Intentando estimar el ciclo de vida de las raíces de los árboles

Fuente: Colaje imágenes Google.

La noticia que os ofrecemos hoy me ha desconcertado por completo. Ello no significa que quizás los autores lleven la razón, aunque hay que enfatizar que la indagación se limita a una sola especie exclusivamente. Nadie niega que las raíces por las que la planta asimila los nutrientes deben de renovarse, como presuntamente sus micorrizas. Posiblemente exista una estacionalidad en el proceso, como ocurre en general con lo vegetales. Sin embargo, jamás había leído nada parecido, lo cual pudiera ser novedoso, aunque también algo peor.

Sin negar, aunque tampoco aceptar, lo que me asombra deviene la falta de referencia de mecanismo alguno respecto al papel de los microorganismos del suelo y la fauna edáfica. Una comparación directa entre la descomposición de la hojarasca y la de las raíces (a las que también se atreven denominar hojarasca) se me antoja ingenuo o como mínimo poco prudente. A falta de más información acerca del mentado proceso navegando en internet, os comento la enorme laguna de conocimiento que soslayan lo autores. La rizosfera con su enorme diversidad debe contener microrganismos, microinvertebrados, etc., que consumen parte de sus tejidos. Por otro lado, nos encontramos con sus parásitos, que a veces generan plagas. Los restos dañados de las raíces entrarían así a ser descompuestos vía microbios. Pero hay más, mucho más.

Muchos taxones de microinvertebrados como los nematodos del suelo, consumen raíces y en grandes cantidades, y se les responsabilizan de cuantiosas pérdidas en agricultura. En muchos casos tal hecho es evidente, pero en otros no tanto. De hecho, en la rizosfera también se han detectado especies de nematodos que consumen hongos, muy probablemente micorrizas. A menudo, más por tradición que por evidencias empíricas, se habla de parasitismo, cuando en realidad la mayor parte de las especies de nematodos no causan daños a los sistemas radiculares. Y tan solo estoy hablando de un grupo concreto de organismos por cuanto existen muchísimos más que podrían consumir por herbivoría, como el ganado con las partes aéreas de los pastizales. En mis primeros trabajos acerca de la nematofauna edáfica de ecosistemas naturales, puedo asegurar que en todos los centenares de muestras que analicé detectaba ingentes cantidades de nemátodos fitoparásitos o ¿herbívoros?. A pesar de todo los vegetales se mostraban saludables. Hablando con afamados nematólogos profesionales, me comentaron sus sospechas de que en realidad se trataban de herbívoros en muchos casos. Los autores del estudio ignoran estos hechos y no proponen hipótesis alternativas, alegando que ““Confirmar la hipótesis de que las raíces finas y las hojas se descartan y se descomponen de manera diferente proporciona una valiosa adición al conocimiento existente del ciclo del carbono y los nutrientes en el suelo del bosque”. OK. ¿Y qué? Francamente querido lectores, o yo estoy perdido o estos investigadores andan bastante descarriados. Aún nos queda mucho por saber a cerca de todos los procesos que ocurren en el ecosistema suelo.

No niego que me pueda equivocar, pero (…….). En fin os dejo la noticia traducida del suajili al español y si estoy equivocado espero que algún amable lector me saque de la ofuscación.

Juan José Ibáñez

Continua……..

Un estudio arroja luz sobre el ciclo de vida de las raíces de los árboles

por la Universidad de Nagoya

(….) Las hojas de árboles caídas en el suelo del bosque se llaman hojarasca. Aunque los científicos pueden examinar la hojarasca en la superficie del suelo recolectándola AL usar trampas de basura, estudiar lo que está sucediendo bajo tierra es mucho más difícil. Al descomponerse de manera comparable a la hojarasca, la hojarasca se refiere a las raíces de los árboles que han envejecido y muerto. Investigar la hojarasca de raíces es difícil, pero es especialmente difícil estudiar la camada de raíces finas, aquellas raíces de 2 mm o menos de diámetro, que controlan la absorción de nutrientes y agua por parte de los árboles.

