El Sellado de Vertederos: Una Nueva Tecnología (los dos días que sospecharon que era un terrorista de ETA)
Francamente la noticia que os ofrezco hoy me ha dejado bastante obnubilado. Otra vez que se descubre la dinamita, pero de una clase que no siempre funciona adecuadamente. Desde USA se nos informa que la revegetación de vertederos con árboles y arbustos, tras generar una capa orgánica de suelo con compost y mantillo, es la última novedad “tecnológica” en el sellado de vertederos abandonados. ¿Es así? Francamente, ya he visto sellar estos enclaves con la metodología que se propone, y no siempre funciona. En consecuencia, voy a proponer una nueva, que me parece más eficiente y veamos si alguien escucha. Se trata de aprovechar residuos inertes de obras o de explotaciones mineras abandonadas y depositarlas como una capa que cubre los vertederos, antes de realizar cualquier otra operación sobre su superficie. Veréis que la lógica es tan sencilla como aplastante. Aprovecho la ocasión para intentaros sacar una sonrisa este fin de semana, narrando dos avatares de un edafólogo de campo, entre otros muchos.
Canchal o Glera. Fuente Wikipedia
Un presunto Etarra en un Vertedero (Juan José Ibáñez)
Personalmente, no he investigado sobre el sellado de vertederos. Sin embargo, sí he realizado viajes de campo, colaborando con amigos que, en algún momento, recibieron subvenciones para este tipo de investigaciones. Lo mismo puedo decir acerca de la restauración de cuencas mineras a cielo abierto. Eso fue hace muchos años. Al margen de la ciencia, en varios viajes ocurrieron anécdotas, como las siguientes.
Érase una vez un grupo de científicos analizando el vertedero de Aranjuez. Un helicóptero de la Guardia Civil, comenzó a sobrevolar sobre nuestras cabezas. Poco después varios “todo terreno” surgieron y nos rodearon. De Ellos salieron unos 12 miembros de le benemérita que se apostaron en puntos estratégicos, apuntando con sus armas hacia nosotros, que no salíamos de nuestro asombro. Una vez aclarado el tema (verificación de las matrículas de los autos y nuestras identificaciones, llamadas de teléfono, etc.), nos comentaron que nos habían confundido con presuntos terroristas de ETA. Tras reírnos un buen rato después sobre tal estrambótico episodio, siempre me quedó la duda de que narices deberían tener en la mente unos terroristas armando explosivos en un vertedero. Francamente no logré encontrar respuesta. ¿La tenéis alguno de vosotros?.
Eso sí entiendo cuando en otra ocasión, una vez más la benemérita, nos levó al cuartel, tras descubrirnos en la “Bola del Mundo” (Navacerrada Madrid), con un instrumento que llevaba la etiqueta de peligro radioactivo. Se trataba de una sonda de neutrones, utilizada por aquel entonces con vistas a medir la humedad del suelo. Esta vez era distinto ¿verdad? Podría contaros otras pero a lo que vamos, ya que debo tener un semblante de Etarra ¿?.
Una Nueva forma de Sellar Vertederos (por Juan José Ibáñez)
Francamente, sellar vertederos no es una tarea sencilla, por lo cual se producen muchos fracasos que a la postre, como fue el caso del de Aranjuez, hará unos 20 años, se erosionan dejando en la vertiente las inmundicias al aire y el hedor del metano saliendo por multitud de grietas. Por esta razón, no logro entender la novedad de la noticia que hoy os ofrecemos.
Sin embargo, en otro viaje hacia los alrededores del Escorial (no logro recordar el sitio exacto), mis amigos me mostraron preocupados otro nuevo enclave, lamentándose de la trampa de la empresa encargada del sellado. ¿Qué habían hecho los muy pillines? Posiblemente, sin desearlo (supongo que sa habían saltado a la torera las normas vigentes), acababan de inventar un nuevo método.
El procedimiento era de lo más sencillo; en lugar de cubrir el vertedero con las capas que solieran utilizar hace 20 años, lo habían hecho arrojando bloques de todos los tamaños, procedentes de la demolición de algún edificio. Sin embargo, el método había funcionado perfectamente. Los bloques, se habían dispuesto (por azar o intencionadamente) como lo hacen en la naturalaza los clastos de un canchal o glera, abundantes por cierto en las cimas de varias montañas aledañas, a causa de la intemperización periglaciar. En estas cubiertas pedregosas, entre los bloques grandes se disponen los pequeños, funcionando a modo de barrera protectora que el agua no puede arrastrar. Conviene que el tamaño de los bloques sea muy heterogéneo, desde los de grandes dimensiones hasta las pequeñas gravas. Si una vez dispuesta tal matriz, se introduce suelo entre los gruesos intersticios (y mejor aun si añadimos mantillo o compost de buena calidad, como se comenta en la noticia de hoy), para terminar resembrándolo con una cobertura vegetal adaptada al ambiente del lugar, os puedo asegurar que ni el viento ni la lluvia erosionarán tales estructuras, siempre y cuando los bloques angulosos quedan bien trabados. El problema podría estribar en que lo que a menudo denominamos desechos inertes, no resulten serlo tanto, como los que por aquél entonces contenían asbesto o amianto, muy utilizados en la construcción de viviendas, y que a la postre tantos problemas de salud pública generó. ¿Qué hacer entonces?
