La Trastienda del Protocolo de Kyoto: El Negocio de la Energía y los Nuevos Riesgos para el Medio Ambiente
Hace unos años, un entrañable amigo experto en cambio climático me dejó desconcertado hablando del problema del cambio climático. Más concretamente me comentó: “Ya no se trata de salvar el clima, sino de la crisis energética que se avecina, así como de sus repercusiones sobre la economía de los países industrializados”. Los hechos le han dado la razón. Bajo el escudo de defender el medio ambiente subyacen otros intereses muchos más obscuros, algunos legítimos y otros perversos. Todo parece apuntar a que la mitigación del cambio climático es la cara afable de un gran negocio que las fuerzas económicas fraguan en su trastero. Sabemos que la sociedad demanda imperiosamente una economía desacoplada de las reservas de petróleo. Empero lo que comienza a ser cuestionable es sí realmente se pretende que tales energías sean más limpias y menos contaminantes.
La verdad es que como un campesino ignorante, no dejo de sorprenderme varias veces al día cuando leo la compilación de las noticias de prensa que ofrecen diversas revistas electrónicas gratuitas, como el las del Boletín de Noticias de I + D + i de la CAM o el Portal del Medio Ambiente.
Resulta intrigante que, mientras el resto de Convenciones Internacionales con vistas a proteger el ambiente estén convirtiéndose en un verdadero fiasco, tras la de Cambio Climático se estén desplegando todas las estratagemas posibles de múltiples sectores económicos.
Por aquí rondan los defensores de la energía nuclear, aun cuando ni tan siquiera se ha encontrado solución con vistas a como almacenar los residuos extremadamente peligrosos de las centrales nucleares construidas hace decenios. No hablemos del devastador efecto de los accidentes ocurridos, unos gubernamentalmente reconocidos y otros no.
Por otro lado, están los “toca genes” “trangenizando todo”. Estos, nos deleitan con todo tipo de promesas (sandeces) sobre un ambiente saludable, cuando ni tan siquiera conocemos los efectos de introducir en la naturaleza organismos modificados genéticamente. La verdad es que parece que no hayan salido de su laboratorio jamás. No tienen ni idea de lo que es la ecología, así de cómo las sutiles interconexiones entre los elementos de un ecosistema. Si quieren leer sobre esta materia, introduzcan en su buscador “redes tróficas”, “redes ecológicas” y “especies clave”. La desaparición de una sola especie clave suele generar una extinción de otras muchas en cascada, y como corolario, una transformación profunda del ecosistema. Desconocemos absolutamente las repercusiones que pueden generar en las comunidades vivas (cuyas estructuras son muy semejantes a las de la Web), la introducción de tales organismos modificados. Los vegetales son mucho más proclives a hibridar que los vertebrados, pero mucho más veloz aún es la transferencia horizontal de genes entre microorganismos. La contaminación biológico-transgénica es un riesgo que debe asumirse. Resulta legítimo que los movimientos ciudadanos sean recelosos ante la falta (u ocultación) de pruebas irrefutables sobre su inocuidad. ¿Por qué no seguir aplicando el principio de precaución?
Pero “dicen”, nos “prometen”, que ellos arreglan el problema de la producción de biocombustibles en un “periquete” tocando los genes una y otra vez a los organismos vivos. ¿Y esto que significa?: ¿más riego en un mundo en el que el agua se ha convertido en el verdadero “oro incoloro”?; ¿Más fertilizantes y plaguicidas en un mundo en donde los efectos de la contaminación actual genera millones de muertos anuales?; ¿invadir las economías de los países en vías de desarrollo para que nos cultiven combustibles (ya lo hacen con la soja y el maíz transgénico, etc. ), en lugar de producir alimentos sanos para una población necesitada?
Los “toca genes”, como ya analizaremos en otro post, ahora pretenden invadir las zonas agrarias para cultivar “medicamentos y vacunas”. Empero con vistas a conseguir tal objetivo se requiere más agua, plaguicidas y fertilizantes y, como no, “plantas transgénicas”. Eso sí, lo primero es acuñar un vocablo y ya lo han hecho: “agricultura molecular”. ¡Ole Toreros!: ¡vaya cara más dura tenéis”. Como ya veremos, dicen que es ¡más seguro!, que producir tales productos en laboratorios: ¿para ellos o para la población? Eso sí aducen que es más barato, y de eso estoy seguro. Ahora bien, ¿en quien repercutirán los beneficios, ¿en la población?, ¿en las multinacionales de siempre? La respuesta ya la sabéis. Ahora bien tras negar medicamentos contra el SIDA durante años, algunos proclaman que al ser más baratos quizás sería posible (…) ¡Que geta! Y no sigo porque se podría escribir un libro, o mejor una enciclopedia, sobre las tropelías contra el ambiente y la salud pública que salen de las bocas de estos vendemotos. Hace unos años los “toca genes” promocionaban un arroz (“trans”, of course), rosáceo que paliaría la carencia de vitamina A de los más desheredados. Unos epidemiólogos, entre los que se encontraba mi hermana, hicieron los cálculos descubriendo espantados que tenían que ingerir decenas y decenas de kilos, para alcanzar el contenido de una sola zanahoria. Lo dicho unos getas. Eso sí el color de tal arroz “parecidito” al de la zanahoria, a ver si cuela y nos tragamos sus sandeces como ciertas.
