Nieve-suelo

Fuente: Colaje imágenes Google

Francamente, la perdida de la cobertura nival por el calentamiento climático resulta ser un tema de gran gravedad y al que debemos prestar suma precaución, debido a sus graves consecuencias sobre la naturaleza, la soberanía alimentaria, el riesgo de inundaciones, y un largo etc. entre los cuales que se encuentra el suelo, por supuesto. Las investigaciones científicas son publicitadas o no en función de muchos factores. Y hoy os íbamos a presentar un estudio publicado que ha dado lugar a varias “replicas” de las que escogí ¡tres!  Pues bien, tras leerlas me quedé bastante anonadado, por no decir algo peor. El producto científico es cuestionable, aunque aporta material interesante. Ahora bien, según leeréis en las tres últimas noticias, al parecer redactadas por amantes del esquí, gravísimos problemas quedan omitidos, pero todos llevan a cabo un desmesurado énfasis en el turismo de nieve. El análisis concierne al hemisferio norte y al Norte Global, que son los que pueden permitirse mayoritariamente esos lujos. Empero se trata de algo “relativamente marginal”. Tanto es así que he tenido que sondear en Internet por el tema y no ha sido fácil. Casi todas las noticias e información gráfica mostraban los graves riesgos del hielo y la nieve. Pero como he recogido en las noticias que he colocado en primer lugar, nadie cita ¡un refrán!, muy extendido en España que versa así: “año de nieves, año de bienes”. Podéis leer también esta reseña de un antiguo colega al que admiro mucho, que escribió el texto después del desastre de la Filomena en España, para poner los puntos sobre las íes.

En las primeras noticas que he extraído de Internet os muestro los beneficios de la nieve en los suelos a la par que evitan su erosión. Al final de las noticias os dejo los originales de los que pensaba partir a la hora de elaborar este post. Debe reconocerse también que, en ciertas circunstancias generen severos problemas, no cace buda. Sin embargo, a escalas regionales y globales la mengua de la cobertura nival es un serio problema para los sistemas naturales, el ciclo hidrológico, así como la producción alimentaria. Termino dando unas ligeras pinceladas, y os dejo ya con el material que resulta ser bastante abundante.

La falta de nieve o su rápido deshielo, puede inducir a que, tras intensas lluvias, el agua corra rápidamente hasta los cauces provocando inundaciones catastróficas, cuenca de drenaje abajo. Del mismo modo, supone que los manantiales se sequen antes, impactando en los prados que se nutren de ella en los biomas de montaña y como corolario en toda su ganadería. Los caudales de los ríos descenderán mucho en las estaciones secas, aumentando el riesgo de sequías posteriores. La nieve en la montaña genera que el agua que llegue a los embalses lo haga de forma menos virulenta, aumentando sus reservas y evitando pérdidas de agua en las presas durante las estaciones de lluvia, al no tener que deshacerse de ella para evitar rebosamientos y las consecuentes catástrofes que podrían implicar, es decir permite acumular más oro azul y durante más tiempo.

La nieve, un aliado de la agricultura y la ganadería

La nieve aporta agua al suelo, mantiene la tierra húmeda y esponjosa, y paradójicamente aísla las raíces del frío. Los cultivos de invierno, como la cebada o el trigo, enraízan mejor con el frío. Las bajas temperaturas frenan el desarrollo vegetativo de la planta

 Juan José Ibáñez

 Continúa…..

La nieve, un aliado de la agricultura y la ganadería

 La nieve es buena para la agricultura y para la ganadería. El refrán “Año de nieves, año de bienes” es, generalmente, cierto. Los expertos aseguran que las nieves son buenas para los cultivos. También lo son para embalses y acuíferos. Y en el mundo de la ganadería, ayudan a que haya más pastos para los animales. El problema es cuando la nieve se convierte en hielo.

La nieve aporta agua al suelo, mantiene la tierra húmeda y esponjosa, y paradójicamente aísla las raíces del frío. Los cultivos de invierno, como la cebada o el trigo, enraízan mejor con el frío. Las bajas temperaturas frenan el desarrollo vegetativo de la planta, por lo que ésta ahíja más, y producirá un mayor número de espigas.

Por lo que se refiere al ganado, gracias a la nieve, se producirán mejores pastos en el monte. Tanto en el campo como en el monte, la nieve que se funde lentamente es muy positiva en todos esos cultivos. Además, con el deshielo, se filtra hacia las capas freáticas, que son auténticas reservas de agua de cara a la primavera. Evidentemente, también se van llenando los embalses con los que se regará en verano.

