Taxonomía y Biodiversidad: Un Problema Difícil de Entender

Por Domingo Lloris

 

A modo de presentación – ya me iréis conociendo – diré que, recientemente, J. J. Ibáñez, me ha invitado a participar en esta “Weblog”, con la finalidad, supongo, de diversificar las temáticas que habitualmente vienen desarrollándose y, precisamente esa es mi inquietud, puesto que el ámbito por el que transcurre mi especialidad es la ictiología marina, en un amplio sentido. Es decir, mi trabajo suele desplegarse siguiendo caminos relacionados con la taxonomía, la biogeografía y la biodiversidad de los pisciformes marinos y por tanto alejados de la problemática de los suelos terrestres. No obstante, como es evidente, he aceptado y aquí me tenéis, dispuesto a ir desglosando algunos de los temas anunciados que creo conozco con cierta profundidad, aunque – ¡Aviso! – irán saltando, en función de las noticias de actualidad que lleguen a mis manos y pueda ejercer alguna opinión sobre ellas.

 

 

 

Biodiversidad Marina

Fuente: Crónicas Tabarquinas

 

En esta ocasión permitidme ser algo conservador y empezar con un tema que me es muy querido y que, actualmente, a pesar de su validez y necesidad, se encuentra gravemente enfermo. Se trata de la TAXONOMÍA, ligada al gran coco mediático que representa la BIODIVESIDAD.

 

Casi cada día recibo peticiones para identificar especies de peces, tantas que si tuviera que atender a todas tendría que dejar a un lado otras tareas en las que me veo inmerso. Curiosamente, estas peticiones no sólo provienen del exterior de la institución donde trabajo, también del interior, de colegas que solamente se acuerdan de la taxonomía cuando se sienten presionados por los editores de algunas revistas, pues alguien ha detectado cierta incongruencia y piden aclaraciones.

 

Al parecer, para una inmensa mayoría de colegas, el ejercicio de la Taxonomía reside en tener una memoria prodigiosa de tal manera que tras mostrarte un organismo, en mi caso, un pez, con sólo mirarlo le das un nombre con el que se sienten satisfechos y corren a solucionar su problema con el editor, olvidándose de ti hasta la próxima vez en que se encuentren en apuros y, hoy día, con el correo electrónico y las cámaras digitales es una locura. Ayer, sábado, eran unas especies de gran profundidad, hoy, domingo, unas, de aguas someras. Afortunadamente, algunos de los habituales ya saben que según como sean las fotografías, no contesto. Así, drásticamente, como cuando en el correo se leo: “He encontrado un animal en la orilla de la playa que parece un pez. ¿Podría usted decirme de qué se trata?”, así literalmente, sin fotografía incluida, ni descripción orientadora alguna.

 

 

 

Biodiversidad Marina:

Fuente: La Costra Blanca

 

Por otra parte, también, me he encontrado con gente llana, pero plena de curiosidad, que es capaz de dar una serie de detalles que te permiten identificar un pez a través del teléfono. Casos como los descritos son a diario, y quiero decir que, cuando detecto a alguien con interés, no dudo en dedicarle el tiempo que sea preciso, pero ni un minuto a quien debería conocer su trabajo. ¿Alguien puede creer que un biólogo pesquero, no conozca, mínimamente, a las especies con las que suele trabajar, especialmente, cuando éstas se pueden contabilizar con los dedos de una mano? Pues yo sí los conozco. Ocurre en el laboratorio y ocurre en las campañas de pesca donde suelo participar, pero en estas últimas con más intensidad, puesto que la identificación visual ha de ser rápida e inmediata, ya que hay un montón de colegas que esperan turno para contabilizar pesar y medir la multitud de ejemplares que ha capturado la red.

 

Además de este anecdotario, cada vez son más los que acuden al taxónomo especialista, en busca de respuestas: por mi despacho pasan, además de biólogos pesqueros, arqueólogos, paleontólogos, pescadores profesionales y deportivos, restauradores, escritores, medios de comunicación, traductores, maestros, doctorandos en general, especialistas en filogenia y una larga lista de interesados en saber quien es quien en el mundo de los peces.  Y, si esto es así, porqué cada vez somos menos. Porqué, hay menos jóvenes que quieran implicarse en esa disciplina. Algo no funciona bien en el sistema y a este paso, en un corto espacio de tiempo, se alcanzará la extinción.