En muchos países del tercer mundo el agua insalubre, contaminada, genera millones de muertos ¿Por qué no ofrecerles potabilizadoras baratas y versátiles? Pues no, ya lo advertía en otro post anterior. ¿Y a que viene todo esto, os preguntaréis? En mi opinión ya resulta un escándalo ofrecer reforestaciones a los países del tercer mundo a cambio de nosotros podamos seguir contaminando, ya que sobre la reducción de emisiones de CO2 (…) ahí están las cifras. Pero ya es el colmo insistir en reforestar con transgénicas. ¿Quién las venderá? ¿Quién hará el negocio? Los insaciables de siempre. En la siguiente noticia del Portal del Medio Ambiente, podrán leer la vergonzosa actitud que se viene defendiendo en amplios sectores de los “personajes” que comandan el Protocolo de Kyoto, ante la indignación de los que están en la Convención de Biodiversidad. Leerlo, por favor no tiene desperdicio.
A los que están dando la vuelta de turca en El Protocolo de Kyoto tan solo decirles: Ya no engañáis a nadie. “puritito negocio”. Pero cuidado que llegan otros vendemotos. También trabajan con “lo pequeño”, pero esta vez aun más diminuto y de silicio. Ya llegan los “profetas” de la nanotecnología. ¿Sabemos si tal tecnología puede ser peligrosa para la salud y/o el ambiente? Pues va a ser que no. Lo mismo que los transgénicos. En un futuro un paisano saldrá de su casa y contemplará un campo cultivado para producir fármacos, otro para biocombustibles y otro para nanotúbulos (todo llegará) ¿Y donde cultivaremos nuestros alimentos? Simplemente en cultivos sin suelo ¿Por qué no cultivan sus productos mediante esta última técnica y dejen los paisajes agrarios con una “verdadera” agricultura “saludable”. Hasta comienza ya a hartarme del vocablo sostenible. Lo que nos falta es ética científica bien entendida. Lo que nos sobra es arrogancia y ambición. ¿Contaminamos o evitamos la contaminación? Sinceramente no lo sé. Pero buscar por el acrónimo REACH.
Malos tiempos para la lírica ¿verdad?
Juan José Ibáñez
Un Ciudadano “Cabreao”
PD. Personalmente no tengo nada en contra ni de la biología molecular, ni de la nanotecnología. Todo lo contrario. Pero lo que no pueden pretender es que el negocio prime sobre la salud de los ciudadanos y del planeta. ¡Científicos jugando a aprendices de brujo!.
esto es un muermo xabal!! no tienes otras cosas k poner o k!!jaja ala 1bso
Junanjo, ya me imagino a nuestros políticos, sembrando arbolitos "modernos" ante cámaras de televisión y contestando sandeces a sus entrevistadores lamesuelas. El pleito entre nuestros legisladores será, no por controlar realmente el uso de esos esperpentos, sino quien se queda con la conseción. Podríamos hablar de linimento forestal plus, pero los problemas mas graves de deterioro de suelos ¡Bien gracias!!!!!!!!!
Por cierto estan hablando de tecnología nuclear limpia, cuando hablan de la fusión de hidrógeno. Yo pienso que hasta el agua bendita en manos de pendejos es peligrosa.
Nuestra clase política no se ha caracterizado por su respeto al menos de la ética.
Lorena. Si te aburres no tienes más que irte a otro lado. Así leeres la estupidez que se desees. ¿tienes algo que decir tu?. ¿Sabes habar?. ?Sabes escribir?
Ciao Chavalita
Sinceramente concuerdo con el escritor del articulo.En este mundo toda la ambicion de nuestras autoridades(que aclaro, yo no opino sobre los gobernadores elegidos,ya que aun no voto) es para sostener la economia y su bolsillo.Y los cientificos de hoy, solo buscan los nuevas tecnologias que se puedan vender al gobierno y que resulten novedosas para la sociedas, como por ejemplo los cultivos de farmacos, los alimentos trangenicos ( que por supuesto siguen en investigacion, por lo cual no podemos confiar mucho en los mismos).Los residuos de estos mismo cientificos que investigan nosbre energias nucleares y otras cosas son toxicos y generan en el ambiente contaminacion, este aspecto no suficientemente controlado por las convenciones ambientales de hoy ya que se procupan mas por las industrias.