Aunque estudios previos que utilizan métodos como el muestreo del núcleo del suelo y la observación de minirhizotrones han demostrado la vida útil de las raíces finas, nadie ha observado directamente el proceso completo de desprendimiento de raíces finas y ha recolectado la hojarasca radicular fina para su evaluación. Como resultado, la comprensión del papel de la hojarasca fina sigue siendo insuficiente.

Para aclarar el proceso de desprendimiento fino de raíces y comprender mejor las características morfológicas de la hojarasca radicular, investigadores de la Universidad de Nagoya en el centro de Japón han desarrollado un método mejorado para evaluar los orígenes y las cantidades de hojarasca de raíces en el suelo forestal. El nuevo método, desarrollado por un equipo dirigido por los profesores asociados Yasuhiro Hirano y Toko Tanikawa de la Escuela de Graduados de Estudios Ambientales y publicado en Ecological Indicators, permite que el sistema de raíces finas se incube en el campo y la recolección de raíces de cobertizo para su análisis. Esta investigación mejora el análisis de la composición del suelo forestal y ayuda a comprender mejor el ciclo del carbono del suelo forestal.

En su estudio, ahora publicado en Ecological Indicators, los investigadores insertaron raíces de ciprés japonés (Chamaecyparis obtusa), todavía unidas al árbol, en tubos de centrífuga modificados llenos de cuentas de vidrio y nutrientes. Recolectaron una muestra a intervalos regulares, lo que les permitió medir la tasa de desprendimiento cada mes y estimar la vida útil de las raíces finas. Hirano y Tanikawa lograron muestrear directamente la hojarasca de raíces finas, y descubrieron que los árboles descartaban raíces finas cada mes.

También notaron que la diferencia estacional en la cantidad de desprendimiento de raíces no era tan grande como en el desprendimiento de hojas. A pesar de cantidades anuales similares de los dos tipos de basura, el momento de la entrada de carbono tisular en los suelos difirió entre la hoja y la hojarasca fina. Los investigadores también encontraron que en el transcurso de un año aproximadamente el 58% de las raíces en su muestra se desprendieron. Por lo tanto, calcularon una vida útil promedio de la raíz fina de aproximadamente 1.7 años.

Confirmar la hipótesis de que las raíces finas y las hojas se descartan y se descomponen de manera diferente proporciona una valiosa adición al conocimiento existente del ciclo del carbono y los nutrientes en el suelo del bosque. Los investigadores creen que los expertos podrán usar su nuevo método para medir con precisión las cantidades de raíces arrojadas y recolectar hojarasca fina para usarla como indicador ecológico en los ecosistemas forestales. Esto debería conducir a una mayor comprensión del ciclo del carbono desde el punto de vista de la entrada inicial de carbono en el suelo, ayudando a la gestión forestal y la conservación del suelo para los objetivos de desarrollo sostenible.

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El efecto de cebado causado por la hojarasca varía con el orden de las raíces

Más información: Gen Yoshida et al, Rasgos de hojarasca fina de Chamaecyparis obtusa, Indicadores ecológicos (2022). DOI: 10.1016/j.ecolind.2022.109276

Operado por Nagoya University

características de la hojarasca de raíces finas de Chamaecyparis obtusa. https://doi.org/10.1016/j.ecolind.2022.109276Obtener derechos y contenido

Bajo una licencia Creative CommonsAcceso abierto.

Reflejos

La hojarasca de raíces finas se recolectó utilizando un nuevo método en bosques de Chamaecyparis obtusa.
Las cantidades mensuales de hojarasca de raíces finas mostraron diferencias significativas entre los meses.
La hojarasca de raíces finas con morfología similar se arroja todos los meses.

Las raíces de primer orden se desprendieron en las posiciones de ramificación o en el medio de las raíces.