Extracción de Áridos: Fuente Kalipedia
Por lo alrededores había varias canteras abandonadas para la extracción de granito. Por ley, al menos en España, las empresas implicadas deben restaurar el paisaje tras la explotación. Cabían pues dos alternativas, no mutuamente incompatibles, sino complementarias. Por un lado, podría acordarse acarrear bloques de una cantera de áridos (granito u otro tipo de roca, como la caliza por ejemplo) de “diferentes tamaños” y operar de la misma forma que os he mentado arriba sobre el vertedero a sellar. Sin embargo existe otra posibilidad que habría que testar.
A lo largo de mis viajes de campo, he observado antiguas canteras de áridos abandonadas, que a la postre se habían convertido en vertederos incontrolados. ¡Unos hacen el hoyo y los cochinos encuentran el chollo! Estas estructuras, en una ladera, suelen tener forma de media luna: se excavan por el centro, de tal forma que tanto las raíces y los laterales quedan protegidos por la misma roca que se extrae de su interior. Pues bien, si los estudios hidrológicos demuestran que las posibles infiltraciones de agua hacia un potencial acuífero son escasas o evitables, con un sellado de arcilla, resultarían enclaves ideales para acondicionar nuevos vertederos. Cuando termina la vida de la actividad extractiva, se cierran superficialmente, como hemos mencionado (¿será por falta de material?), para a la postre construir un gavión en la parte frontal que drene el agua, pero impida la salida de materiales gruesos. No olvidemos que de este modo, la empresa privada asume parte del coste en la preparación del nuevo vertedero, ya que así elude el destinado a la restauración paisajística. Más económico para la administración municipal ¿no?
Sabemos que siempre permanecerá el problema de los lixiviados, empero ese es otro asunto. Ahora cotejar mi estrategia con la ramplona y nada novedosa que nos ofrece el Noticiero ARS. ¿Nadie se anima a testar si llevo o no razón?
Extracción de Áridos: Materiales para sellar Vertederos: Fuente ICCYC
Una manera verde para cubrir un vertedero abandonado
Por Don Comis; 9 de febrero de 2011
Científica Pat Millner y gerente de seguridad David Prevar con el Servicio de Investigación Agrícola (ARS) han colaborado con la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA por sus siglas en inglés) y consultores privados en diseñar y realizar un estudio piloto de una manera alternativa para cubrir los vertederos abandonados.
Millner es microbióloga en el Centro Henry A. Wallace de Investigación Agrícola de Beltsville (BARC por sus siglas en inglés) mantenido por el ARS en Beltsville, Maryland. ARS es la agencia principal de investigaciones científicas del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés).
Prevar dirige las actividades relacionadas con la seguridad y la salud en el Área Beltsville del ARS. Además de BARC, el Área Beltsville incluye el Arboreto Nacional de EE.UU. en Washington, D.F., y sitios de trabajo en Chatsworth, Nueva Jersey; Presque Isle, Maine; y McMinnville, Tennessee. BARC incluye 6.615 acres y es el complejo de investigación agrícola más grande y más diversificado en todo el mundo.
El estudio piloto se realiza en una parte de un vertedero municipal de 30 acres en BARC. El vertedero fue abandonado hace muchos años.
La idea de Millner fue cubrir o cerrar el vertedero abandonado con árboles y arbustos plantados en una mezcla de mantillo y compost, en vez del tapón tradicional de arcilla. Las capas vegetativas están ganando aceptación por las agencias estatales como una práctica sostenible. La Región 3 de la EPA, la cual incluye los estados del Atlántico Medio de EE.UU., considera el proyecto de BARC como un modelo potencial.
Las capas vegetativas reducen las emisiones del metano y previenen la penetración de la lluvia a la basura municipal y posteriormente al agua subterránea. También, un aumento en el dosel forestal contribuye al mejoramiento de la salud de la Bahía de Chesapeake secuestrando el carbono atmosférico y filtrando el escurrimiento de la lluvia. Las vías fluviales del BARC fluyen a los afluentes de la Bahía de Chesapeake.
El Departamento del Medio Ambiente del estado de Maryland está observando atentamente este proyecto, porque hay varios vertederos en Maryland que podrían beneficiarse de este enfoque alternativo de cierre. Este método es más amigable con el medio ambiente y más económico. Si el estado de Maryland acepta este método, cuando completamente puesto en práctica, el método podría crear más de 30 acres de dosel forestal y hábitat crítico.
El proyecto está descrito en el póster ‘An Innovative Approach to Landfill Capping: A Joint Environmental Unit and Research Project at the College Park Landfill» (Un enfoque innovador al cubrir los vertederos: Un proyecto colaborativo de investigación en un vertedero de la ciudad de College Park), disponible en línea.
Lea más sobre esta investigación en la revista ‘Agricultural Research’ de febrero del 2011.
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