Los Responsables de la Política Científica de la UE En Acción: Problemas para Acceder a la Información Ambiental. Un Ejemplo Extraído de la Edafología

 No. No creáis que se trata de un tema singular, ni de que tengo ninguna inquina a la UE. Llevo colaborando con ellos desde 1988.  Es la cruda realidad. Iré añadiendo adicionalmente unas notas sobre estos temas. ¡No!. Es cierto que la política de I + D + i Española la considero personalmente un desastre. Ahora bien la de las Instituciones Comunitarias es ¡aun Peor!, si esto es posible. Os lo voy a demostrar. Entre nacionalismos, incompetencia, descoordinación, confusión mental y presiones de los “lobbies” sus decisiones y acciones pueden llegar a ser catastróficas o demenciales. Veámoslo con un ejemplo causi-cómico, dado su histrionismo.

En diciembre de 1988, la UE organizó en la Universidad de Cranfield (UK) (como no, en el corazón del Imperio) una Reunión de los Jefes de los Servicios Nacionales de Suelos de sus Estados miembros. Debido a que el actual CCMA (CSIC-Madrid) había sido el responsable de  coordinar la aportación española al Mapa de los Suelos de Europa, publicado pocos años antes en formato papel, su director, que por aquél entonces era mi amigo Antonio Bello, fue invitado a asistir y se le encargaron dos comunicaciones. Antonio Bello es nematólogo, por lo que no era la persona adecuada. España tiene el dudoso honor de no albergar un Servicio Nacional de Suelos, por lo que no había otra institución que pudiera responsabilizarse del tema. Antonio habló con más de diez edafólogos, que no quisieron saber nada del tema. Finalmente me llamó a mí, muy bisoño, hace casi 20 años, y con la ayuda de nuestro querido Antonio López Lafuente, hicimos lo que pudimos. Finalmente asistimos A. Bello y yo. Se comenzó a fraguar allí el ente que actualmente se llama European Soil Buro (ESB) que ha tenido más de cinco denominaciones diferentes desde aquella época. Ya sabéis, se cambia el nombre y luego se publicita que se ha montado un ente nuevo, dando la imagen de agilidad y presteza, cuando en realidad es mera incompetencia y marketing, todo junto. ¡fastuoso!

 

En 1992 fui invitado a formar parte del Grupo de Expertos que debía encargarse de elaborar la Base de Datos Georeferenciada de los Suelos de Europa, para el proyecto MARS (Monitorización de la Agricultura de los Suelos de Europa Mediante Sensores Remotos), a partir del mapa previamente mencionado, en formato papel. En España tal decisión generó malestar a algunos prebostes de la edafología. Ya se sabe que la envidia es el principal pecado capital de los españolitos. Muchos, cuando A. Bello les invitó, no quisieron ni oír hablar del tema (había que currar y defender la edafología española en inglés) rehusando su implicación. Ahora bien a “plato servido ya es otra cosa”.

 

Años después, alrededor de 1997 el trabajo se había terminado. Ahora había que publicarlo. Y aquí empieza esta tragicomedia. Con vistas a publicar un producto en el que intervinieron varios países, y al que cada uno de ellos aportó la información requerida de su territorio, demanda que todos den por escrito su consentimiento (cesión de derechos). Yo personalmente, en nombre de España (no había ni a quien consultar si ceder los datos o no) firmé inmediatamente. La mayoría de los países así lo hicieron también. Pero, ¡como no!, la “Pérfida Albión” se negó en banda. Nuestro gozo en un pozo. Es conocida la política británica en la materia, ya que son como un grano en el trasero de Europa: o lideran ellos y sacan la mayor tajada o “no hay tu tía”. Habría que recordar que, por aquel entonces, la UE ya obligaba a todos los países a hacer pública la información ambiental. Pero la realidad es que ni ellos mismos cumplían tales normas, como también pude comprobar en la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA). Del mismo modo, a las instituciones se les pide imperiosamente vías de autofinanciación ¿se dan cuenta de la contradicción? No se puede estar a la vez “en misa y replicando las campanas! Si te piden que te autofinancies, no pueden exigirte a la vez que liberes la información gratis. ¡Digo yo! ¡Pues no!, así era y así sigue siendo en la actualidad. La extraordinaria coherencia de nuestras autoridades comunitarias y españolas. Ojo que tampoco se los ceden entre si ellas mismas. Las controversias entre la EEA y el ESB a tal respecto han sido constantes.

 

Al año siguiente la cosa empeoró. Como los británicos se negaban en redondo, ofendidos los representantes de los otros imperios frustrados, retiraron su autorización. Total que ya tres países bloqueaban la publicación (previo pago o no; ya que de este asunto ni se había hablado): UK, Francia y Alemania ¿Qué viva la Pepa! ¿Cómo iban a ser menos los dos últimos que el primero? Y todo quedó paralizado durante varios años.