Resumen

El propósito de este estudio fue aclarar el proceso de Chamaecyparis obtusa (Sieb. & Zucc.) Endl. el desprendimiento de raíces finas y los rasgos morfológicos de la hojarasca de raíces resultante. Desarrollamos un método para el muestreo mensual directo de la hojarasca de raíces del sistema de raíces finas en el campo. Propusimos un método de incubación de campo utilizando tubos de centrífuga con perlas de vidrio como medio y caída como solución nutritiva, en el que se inserta una muestra intacta del sistema de raíces finas que aún está conectado al árbol. Usando este método, recolectamos hojarasca de raíces de C. obtusa durante 12 meses después de la instalación. Las cantidades mensuales de la hojarasca de raíces de los sistemas de raíces finas incubadas difirieron significativamente entre los meses de muestreo. Por otro lado, las características morfológicas como la longitud de la hojarasca y el diámetro de cada orden de rama no difirieron significativamente entre meses. La hojarasca de raíces de primer orden era más corta que las raíces vivas de primer orden incubadas. Las raíces de primer orden se desprendieron tanto en las posiciones de ramificación como en el medio de las raíces de primer orden. Concluimos que todos los meses se desprende hojarasca fina de raíces con morfología similar. La evaluación de los rasgos de la hojarasca de raíces finas mediante el uso del nuevo método de muestreo directo y el nuevo indicador ecológico del suelo «entradas iniciales de C en el tejido» de las raíces finas al suelo del bosque mejorará nuestra comprensión del ciclo del carbono subterráneo del bosque y su indexación.

Palabras clave

Orden de ramificación, Raíces finas muertas, Morfología de raíces finas Necromasa, Recambio de raíces

Y dentro del texto

Comparamos el peso seco total de raíces, la longitud total de raíces y el número total de raíces en cada sistema de raíces finas, así como el diámetro medio, la longitud media, SRL y RTD en cada categoría de orden de raíces (1) entre los meses de muestreo y ( 2) entre la hojarasca y las raíces finas vivas.

Al comienzo de la incubación, había de 27 a 156 raíces de primer orden y de 6 a 34 raíces de segundo orden en los sistemas de raíces finas incubadas. Por lo tanto, antes de comparar las características, estandarizamos el número de raíces en cada orden de raíces para usar valores por número medio de raíces de cada orden por sistema de raíces finas a los 0 meses: por 60 raíces de primer orden, por 13 raíces de segundo orden , y por 2.1 raíces de tercer orden. El intervalo de muestreo varió de 21 a 35 días, pero estandarizamos los valores medidos a un intervalo de 30 días para permitir comparaciones entre meses.

Confirmamos que los datos se distribuyeron normalmente usando la prueba W de Shapiro-Wilk, y usó la transformación de Box-Cox para ser cerrado para normalizar los datos que no seguían una distribución normal.

Debido al muestreo, se incubaron 60 sistemas de raíces finas de septiembre a noviembre, 45 de diciembre a febrero y 30 de marzo a agosto. Sin embargo, si la posición del hilo rojo estaba claramente desplazada, excluimos la muestra del análisis. Por lo tanto, los tamaños de muestra finales para número total, peso seco y longitud de la hojarasca de raíces en sistemas de raíces finas fueron 54 (septiembre, octubre, noviembre), 42 (diciembre), 41 (enero, febrero), 27 (marzo a julio). ), y 23 (agosto). Usamos las pruebas HSD de Tukey-Kramer para identificar diferencias estadísticamente significativas entre pares de meses de muestreo en p < 0,05 considerados significativos. Los tamaños de muestra para las características de las raíces vivas en los sistemas de raíces finas incubados fueron 10 de 10 sistemas de raíces finas cosechadas, 13/15 a los 3 meses, 14/15 a los 6 meses y 23/30 a los 12 meses; la diferencia resultó del desplazamiento del hilo, lo que dificulta o imposibilita definir la posición de la base del sistema radicular fino. Las diferencias en los rasgos morfológicos se probaron entre las raíces vivas y la hojarasca de raíces mediante pruebas t (p < 0,05). Todos los análisis estadísticos se realizaron en el software JMPpro v. 15 (SAS Institute Japan, Tokio, Japón).