 

 

 

Regiones zoogeográficas del mundo

Fuente: Zoogeografía de Argentina

 

Todo esto viene a cuento, porque cada día, en algún momento, aparece la palabra biodiversidad, seguida de la de conservación, casi siempre para castigarnos con su pérdida. ¿Es que acaso no existen sucesiones, ganancias, equilibrios? ¿Es que no deben conocerse las especies? El día a día, me dice que a todos los que he oído hablar de tal forma nunca han realizado un estudio serio de seguimiento y cuando así lo manifiestas, la respuesta es: ¡Todo el mundo lo dice!, pero, claro, yo no conozco a todo el mundo. ¿A dónde demonios ha ido a parar el empirismo científico que ni éstos lo practican? ¿No deberían tratar de conservar a quienes saben y conocen sobre esas especies a proteger? ¿Qué ocurrirá cuando haya tan pocos taxónomos que deban ser encontrados con lupa? ¿Recurrirán a los nuevos profetas del ADN que necesitan a alguien que les diga a quien pertenece ese minúsculo trozo que han de analizar? Otro día hablaremos de ese colectivo, de biólogos moleculares, sobre los que ya existen hasta chistes sobre alguna parcela de su trabajo.

 

 

Esquema de Zonación del Fondo Marino

Fuente: Biogeografía de Argentina

 

A mis colegas, cuando les comento ¿Qué hay que conservar y proteger? Su lacónica respuesta es: ¡TODO! y yo me pregunto cómo se puede conservar lo que se desconoce. Igualmente, cuando confunden uno y otro término (Taxonomía y Diversidad), les digo que estadísticos y matemáticos, pueden escribir un artículo sobre la biodiversidad, pero ninguno de ellos podrá identificar una especie, a menos que posea el suficiente bagaje para ello. Da lo mismo, la sordera es tal que, solamente se disipa cuando alguien les golpea.

 

Pues bien eso es lo que hay. Al parecer se está perdiendo el gusto por las cosas bien hechas y se valida la frase de F. Jacob, cuando decía que el científico ya no busca la verdad. Crea la suya propia. Me encanta esa frase, porque, además, de profética retrata a un importante colectivo de investigadores cuya única preocupación consiste en publicar en Nature, en Science o en cualquiera de las revistas revestidas de con el oro del Citation Index.

 

Y, ahora, os dejo con unas frases para meditar lo que está sucediendo:

 

 

«Es imposible hablar de los objetos de cualquier estudio, o pensar lúcidamente acerca de ellos sin nombrarlos y es imposible estudiar científicamente sus interrelaciones o su lugar en el mundo natural, sin ubicarlos en alguna clase de ordenamiento formal» Simpson (1945)

 

«Cualquier rama de la biología es impensable sin la sistemática. La oceanografía biológica es un ejemplo y la biogeografía otro» Mayr (1968)

 

«Los ecólogos solemos ser poco escrupulosos en la identificación de las especies, cuando debería requerirse la máxima precisión y no sólo hasta el nivel específico, sino hasta más allá, pues formas subespecíficas pueden ser ecológicamente distintas» Margalef (1974)

 

«La propaganda en contra de la taxonomía clásica y fiable ha sido muy efectiva; hoy día es, lamentablemente, muy difícil encontrar a alguien capaz de identificar los organismos. La taxonomía es necesaria, incluso a nivel macroscópico, no solamente para el cálculo de la diversidad, sino también para el estudio de la similitud entre distintas muestras de ecosistemas obtenidas con métodos diferentes» Margalef (1978)

 

 

C.V. abreviado

 

Dr. en Ciencias Biológicas por la Universidad de Barcelona. Actualmente desarrolla su trabajo en el Instituto de Ciencias del Mar (CSIC) Barcelona. Conocedor de distintos campos de la ictiología marina (Taxonomía, Biogeografía, Ecología), ha estudiado los ecosistemas litorales y sublitorales de diversas regiones oceánicas del Índico, Pacífico, Atlántico meridional, septentrional y Mediterráneo, con especial atención a los sistemas marinos profundos más allá de los 1000 m. Ha formado parte en diversos proyectos nacionales e internacionales y participado en 46 campañas de investigación con más de 1300 días de mar. Su producción, entre artículos científicos, de divulgación, monografías y libros colectivos, se cifra en más de un centenar. Una información, más detallada, sobre sus actividades pueden encontrarse en su sitio web: http://www.icm.csic.es/rec/gim/gim.htm

 

 

PD. Del Impresentable administrador de esta bitácora: Invité a domingo por cuatro razones fundamentales: (i) Le interesa la divulgación científica; (ii) trabaja en un tema, que como el de la edafología, se encuentra en un incomprensible riesgo de extinción; (iii) investiga a demás en biogeografía y diversidad, temas muy tratados en esta bitácora y (iv) la mejor investigación (y divulgación científica) se alcanza cuando expertos de disciplinas dispares comparten sus experiencias detectado similitudes y diferencias de gran interés para todos. Además de talento hay que atesorar talante. Gracias Domingo, ya se lo demostraremos.  Esta vez las fotos son mías. Si no os gustan no echarle la culpa al autor.  