El peligro de las grandes nevadas es que después, esas nieves se conviertan en hielo. Entendidos en el mundo del campo aseguran que, si se hielan, pueden dañar los brotes de crecimiento, donde están las yemas que darán los futuros frutos. Con tantos fríos son peligrosas las conocidas como heladas negras, que afectan a todos vegetales que están en periodo de crecimiento. Y más que la nieve, lo que provoca mayores daños en la agricultura son las heladas tardías, cuando ya las plantas están en pleno crecimiento.

¿Qué es el manto de nieve y por qué es tan importante?

(…..) ¿Qué es un manto de nieve?

El manto de nieve o manto nival es exactamente lo que parece: capas de nieve amontonadas en el suelo. Esto ocurre cuando la nieve cae en zonas montañosas con temperaturas bajo cero, lo que permite que se acumule en el suelo y permanezca durante meses. Con cada nueva capa de nieve en polvo, el manto se vuelve más profundo y compacto. Cuando las temperaturas empiezan a subir, el manto de nieve comienza a derretirse lentamente, llenando los ríos, embalses y acuíferos subterráneos circundantes durante los meses de primavera y verano. El agua almacenada en el manto de nieve se denomina deshielo. La temperatura y el viento influyen en la profundidad del manto: los vientos fuertes pueden erosionar las capas superiores, mientras que las altas temperaturas pueden hacer que se derrita demasiado pronto.

¿Por qué es importante el manto de nieve?

 (….) Y no sólo afecta al agua potable. Muchas regiones también dependen del manto de nieve para la energía hidroeléctrica y el riego para cultivar frutas, frutos secos y otros productos.

 La naturaleza también depende del manto de nieve, según la Escuela de Medio Ambiente de Yale. Los glotones, por ejemplo, construyen sus madrigueras en lo alto de las montañas, donde la capa de nieve es demasiado densa para que los depredadores puedan seguirlos. La capa de nieve aísla las raíces de los árboles para protegerlas de las temperaturas bajo tierra y sirve de camuflaje a los animales de pelaje blanco (…).

La disminución de la capa de nieve podría amplificar la crisis hídrica, según un estudio
Por Rochelle GLUZMAN París (AFP) 10 de enero de 2024
La cantidad de nieve que permanece en el suelo está disminuyendo rápidamente debido al cambio climático causado por el hombre, amenazando el suministro de agua de cientos de millones de personas, advirtieron investigadores el miércoles.

El calentamiento global, que golpea con especial dureza a las zonas de alta montaña, ya ha reducido la capa de nieve que afecta hasta al 80 por ciento de la población del hemisferio norte, una tendencia que continuará, informaron los científicos en la revista Nature. La nieve acumulada es un recurso almacenado de forma natural que se convierte en una reserva vital de agua dulce a medida que se derrite en primavera.

Pero el impacto de un mundo que se calienta en la capa de nieve es engañosamente difícil de medir debido a la variabilidad natural de un año a otro y a la compleja interacción de la temperatura y la precipitación.

Es por eso por lo que incluso a medida que aumentan las temperaturas, algunas regiones están viendo más nieve mientras que otras están viendo menos.

Pero los investigadores advierten que algunas poblaciones que dependen del derretimiento de la capa de nieve para el suministro de agua deberían prepararse para un futuro sin nieve.

En el nuevo estudio, los investigadores de la Universidad de Dartmouth examinaron cuatro décadas de datos de precipitación y acumulación de nieve en todo el hemisferio norte en marzo, cuando el deshielo de primavera comienza a convertir la nieve en agua.

Sobre la base de los datos observacionales, el equipo utilizó modelos climáticos para medir el impacto de los cambios en la capa de nieve, con y sin influencia humana.

Alrededor del 80 por ciento de la capa de nieve, encontraron, se encuentra en regiones lo suficientemente frías como para ser resistentes al aumento de las temperaturas, lo que ha hecho que la superficie de la Tierra se caliente en promedio 1,2 grados centígrados desde el siglo XIX.

Pero el otro 20 por ciento ocurre en regiones que alcanzan un umbral de temperatura que los científicos llamaron el «acantilado de pérdida de nieve», donde cada grado adicional de calentamiento por encima de menos 8 °C agota un mayor porcentaje de nieve invernal.

