Ya os explicamos en post precedentes: “La Escala de los Mapas y Propósitos de las Cartografías” y “Tipos de Mapas: Representando lo discreto y lo Continuo”, que se trata de una serie de entregas para los más jóvenes, o poco avezados en la materia. Pretendemos pues ofrecer una información básica para comenzar a entender e interpretar estos productos. Continuamos pues esta miniserie con otra entrada que versa sobre como descifrar sus leyendas, penúltimo de los aspectos esenciales con vistas a interpretar los mapas de coropletas, por cuanto los de isolíneas no las requieren. En la práctica profesional, resulta lamentable observar que los expertos que trabajan en estas materias, son denostados por otros colegas, hecho a todas luces injustificado, ya que la elaboración de una buena cartografía requiere atesorar amplios conocimientos de base, experiencia de campo y gabinete de fotointerpretación. En todas las ramas de las ciencias hay buenos, mediocres y malos profesionales, y los mapas producidos están en consonancia con la pericia y habilidades de sus autores. Lo que ocurre es que, a menudo, los productos cartográficos adolecen de muchas limitaciones, tanto por la calidad de sus productores, los recursos monetarios y técnicos puestos a su disposición, así como por la dificultad intrínseca de representar la distribución espacial de los recursos naturales. La leyenda de un mapa no son arbitraria en absoluto, sino que dependen de sus escalas.

Mapa geològic de Catalunya. Geotreball IV. Mapa de sòls 1:25 000 - Full 389-1-1 Mollerussa

Mapa de suelos a escala 1:25.000 y su Leyenda. Fuente: Generalitat de Catalunya

Repasemos brevemente pues algunas ideas sobre la escala de los mapas ya comentadas en post anteriores, para luego continuar con contenidos propios.

Los mapas a gran escala definen con mayor detalle la realidad que representan que los mapas a pequeña escala. Es el caso de los mapas topográficos.

Se habla de mapas de escala grande cuando la relación alcanza el valor 1/50.000. Se utilizan para representar regiones o áreas poco extensas. A partir de esa cifra, podemos hablar de mapas a pequeña escala. Éstos se usan con vistas a plasmar continentes, hemisferios, planisferios, etc., es decir, grandes áreas de la superficie de la tierra.

Escala grande: desde 1:5.000 a 1:50.000

 Escala mediana: desde 1:50.000 a 1.500.0000

 Escala pequeña: desde 1:500.000 a 1. 50.000.000

Por lo que respecta a las leyendas, las cartografías grandes permiten en algunos casos identificar y representar objetos puros, es decir que la mancha o polígono sea homogénea y tan solo atesore un único taxon o tipo de objeto. Sin embargo, a menudo, ni tan siquiera a escalas muy detalladas o grandes acaece tal homogeneidad. Este es el caso de los mapas de suelos. En un principio se pensó que si podía darse ese idílico caso, por lo que se propuso el término de consociación, que más o menos puede definirse así:

Consociación de suelos: delimitación de una unidad de mapeo que está constituida por una población homogénea de suelos, es decir, con una clase única que pueden representarse a cualquier nivel taxonómico.

Sin embargo, por aquél entonces las densidades de muestreo no eran lo suficientemente completas como para captar toda la diversidad de tipos de suelos o edafotaxa que pueden albergarse a cortas distancias. Conforme los expertos obtenían más datos, se percataron, que en el mejor de los casos, las consociaciones eran muy raras o excepcionales. Lo mismo se puede decir de otros muchos recursos naturales, como la vegetación. Por lo tanto, cada unidad de mapeo o mancha suele albergar más de un taxa en distintas proporciones, lo que implica que, además de conocer los objetos que contienen debemos también saber en que proporciones se encuentra cada uno de ellos. Así pues, suele hacerse uso, explícita o implícitamente de asociaciones en la leyenda de los mapas, entendiéndose estas últimas como:

Asociación de suelos: agrupación de suelos distintos que ocurren en la misma posición del paisaje y representados por vecindad geográfica dentro de una unidad cartográfica.

Por tanto, la leyenda en estos casos, con independencia del recurso cartografiado, consiste esencialmente en nombrar las manchas o asociaciones de suelos, en los cuales cada edafotaxa debe ser explicitado. Ahora bien, ¿como se muestran las respectivas proporciones de cada objeto, o en nuestro caso concreto edafotaxa?. Con vistas a dar cuenta de este problema se propusieron los términos “suelos (edafotaxa) dominantes, asociados e inclusiones. Veamos pues sus respectivas definiciones.