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10 comentarios

  1. Entonces nos quedamos con que la taxonomía es el ordenamiento de la biodiversidad por grado de parentesco… no de similitud ecológica como pueden ser el tiburón ballena filtrante de plancton (herbívoro) de otro tiburón carnívoro ,

    y entonces que se ha ganado con la taxonomía respecto a la

    otra organización?

    El año pasado asistí despues de algunos años a una campaña del IEO de Vigo, mis compañeros de trabajo, algunos de años anteriores y otros de la facultad tenían perfectamente identificadas

    la mayor parte de las especies, y las distinguían perfectamente y conocían por motes…porque así necesita la nueva visión de ecosistema… haber buenos taxónomos hailos…

    lo que pasa es que lo que generan los centros educativos superiores son técnicos de la biotecnología, como bien tú dices.

    El problema que comentas de que no se conocen especies será por falta de interés muchas veces inherente a la condición de funcionario y otras al trabajo mal remunerado (extremos opuestos) y otros que confirmarán la regla… En trabajos con descartes de la flota tengo amigos y yo mismo que hacíamos verdaderos esfuerzos para llevar al IEO buenos datos y otros ni se molestaban… y por propio interés se hacía uno taxónomo… una gran satisfacción.

    Pero también tengo que reconocer que si es por la empresa contratante y el apoyo de cargos políticos del oceanográfico hacia la misma eso sería otro cantar… de 300 € que se embolsa del Estado

    nos pagan 90 €… eso ni se entiende con taxonomía…

    Un saludo

  2. Hola Xabier,

    He leído atentamente tus comentarios y, en primer lugar, te diré que celebro que alguien se responda ante el término Taxonomía y Biodiversidad, pues otros siguen ensordecidos por otros sonidos.

    Se me ocurren un montón de ejemplos para ilustrar tu pregunta: – “… qué se ha ganado con la taxonomía, respecto a la otra organización..” pero creo que sería largo y tedioso para ambos enumerarlos. En su lugar trataré de puntualizar, al máximo, algunos conceptos.

    En primer lugar está la Taxonomía y luego aparece la Biodiversidad. Ambas disciplinas son parientes cercanas pero no utilizan las mismas herramientas, ni persiguen la misma finalidad, aunque ambas podrían inscribirse en lo que se conoce por la Teoría de la información (como prácticamente ocurre con todo), pero mientras que la Taxonomía ocupa su tiempo en situar a los organismos en un sistema evolutivo comprensible para el ser humano identificándolos y nombrándolos, la diversidad biológica trata de explicar cuantos hay (riqueza específica), quienes tienen más preponderancia (dominancia), cómo es de similar o diferente una comunidad respecto a otra y así nos alargaríamos hasta llegar a lo que se pretende, que no es otra cosa que adquirir conocimiento de un entorno dinámico que se nos escapa o que no se comprende bien.

    Respecto a lo que comentas de la campaña, siento decirte que tener identificadas “perfectamente” y distinguirlas por motes no significa absolutamente nada. No sirve nombrar a una especie como “dientuso negro” porque su coloración sea negruzca y posea unos dientes bien aparentes, no va más allá del ámbito de la campaña y no sirve para nada, solamente para esa coyuntura, sin embargo si conocieran realmente de qué especie se trata, la aludirían por su nombre científico que es universal, gracias a que existe un código internacional de nomenclatura científica para que toda la comunidad pueda enterarse de quien o de qué se está hablando.

    En cuanto a tus alusiones pecuniarias, me hace suponer que se trata de un contrato del IEO con una empresa para disponer de muestreadotes y eso no es ni taxonomía, ni diversidad, es otra cosa y está en función de otros parámetros que desconozco, aunque en su día, pasé por peores de los que comentas, pues no había ni la posibilidad de tener contratos.