El suroeste y noreste de Estados Unidos, junto con Europa central y oriental, han experimentado disminuciones de la capa de nieve de entre el 10 y el 20 por ciento por década desde la década de 1980.

Cuatro de cada cinco personas en el hemisferio norte viven en estas regiones de «tremenda vulnerabilidad a la nieve«, dijo a la AFP Justin Mankin, profesor asociado de geografía en la Universidad de Dartmouth y autor del estudio.

– Cambio de régimen –

Las cuencas fluviales, por ejemplo, a lo largo de la parte superior del Mississippi en los Estados Unidos y el Danubio en Europa, hogar de 84 y 92 millones de personas respectivamente, han visto una disminución del 30 y 40 por ciento en el agua de manantial debido a la pérdida de la capa de nieve.

«Para finales del siglo XXI, esperamos que estos lugares estén casi libres de nieve a finales de marzo«, dijo a la AFP el autor principal del estudio, Alexander Gottlieb, estudiante de doctorado en el programa de Ecología, Evolución, Medio Ambiente y Sociedad de Dartmouth.

Un clima más cálido hace que los inviernos sean más húmedos y húmedos, lo que resulta en más lluvia que nieve. «Las consecuencias humanas y ecosistémicas de la pérdida de nieve pueden extenderse mucho más allá del invierno», dijo Mankin.

«Este cambio de régimen de nieve a lluvia significa que los administradores del agua han tenido que liberar agua en medio del invierno» para reducir el riesgo de inundaciones, agregó.»Eso significa liberar este suministro de agua realmente crucial y, efectivamente, perderlo en el océano».

Además de las preocupaciones sobre la seguridad hídrica, las repercusiones de la pérdida de nieve se extienden a las economías dependientes del invierno, afectando a sectores como el turismo y el esquí.

Más allá de los impactos ecológicos, Mankin sugirió que una transición de la nieve a la lluvia también podría dañar la salud del ecosistema, fomentar la propagación de plagas y hacer que los bosques sean más susceptibles a los incendios forestales inducidos por la sequía.

NIEVE: Ventajas y desventajas

Beneficios de la nieve

Cada centímetro de nieve actúa como un manto aislante, protegiendo los cultivos sembrados en otoño de la muerte invernal, lo que detiene la penetración de las heladas en el suelo y lo protege de la erosión. Por otra parte, cuando hay poca nieve, la penetración de las heladas en el suelo es profunda, lo que ayuda a reducir la compactación del suelo.

La nieve ligera y esponjosa tiene poca agua equivalente a la nieve, mientras que la nieve abundante y húmeda puede añadir una humedad significativa al suelo, mejorando el potencial de rendimiento. La falta de nieve también puede ayudar a reducir las poblaciones de insectos, permitiendo que las temperaturas frías penetren en profundidad. La nieve también puede atrapar gratuitamente nitrógeno, nitrato y amonio de la atmósfera, aunque las cantidades no son grandes.

Riesgos de nieve

Obviamente, la nieve puede retrasar las operaciones de cosecha y reducir la calidad y el grado de los cultivos. La falta de nieve puede provocar una penetración profunda de las heladas en los suelos, lo que puede congelarlos y reducir la infiltración a principios de la primavera y provocar la muerte invernal de los cultivos o forrajes sembrados en otoño. La nieve de principios de temporada puede perderse debido a la sublimación durante el invierno, lo que significa menos agua infiltrada en el suelo. La falta de deshielo en primavera puede provocar escasez de agua en las zanjas y humedad en los semilleros para la germinación. Las fuertes nevadas y las bajas temperaturas también pueden aumentar las necesidades de alimentación del ganado.

El cambio climático está detrás de la fuerte caída de la capa de nieve desde la década de 1980, según un estudio

por Dartmouth College

Efecto del calentamiento global provocado por el hombre en las capas de nieve de primavera en las cuencas hidrográficas del hemisferio norte de 1981 a 2020 por porcentaje de cambio por década. El rojo indica una disminución y el azul indica un aumento. Las capas de nieve en muchas cuencas hidrográficas del extremo norte aumentaron a medida que el cambio climático provocó más precipitaciones que cayeron en forma de nieve. Pero las cuencas hidrográficas de latitudes más bajas que proporcionan agua y beneficios económicos a los centros de población del norte experimentaron las mayores pérdidas. Crédito: Justin Mankin y Alex Gottlieb/Dartmouth.La nieve es una de las señales más contradictorias que tenemos para entender el cambio climático. Al igual que en muchos inviernos recientes, la falta de nevadas en diciembre pareció anticipar nuestro futuro de calentamiento global, con picos desde Oregón hasta New Hampshire más marrones que blancos y el suroeste de Estados Unidos enfrentando una severa sequía de nieve.