 

Por miedo a que alguien publicara el mapa, no accedí a que colegas españoles que habían colaborado en la selección de los perfiles representativos de los suelos de España, tuvieran acceso al mapa. Un asunto es su explotación para fines científicos y otra bien distinta, que saliera publicado en Internet. Para evitar protestas ni yo mismo lo utilicé. Tan solo hice una excepción, debido a que (…) mejor me cayó. No tardo mucho el citado “individuo”, de cuyo nombre prefiero no acordarme (ya que voy de Quijote por la vida y así me va), en sacarlo en su página Web. Tras mis protestas, la Presidencia del CSIC consultó con algunos expertos que me dieron la razón y tuvo que “descolgarlo” Hecho este inciso sobre el buen que hacer científico en España, retornemos a la UE.

 

A principios de 2000, y ya conociendo que iba a ser lanzada la Futura Directiva de Protección de Suelos (que lleva ya más de tres años en el cajón de algún “burrocrata” a la espera de no se sabe qué), la EU pregunto al Comité ejecutivo del European Soil Buro (ESB), del que yo formaba parte, a que se pensara como publicarlo lo antes posible. Esta vez fue la propia EU (si bien creo recordar las autoridades de GISCO), las que no vieron con buenos ojos la iniciativa (vaya usted a saber porqué). El Secretario del ESB, tras consultar (a no se quién) nos ofreció otra posibilidad. Se trataba de que todos diéramos nuestro consentimiento para que alguna de nuestras instituciones en materia de suelos e implicada en el ESB, se hiciera cargo de su distribución (previo pago, como no; excepto a los autores: menos mal). ¿Y quien se ofreció? ¿Se lo imaginan? Exactamente los primeros en montar tal movida.

 

¡Como no!. UK y Holanda (que en estas materias son también de ¡armas tomar!). Finalmente, para mi gozo, fue el consorcio de Alterra (en Wageningen; donde se da la mayor concentración de expertos en CC. del Suelo de toda Europa), los que se llevaron el ¡gato al agua! Otra vez a volver a empezar, a rellenar autorizaciones, a firmar contratos, etc. Finalmente cuando todo estaba arreglado, excepto que UK se retrasaba en dar su autorización de forma escandalosa (…) ¡Sorpresa! (“once again”) (…)

 

En un Plenario del ESB que se celebraba en Ispra (Varese, Italia), y una vez UK ya había dado su perceptivo consentimiento (ya sabrán inmediatamente el porque de tan fausta y generosa decisión),  el representante de Alterra, y también miembro del comité ejecutivo presentó la iniciativa al Plenario para su aprobación final. Todos dieron su consentimiento. ¡Asunto cerrado! ¿Asunto cerrado? Pues va a ser que no.

 

Justamente dos días después, en la clausura del Plenario, el Secretario General del ESB nos espetó que la EU finalmente había decidido que el propio secretariado de este “ente” se encargara de editar, publicar y distribuir gratuitamente el producto. Todos nos quedamos estupefactos, boquiabiertos y mirándonos con cara de cachondeo. Imaginaros el careto que puso el representante holandés a la postre “Deputy Chairman” del ejecutivo tras escuchar la buena nueva. Todos se preguntarán: ¿a que vino todo aquello? ¿Por qué se nos hizo firmar a todos el contrato con Alterra? ¿Por qué al menos no se evitó que el holandés hiciera el más absoluto y bochornoso ridículo? Vayan ustedes a saber: “vendetas”. Misterios por aclarar, por cuanto ni en el ejecutivo teníamos noticias de la puñalada trapera que le estaba dando el Secretariado del ESB al holandés.

 

Hoy ya está todo libre en Internet. Muchas cosas han cambiado en el ESB. Pero especialmente llama la atención, aquí y ahora una. En sus inicios, Francia llevaba la voz cantante. Ahora lo hacen los ingleses, quienes liderarán el proyecto de la UE que lanzará la monitorización de los suelos de Europa.

 

Tan solo un detalle, al pobre holandés le trasladaron inmediatamente en Alterra a una institución semi-privatizada ¿sería un castigo?

 

¿Se trata tan solo de una anécdota? Rotundamente no. Volveré sobre el tema con algunas más. La siguiente será cuando comente el Atlas de los Suelos de Europa recientemente publicado. 10 años 10 para ponerse de acuerdo en la publicación de un CD. Fastuoso. Comparar tal presteza con la experiencia que he tenido con su equivalente americano, la USDA.

 

Así funciona Europa y sus instituciones, ya sean comunitarias o no. Así nos va. ¡Más de diez años de puñaladas traperas para publicar un producto). Esto es eficiencia. Y luego nos la piden a los demás.

 

Continuaremos tirando de la cuerda

 

Juan José Ibáñez

(en su narración destinada a la nueva edición de la ¡Antología del disparate!)

 

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