    Saludos cordiales

  3. Hola Xabier y Domingo,

    En este caso Xabier, estoy totalmente de acuerdo con Domingo. La taxonomía es el Pilar de los estudios de biodiversidad, pero la precede y es un lenguage común para todos los especialistas gracias a los códigos internacionales de nomenclatura biológica. Nunca se podrá conocer bien la biodiversidad sin expertos que se dediquen a ello (ni con los códigos de barras genéticos). Muchas especies semejantes pueden ser confundida sin verdaderos expertos. Y si eso ocurre en el ámbito de la ictiología ni te cuento que ocurre con invertebrados y microorganismos de los cuales se desconocen la la mayoría de las especies.

    No es racional que se trate de otra disciplina maldita, mientras se dispendian dineros para "inferir" el número de especies. Ya ni en el Museo Nacional de CC. Naturales ni en el Jardín Botánico entran casi especialistas en las plantillas. ¿Razón?. Son malos porque publican poco (palabras de un ecólogo acreditado de la máxima excelencia en España). Nauseabundo. Y lo peor es que esta tendencia es manifiesta a nivel mundial. De algunos grupos quedan taxonomos que se pueden contar con los dedos de la mano. Yo he tenido el placer de trabajar en biodiversidad y edafodiversidad, pero también con taxónomos de ambos lados y te puedo asegurar que los "expertos en biodioversidad" deberían pasar una temporada con los taxónomos para ver la dificultad de identificación de muchos taxa. Suelen cometer demasiados fallos de identificación (y yo mismo).

    Un abrazo a ambos.

    Juanjo Ibáñez

  4. Hola Domingo y Juanjo,

    Como todo lo que uno dice es una reducción de la totalidad, lo real, la verdad, la naturaleza… desde los ladrillos que son las palabras hasta las grandes catedrales como la ciencia o pequeñas iglesias como la taxonomía o la biodiversidad… ladrillos e iglesia a la vez; pido perdón por mis equivocaciones: quien tiene boca se equivoca…porque el mero hecho de opinar es discriminativo y

    deja a un lado infinitas perspectivas.

    Al final casi todo se reduce a lo mismo: la cultura de cada pueblo está contenida y es contenida por su lengua… y lo mismo le ocurren a culturas como la científica, religiosa, etc.

    Si me acerco a la ciencia es por personas con vuestro ánimo u otras personas que colaboran el el blog: el ánimo de acercar el "conocimiento"… y aunque no se acerque por lo menos despertar el interés por el mundo natural… y nunca más representado que en la variedad de temas de este blog reflejo de la ambición de la edafología.

    Si me decidí a comentar el tema de los observadores es porque aún siendo un caso particular del total de la sociedad española es muy descriptivo de como se retroalimenta administración-universidades-empresa-institutos investigación: universitarios monitoreando caladero donde la flota sobrepesca porque el sistema es como es y esquilma… y donde si el sistema no fuese como es no sería preciso monitorear (como bien dices Domingo el ecosistema es dinámico y se nos escapa), la determinación con nombre científico se hacen con los libros que se ponen a la disposición de los trabajadores universitarios que ilusionados por la labor determinan las especies en claves canadienses… menos mal que son duchos en idiomas…

    y puede que se incurra en algún error pero será generalizado por los institutos pesqueros de Canadá, España, Portugal, Rusia y demás naciones que hacen campañas científicas en la zona… luego con esos datos el jefe de campaña firma y lo presentan por aí y si luego un ciudadano quiere los datos son confidenciales… por lo menos el INM te los vende (caros!!!cualquiera se permite el lujo)…

    y mientras tanto quien se forran (al final todo lo mueve la economía: ya lo decía Marx) son los profesores que nos enseñan taxonomía en la universidad, los que trabajan en la administración y cargos políticos de los que depende este tipo de contrataciones de empresas, las empresas,etc. y, en eso me tocaste la fibra sensible, Domingo, quien más pringa son lo observadores que a cambio de una vida laboral como la del marinero, pero cobrando mucho menos que éste, luego de haber estudiado cinco o más años, con toda la ilusión taxónoma del mundo, realiza el trabajo hasta seis meses dentro de un barco… por lo que como recompensa lo llevan a campañas para trabajar para científicos del IEO. Por eso que no sé con qué clase de gente te topas que te identifiquen un bicho con un mote (los motes que me refiero casi siempre tienen que ver con el nombre científico y juegos de palabras a modo nemotécnico… pero los informes son serios).

    Bueno, en resumen, que no quiero polemizar sobre la utilidad del trabajo de cada uno, yo no he tenido uno productivo: bueno, si se puede contar en producir una pila de papel lleno de ladrillos, iglesias y catedrales puede… Matizar que hay gente que aportaría mucho a tu deseo de que la biología fuese más taxónoma y aportase más sentido a estudios ecológicos de biodiversidad y estudios de la dinámica de los océanos, pero el sistema no alimenta tales pretensiones.