Por otro lado, las ventiscas récord como las de principios de 2023 que enterraron las comunidades montañosas de California, repusieron los embalses resecos y dejaron caer 11 pies de nieve en el norte de Arizona desafían nuestras concepciones de la vida en un planeta que se calienta.

Del mismo modo, los datos científicos de las observaciones terrestres, los satélites y los modelos climáticos no se ponen de acuerdo sobre si el calentamiento global está reduciendo constantemente las capas de nieve que se acumulan en las montañas de gran elevación, lo que complica los esfuerzos para gestionar la escasez de agua que resultaría para muchos centros de población.

Ahora, un nuevo estudio de Dartmouth elimina la incertidumbre en estas observaciones y proporciona evidencia de que las capas de nieve estacionales en la mayor parte del hemisferio norte se han reducido significativamente en los últimos 40 años debido al cambio climático provocado por el hombre. Las reducciones más pronunciadas de la capa de nieve relacionadas con el calentamiento global (entre el 10% y el 20% por década) se producen en el suroeste y noreste de Estados Unidos, así como en Europa central y oriental.

Los investigadores informan en la revista Nature que el alcance y la velocidad de esta pérdida potencialmente ponen a los cientos de millones de personas en América del Norte, Europa y Asia que dependen de la nieve para su agua en el precipicio de una crisis que el calentamiento continuo amplificará.

«Lo que más nos preocupaba era cómo el calentamiento está afectando a la cantidad de agua almacenada en la nieve. La pérdida de ese embalse es el riesgo más inmediato y potente que el cambio climático representa para la sociedad en términos de disminución de las nevadas y la acumulación», dijo el primer autor Alexander Gottlieb, estudiante de doctorado en el programa de posgrado de Ecología, Evolución, Medio Ambiente y Sociedad en Dartmouth.

«Nuestro trabajo identifica las cuencas hidrográficas que han experimentado una pérdida histórica de nieve y aquellas que serán más vulnerables a la rápida disminución de la capa de nieve con un mayor calentamiento«, dijo Gottlieb. «El tren ha salido de la estación hacia regiones como el suroeste y el noreste de los Estados Unidos. Para finales del siglo XXI, esperamos que estos lugares estén casi libres de nieve a finales de marzo. Estamos en ese camino y no estamos particularmente bien adaptados en lo que respecta a la escasez de agua«.

La seguridad hídrica es solo una dimensión de la pérdida de nieve, dijo Justin Mankin, profesor asociado de geografía y autor principal del artículo.

Las cuencas hidrográficas de Hudson, Susquehanna, Delaware, Connecticut y Merrimack en el noreste de Estados Unidos, donde la escasez de agua no es tan grave, experimentaron una de las disminuciones más pronunciadas de la capa de nieve. Pero estas grandes pérdidas amenazan las economías en estados como Vermont, Nueva York y New Hampshire que dependen de la recreación invernal, dijo Mankin, incluso la nieve hecha a máquina tiene un umbral de temperatura al que muchas áreas se están acercando rápidamente.

«Las implicaciones recreativas son emblemáticas de las formas en que el calentamiento global afecta de manera desproporcionada a las comunidades más vulnerables», dijo Mankin. «Las estaciones de esquí en elevaciones y latitudes más bajas ya han estado lidiando con la pérdida de nieve año tras año. Esto solo se acelerará, haciendo que el modelo de negocio sea inviable». (….)

En el estudio, Gottlieb y Mankin se centraron en cómo la influencia del calentamiento global en la temperatura y las precipitaciones impulsó cambios en la capa de nieve en 169 cuencas fluviales del hemisferio norte desde 1981 hasta 2020. La pérdida de acumulaciones de nieve significa potencialmente menos agua de deshielo en primavera para los ríos, arroyos y suelos río abajo cuando los ecosistemas y las personas demandan agua.

Gottlieb y Mankin programaron un modelo de aprendizaje automático para examinar miles de observaciones y experimentos de modelos climáticos que capturaron datos de la capa de nieve, la temperatura, la precipitación y la escorrentía de las cuencas hidrográficas del hemisferio norte.

