH). El ICPDS sanciona y/o premia el comportamiento de los países a partir de un enfoque que apuesta por un desarrollo humano, sostenible, con perspectiva de género, ecologista, basado en los derechos humanos y profundamente cosmopolita, sin dar por hecho que los efectos e impactos de las políticas nacionales afectan únicamente a sus respectivas ciudadanías.

El ICPDS ofrece una alternativa al PIB o el IDH como los principales referentes que determinan la acción política gubernamental y evalúa las políticas públicas con el objetivo de que pongan en el centro del modelo de desarrollo a las personas y el planeta.

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