    Un abrazo a los dos, porque en el esfuerzo de buscar la verdad, el deshacerse de convicciones suele ser lo más útil, e investigar es martillear en el muro de las convicciones.

  5. Hola Xabier,

    No creo que Domingo y menos yo, infravaloremos tu trabajo. Estate seguro que yo no, como verás en esta weblog dentro de poco. El problema no reside aquí o incluso en que tu puedas identificar muy bien a las especies. La cuestión es diferenciar entre identificación y clasificación mal uso y las tareas de un científico taxónomo.

    Desde luego por mi parte considero que tu trabajo es tan válido como el mio. Hemos mezclado cosas y lamento que algunos comentarios pudieran molestarte. Desde luego no ha sido mi intención, ni menospreciar tu trabajo ni nada parecido.

    Un fuerte abrazo

    Juanjo Ibáñez

  6. Hola Xabier,

    Casi siempre en estos ámbitos tenemos que recurrir a la reducción de cualquiera de los temas que se traten. Lo impone el espacio y el tiempo disponible de cada uno. Lo hacemos de forma habitual, incluso cuando no nos lo proponemos.

    Xabier, te entiendo perfectamente, incluida tu insatisfacción. He estado de muestreador durante cinco años en Namibia, saltando de barco en barco, pues así lo demandaban los muestreos. También en aguas del Banco Canario-Sahariano, en Terranova y algo más al sur, en Saint Pierre et Miquelon, y no te cuento el tiempo con las embarcaciones de pesca comercial del litoral mediterráneo. Solamente añadiré unas pinceladas más, en Terranova cobraba 1000 ptas. al día, y el motel donde me alojaba costaba, entonces, 3.600 ptas. ¿Sabes las angustias que pasaba mientras esperaba en tierra poder embarcar? Entonces corría el año 1977. De Namibia regresé, en cierta ocasión, gracias a un vuelo de personal de relevo de Pescanova y aterricé en Santiago de Compostela, con 100 ptas en el bolsillo. Tuve que recurrir de nuevo a Pescanova para que me habilitase un billete para llegar a Barcelona.

    Creo sinceramente que con sólo acudir a este blog demuestra tu loable interés, pero como puedes comprobar el camino es duro, quizá más en estos tiempos donde los discursos son maravillosos y la realidad es otra, pero cuando empecé, pasaban cosas similares. Entré en el mundo de la Taxonomía observando cómo se equivocaban, quienes creía que sabían más que yo. Permanecí en él con la justificación de que el conocimiento de las especies sería una buena herramienta para saltar a otros temas más complejos, pero quedé “enganchado” en esa labor de detective y porque pude darme cuenta que nadie, del ámbito pesquero, las conocía pues los esfuerzos se encaminaban sólo hacia las especies comerciales, como si cuando la red las saca no lo hace con muchas otras, cambiando el orden establecido, una y otra vez del caladero, pues aunque no te lo creas la idea de que los peces se distribuyen uniformemente todavía colea en muchas mentes. No me creí nada, dejé el mundo de las pesquerías y me sumergí más en la Taxonomía, porque me gustaba y por que cada vez había más necesidad de saber qué se pescaba en aguas donde operaba la entonces poderosa flota pesquera española, pero siempre con el objetivo de la diversidad, la biogeografía y si podía con la filogenia.

    Ahora ya se que no voy a poder acudir a todo, pero ya he hecho mis incursiones en todas esas disciplinas a excepción de la filogenia y no me arrepiento en absoluto de haberme sumergido en la Taxonomía pues, aún hoy, estoy redactando artículos relacionados con la Alfa y Beta diversidad que no se terminan con la excesiva cobertura matemática y estadística a la que nos tienen acostumbrados en los últimos tiempos ecólogos de despacho, demasiado propensos a los metamodelos que no dicen nada.

    En efecto, me quedo con tu última frase porque sintetiza muy bien el silencioso trabajo que se ha estado haciendo en el mundo de la Taxonomía y que hacemos desde aquí mismo.

    Un fuerte abrazo y hasta cuando quieras.

    Domingo

  7. Gracias por poner estos informes aqui, me acaban de salvar por mucho.

    ¡¡¡¡gracias!!!!!!!!!!

  8. por que no tienen informacion sobre la biodiversidad matematica balen para madre

  9. pues mucho no me sirvio pero hay pude hacer mi tarea.
    por favor,la proxima vez mas resumido casi acabo el cuaderno.
    🙁

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