Esto no solo les permitió identificar dónde ocurrieron las pérdidas de la capa de nieve debido al calentamiento, sino que también les permitió examinar la influencia contraria de los cambios de temperatura y precipitación impulsados por el clima, que disminuyen y aumentan el espesor de la capa de nieve, respectivamente.

Los investigadores identificaron las incertidumbres que compartían los modelos y las observaciones para perfeccionar lo que los científicos habían pasado por alto anteriormente al medir el efecto del cambio climático en la nieve. Un estudio de 2021 realizado por Gottlieb y Mankin aprovechó de manera similar las incertidumbres sobre cómo los científicos miden la profundidad de la nieve y definen la sequía de nieve para mejorar las predicciones de la disponibilidad de agua.

 

La nieve viene acompañada de incertidumbres que han enmascarado los efectos del calentamiento global, dijo Mankin. «La gente asume que la nieve es fácil de medir, que simplemente disminuye con el calentamiento y que su pérdida implica los mismos impactos en todas partes. Nada de esto es así«, dijo Mankin.

«Las observaciones de nieve son complicadas en las escalas regionales más relevantes para evaluar la seguridad hídrica«, dijo Mankin. «La nieve es muy sensible a las variaciones de temperatura y precipitación dentro del invierno, y los riesgos de pérdida de nieve no son los mismos en Nueva Inglaterra que en el suroeste, o para un pueblo en los Alpes que en las altas montañas de Asia».

Gottlieb y Mankin, de hecho, encontraron que el 80% de las capas de nieve del hemisferio norte, que se encuentran en su extremo norte y en sus tramos de gran elevación, experimentaron pérdidas mínimas. De hecho, las capas de nieve se expandieron en vastas franjas de Alaska, Canadá y Asia Central a medida que el cambio climático aumentaba las precipitaciones que caen en forma de nieve en estas regiones gélidas.

Pero es el 20% restante de la capa de nieve que existe alrededor de muchos de los principales centros de población del hemisferio y que proporciona agua a muchos de los que han disminuido. Desde 1981, las disminuciones documentadas en la capa de nieve para estas regiones han sido en gran medida inconsistentes debido a la incertidumbre en las observaciones y las variaciones naturales en el clima.

Pero Gottlieb y Mankin descubrieron que un patrón constante de disminución anual en la acumulación de nieve emerge rápidamente, y deja a los centros de población repentina y crónicamente cortos de nuevos suministros de agua a partir del deshielo.

Muchas cuencas hidrográficas que dependen de la nieve ahora se encuentran peligrosamente cerca de un umbral de temperatura que Gottlieb y Mankin llaman un «acantilado de pérdida de nieve». Esto significa que a medida que las temperaturas invernales promedio en una cuenca aumentan más allá de los 17 grados Fahrenheit (menos 8 grados Celsius), la pérdida de nieve se acelera incluso con solo aumentos modestos en las temperaturas promedio locales.

Muchas cuencas hidrográficas altamente pobladas que dependen de la nieve para el suministro de agua experimentarán pérdidas aceleradas en las próximas décadas, dijo Mankin. «Significa que los administradores del agua que dependen del deshielo no pueden esperar a que todas las observaciones coincidan en la pérdida de nieve antes de prepararse para cambios permanentes en el suministro de agua. Para entonces, ya es demasiado tarde«, dijo. «Una vez que una cuenca ha caído por ese precipicio, ya no se trata de gestionar una emergencia a corto plazo hasta la próxima gran nevada. En cambio, se adaptarán a los cambios permanentes en la disponibilidad

Más información: Alexander Gottlieb, Evidencia de la influencia humana en la pérdida de nieve en el hemisferio norte, Nature (2024). DOI: 10.1038/s41586-023-06794-y. www.nature.com/articles/s41586-023-06794-y

Información de la revista: Nature 

El cambio climático está reduciendo la capa de nieve en muchos lugares, según un estudio. Y empeorará

por SETH BORENSTEIN y BRITTANY PETERSON

(…) «Muchas de las cuencas más pobladas del mundo están al borde del precipicio de la rápida disminución de la nieve», concluyó el estudio de las cantidades de nieve desde 1981 en la revista Nature.