Suelos dominantes: suelos que ocupan la mayor extensión dentro de una unidad cartográfica.

Unidades de suelos asociadas: clases de suelos que dentro de una unidad cartográfica cubren más del 20% de su extensión y no son dominantes.

Inclusiones: denominación de grupos de uno o varios suelos que dentro de una unidad cartográfica cubren menos del 20% de su extensión.

Tierras misceláneas: áreas terrestres no consideradas propiamente como suelos, tales como malpaís, afloramientos rocosos, o áreas con impedimentos para su estudio como las presas, ciudades, barrancas, panteones, entre otros.

Unidad cartográfica de suelos: área delimitada geográficamente constituida generalmente por varias clases de suelos y tierras misceláneas.

Obviamente, llegado a este punto, debemos clarificar la importancia de las unidades misceláneas. En un mapa del recurso suelo, aunque también de otros, no toda el área esta cubierta por los mismos, ya que pueden aparecer poblamientos y ciudades, lagos, afloramientos rocosos, masas de hielo permanente (como glaciares), etc. Y tal información debe especificarse por cuanto (i) nos indica que en una localidad o área concreta el recurso a cartografiar no existe y (ii) que esos “cuerpos misceláneos” también aportan información relevante sobre los recursos edáficos, aunque sea indirectamente. Por ejemplo, los afloramientos rocosos, nos informan muy a menudo (dependiendo del relieve) de que la cobertura de suelos se ha perdido por erosión, mientas que en  el caso de las ciudades, fueron sepultados bajo el  asfalto, etc.

La Escala de los Mapas y la Complejidad de sus Leyendas

 

Como ya hemos comentado en post previos, un mapa de suelos, vegetación, etc., se basan sobre una clasificación previa de los objetos de estudio, que son reflejados en sus leyendas. En la mayoría de los casos tales constructos taxonómicos suelen ser jerárquicos. Si hablamos de una clasificación biológica, la mayoría de vosotros conocéis tales categorías del tipo: fila, clase, (…) orden, familia, género, especie. Obviamente, decir mamífero es mucho más genérico que hablar de una pantera, animal muy concreto. Los cartógrafos de suelos pronto se dieron cuenta de que, con vistas a elaborar leyendas apropiadas a cada escala de mapa, era mejor reservar, en la medida de lo posible, los niveles jerárquicos más detallados (especies en biología o series en el caso de la clasificación norteamericana de suelos)  para las leyendas de las cartografías más grandes, mientras que conforme disminuía la escala se ascendía por el árbol taxonómico hacia categorías más generales o genéricas. Así, por ejemplo, si utilizamos la taxonomía de suelos mencionada, contiene los siguientes niveles jerárquicos de menos a mayor generalidad (o por buscar un análogo en biología, de especie a fila): serie, familia, subgrupo, gran grupo, subórdenes y órdenes. En la práctica, sus arquitectos propusieron la siguiente relación entre la escala del mapa y el rango taxonómico a utilizar en sus respectivas leyendas:

Rango/Escala

Series: 1:20.000

Familia: 1:50.000

Sub-grupo: 1:100.000

Gran Grupo: 1:250.000.

Subórdenes: 1: 1.000.000

Órdenes: 5.000.000 o escalas más pequeñas

Sin embargo, si preferimos utilizar un mismo rango taxonómico para varias escalas de mapas, el producto resultante será una leyenda en la cual cada asociación tiende a ser más variada y compleja conforme la escala disminuye (es más grosera), por cuanto cada unidas de mapeo incluye mas objetos distintos (incremento de la heterogeneidad) al abarcar un territorio más amplio.

Ambas opciones son válidas, pero la primera resulta mucho más fácil de representar, simple de interpretar y por lo tanto didáctica. Si cada asociación tiene que albergar muchos taxa (o clases de objetos diferentes), interpretar la información del mapa resulta ser muy difícil. No obstante, todo ello se hace a costa de perder parte de la información.

Ahora bien, si os fijáis en los polígonos o manchas de los mapas, con independencia del recurso natural cartografiado, y sin tener en cuenta ni la escala, ni la leyenda, observareis que todos los mapas se parecen mucho entre si. ¿Cuál es la razón?. Ese será el tema de nuestro próximo post.

Juan José Ibáñez

 

Información adicional:

 

http://www2.ine.gob.mx/publicaciones/gacetas/342/nom023.html

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