Tipos de Mapas: Representando lo Discreto y lo Continuo (Isolíneas y Coropletas)

En un post anterior ya hablamos de la importancia de las escalas a la hora de implementar los objetivos de los mapas o cartografías. Dependiendo del propósito perseguido se escoge tanto la escala como la leyenda. Esta última es la que nos permite identificar los objetos de estudio. Ahora bien, en la naturaleza ciertos recursos permiten ser representados como entidades discretas (objetos), mientras que en otros casos una representación del continuo resulta ser más operativa. No obstante, debemos tener siempre presente que la mayoría de los mentados recursos naturales no son ni objetos puros, ni continuos natos. Por lo tanto, pueden ser plasmados en un mapa desde las dos perspectivas mentadas. Empero por la misma razón toda representación espacial padece de imprecisiones y sesgos. La elección de unas u otras, dependerá tanto del objetivo perseguido, como de la preferencia o escuela a la que pertenezcan los investigadores. Sin embargo, la tradición también resulta importante en cada disciplina. En otras palabras, resulta difícil cambiar el modelo de representación cartográfica en ciencias que tradicionalmente han hecho uso de una de las dos perspectivas en concreto. Los mapas denominados de coropletas son los que reprendan las entidades como discretas (como suele ser el caso en geología, geomorfología, vegetación, suelos, etc.), mientras que los de isolíneas lo hacen desde la perspectiva del continuo (usual  a la hora de representar temperaturas, precipitaciones, relieve, etc.).  En ciertas materias disciplinarias, como la edafología, existe un debate abierto entre los partidarios de un tipo u otro de representación, como hoy también comentaremos de pasada). En cualquier caso anticipemos que se trata de un post destinado para los más jóvenes y/o menos avezados en la materia. Por tanto, los que ya sabéis del tema no encontraréis mucha información de interés.

Mapa de Isolineas Fuente Wikipedia

En el gráfico de arriba, podéis observar el clásico mapa de isolíneas (pinchando sobre el vocablo de arriba, en Wikipedia encontrareis unos contenidos más técnicos que los que os voy a proporcionar en este post). Cada línea, “suele” cerrarse sobre si misma (aunque no siempre) y sus datos numéricos indican el valor de la variable representada. Por ejemplo, esta última puede ser la altitud, o la cantidad de precipitación que acaecen en el área mapeada, entre otras. Como veréis existe una tendencia clara a que el valor de la variable aumente o disminuya. Pero también tenéis que tener presente que la elección de los valores de cada lo son de una forma arbitraria, aunque también en función de la escala. Así, por ejemplo, al representar el relieve (mapa topográfico) suelen hacerse uso números sencillos de memorizar 10, 120, 140…. Simplemente. Los intervalos entre las isolíneas suelen ser constantes, ya que de no hacerse así su interpretación resultaría menos intuitiva.  En el caso de la figura de arriba, parecen ser de 10 metros aunque solo se indican numéricamente en el mapa cada 50, con vistas a que la representación sea limpia, es decir no sobrecargada de números que dificultarían su lectura. Como se trata del relieve (aunque bien pudieran ser variables climáticas), imaginaros una montaña. Este objeto topográfico es ancho en la base y culmina generalmente en una cima usualmente estrecha (a no ser que se alcanzara un páramo o altiplano). En consecuencia, las líneas que unen los puntos del espacio geográfico con la misma altitud tienden a aparecer más apretadas y se cierran en círculos concéntricos (espacios más estrechos o pequeños) conforme nos acercamos a las cimas de las colinas o montañas. Como la precipitación aumenta y la temperatura disminuye según subimos por la ladera de una cadena montañosa, es frecuente que los mapas que representan a estas tres variables, en un territorio concreto, sigan el mismo patrón. Los colores ayudan a que el “lector” del mapa visione rápidamente los cambios en el relieve (o cualquier otra variable a representar). El punto más álgido o elevado de esta figura corresponde a una cima alargada que alcanza los 644 metros de altitud, aunque más abajo y a la izquierda aparece un ejemplo más canónico, aunque su cima sea menos elevada. En estos casos, la cima corresponde a un punto aislado y no a una curva.  Obviamente, en este tipo de mapas no podemos saber el valor preciso de la variable entre dos líneas continuas y contiguas. Por ejemplo, si en una cartografía se representan las curvas de nivel cada cien metros, los valores exactos en un punto concreto entre dos isolíneas contiguas (digamos 800 y 900 metros) atesoraran un valor intermedio, que “tiende a acercarse” más al que indica una u otra en función de su proximidad o lejanía a cada una de ellas.

Mapa de Órdenes de los Suelos de Venezuela. Fuente Visión Agroecológica

En la figura de arriba se presentan los órdenes de suelos (USDA Soil Taxonomy) presentes en Venezuela. Un mapa de estas características nos informa de los “tipos de suelos”, es decir de objetos clasificados o taxones. En consecuencia, su representación cartográfica se lleva a cabo por el procedimiento de las coropletas. Como podréis observar, se trata de manchas claramente diferenciadas de las restantes por sus colores. Se trata de un ejemplo sencillo en el que cada color nos informa de que en los polígonos así pintados, un orden concreto de suelos resulta ser dominante, por lo que determinará el uso del territorio. En la realidad, los contornos no suelen ser tan precisos y las fronteras deberían ser más difusas, pero de esta forma, el mapa es más didáctico a costa de perder un poco de precisión. Un mapa de los países del mundo es de esta clase, pero como las fronteras entre países “suelen “estar bien establecidas atesoran pocas ambigüedades, salvo cuando existen conflictos territoriales entre dos Estados vecinos.

Finalmente tan solo cabe mentar que en materia de suelos, como también ocurre con otros objetos naturales, podemos desear obtener un mapa del pH, materia orgánica o cantidad de arcilla de un suelo. En este caso, al hablar de variables que varían de forma continua, resulta más conveniente hacer uso de una representación de isolíneas que unan los puntos del espacio en que los suelos tengan el mismo valor del pH, etc.. Por tanto, dependiendo del propósito, podemos elaborar un mapa de coropletas de tipos de suelos conforme a una determinada taxonomía, o de otros de propiedades del suelo concretas mediante el procedimiento de las isolíneas. Sin embargo, raramente en un mapa de coropletas cada mancha o polígono atesora un solo tipo de suelo o taxón, por lo que las leyendas suelen ser más complicadas. Pero este será el motivo de nuestro próximo post.  En este pdf se explican los diferentes tipos de representación cartográfica como los mapas de isolíneas y mapas de coropletas más técnicamente, por si deseáis obtener información más precisa (pero ver también (Wikipedia).

Para finalizar, debemos recalcar que los mapas de isolíneas suelen utilizarse para variables individuales, por cuanto representar varias terminaría por convertir al mapa en un trozo de papel ininteligible. Por el contrario, los mapas de coropletas, dan cuenta de objetos que pueden ser clasificados en base a una multitud de variables individuales, de acuerdo a los criterios de una determinada clasificación o taxonomía.

Juan José Ibáñez

Continuará……….. con la explicación de las Leyendas de los mapas