Esto se debe a que el estudio encontró un umbral clave para el futuro de las capas de nieve en el hemisferio norte: 17,6 grados (-8 grados Celsius). En lugares donde la temperatura promedio invernal es más fría que eso, la capa de nieve a menudo sobrevive porque es lo suficientemente fría. Pero las áreas más cálidas de 17.6 grados para un promedio invernal tienden a ver cómo sus sueños invernales del país de las maravillas se derriten como la bruja malvada del oeste. Y está sucediendo rápido. (…)

La mayoría de los estudios anteriores han analizado la capa de nieve, que es una medida simple de si el suelo tiene nieve o no. Esta última investigación examinó la capa de nieve, una medida más amplia que incluye la profundidad y la cantidad, en su punto máximo general en marzo. La capa de nieve de primavera es fundamental para proporcionar un suministro constante de agua potable y de riego a miles de millones de personas, ya que los derretimientos más grandes y tempranos causan problemas.

La científica de sistemas terrestres de la Universidad de New Hampshire, Elizabeth Burakowski, que no participó en la investigación, dijo que el estudio muestra «más allá de toda duda razonable que los humanos son responsables de la disminución de la capa de nieve en docenas de cuencas fluviales en todo el hemisferio norte» y que el derretimiento de la nieve «aumentará con cada grado«.(….)

Gottlieb y el climatólogo de Dartmouth, Justin Mankin, examinaron 169 cuencas fluviales del hemisferio norte, encontrando una tendencia descendente significativa de 40 años en 70 de las cuencas fluviales, una tendencia creciente en una docena y ninguna tendencia en las demás. (…). En ocho cuencas fluviales, todas en la fría Siberia oriental, encontraron que el cambio climático ayudó a acumular nieve a medida que aumentaban las precipitaciones, pero las temperaturas se mantuvieron lo suficientemente frías como para preservarlas.

Europa y América del Norte están sufriendo algunas de las mayores pérdidas de nieve en primavera (….).

Un buen ejemplo de la reducción de la capa de nieve es el curso superior de la cuenca del río Colorado en Colorado y partes de Wyoming, dijo Gottlieb. Allí, la temperatura invernal promedia alrededor de los 23 grados (-5 grados Celsius), aparentemente lo suficientemente fría como para nevar porque está por debajo del punto de congelación, pero no realmente, dijo.»Este es un lugar donde hemos comenzado a ver que este tipo de pérdidas aceleradas comienzan a surgir«, dijo Gottlieb. «Vemos esta imagen muy clara de la pérdida antropogénica de nieve forestal en los últimos 40 años más o menos».

Gottlieb y Mankin documentaron las huellas dactilares del calentamiento causado por el hombre utilizando el método estándar de atribución climática de comparar lo que sucedió en los últimos 40 años de un mundo que se calienta realmente con miles de modelos informáticos que muestran lo que sucedería con estas cuencas fluviales en un planeta ficticio sin cambio climático.

Los lugares con temperaturas más frías que superan los 17,6 grados representan el 81 por ciento de la capa de nieve del hemisferio norte, pero no albergan a muchas personas, solo 570 millones, dijo Mankin. Más de 2.000 millones de personas viven en áreas donde el invierno promedia entre 17,6 y 32 grados (-8 y cero grados Celsius) (…) Lo que es clave, especialmente para el suministro de agua, es que «a medida que se acelera el calentamiento, el cambio de la capa de nieve se acelerará mucho más rápido de lo que lo ha hecho«, dijo Daniel Scott, científico de la Universidad de Waterloo que no participó en el estudio.

Esto se debe a que lo que está sucediendo no es gradual. Por encima de cierta temperatura, la masa fundida se mueve rápidamente. Por debajo de esa marca de 17,6 grados, hace suficiente frío como para que la humedad adicional en el aire del cambio climático pueda resultar en más nieve y aumentar la capa de nieve, algo que Gottlieb y Mankin dijeron que vieron en el este de Siberia.

La industria del esquí, con imágenes a veces crudas de nieve manufacturada en un paisaje marrón para que disfruten los juerguistas de invierno, ha sido durante mucho tiempo un ejemplo fácil de entender de una economía que sufrirá por la falta de nieve. Muchas estaciones de esquí esperan ansiosamente cada año a que la madre naturaleza traiga suficiente polvo para comenzar a hacer funcionar sus remontes. Otros han cerrado por completo después de que sus temporadas se acortaran demasiado.(…) «Los días de apertura y cierre se mantienen constantes debido a la fabricación de nieve, lo que demuestra lo importante que es»,

Más información: Alexander Gottlieb, Evidencia de la influencia humana en la pérdida de nieve en el hemisferio norte, Nature (2024). DOI: 10.1038/s41586-023-06794-y. www.nature.com/articles/s41586-023-06794-y

Información de la revista: Nature 

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