En el Nombre de la Ciencia: La Farmaindustria

Cuando se habla de la adicción de Sigmund Freud a la cocaína, no suele tenerse en cuenta el contexto histórico. A toda la clase científica afanada en desprestigiar el psicoanálisis se le olvida que, por aquello tiempos, y en nombre de la ciencia, se expendía todo tipo de productos que hoy llevarían a la cárcel a quien osara hacerlo. Eso sí, se lo inyectaba en vena, cuestión que debo suponer “visto el mercado de la época” que a muchos de sus colegas no les extrañaría en absoluto. Pobre Freud. En el nombre de la ciencia, la farmaindustria nos ha sugerido ingerir todo tipo de compuestos, muchos de ellos tóxicos. En el nombre de la ciencia, un médico te receta uno concreto que, muy a menudo, es retirado después del mercado debido a sus acusadas contraindicaciones y “efectos secundarios”. Tampoco son casos singulares la venta de fármacos que una vez han perdido su interés (debido a su ineficacia), vuelven a salir al mercado a bombo y platillo, asegurándose que curan otra enfermedad que con anterioridad no era incluida en los prospectos. Dicho esto, uno no logra entender la burla de ciertos investigadores contra las pócimas de curanderos y remedios caseros. Este servidor no murió por uno de estos productos gracias a que su hermana (la administradora del blog “Salud Pública y Algo Más”) tan solo le dio la mitad de la dosis indicada por el Sr. Doctor. De milagro puedo contarlo. Por tanto, no hablo de “oídas”. Las imágenes que os vamos a ofrecer hoy, de productos que se expendían en boticas y comercios a finales del siglo XIX y principios del XX, son propias de los bocetos propagandísticos que ofrecerían al público los narcotraficantes más peligrosos. Reiteremos que en este blog se ama a la ciencia. Ahora bien, una cosa es el cariño, otra la objetividad y otra el comercio de la farmaindustria.

 

 

 

Fuente: Nuestros abuelos eran  Yonkis

 

Si no recuerdo mal, en junio de 1997 se me diagnosticó un “presunto quiste o tumor encapsulado” que me había dejado en su punto de localización no más de dos milímetros de hueso en una parte concreta de mi mandíbula inferior inquiera. Debido a que se me advirtió que podía romperse en cualquier momento, así como que había que asegurarse que tal quiste/tumor no fuera maligno me dirigí a la Seguridad Social. En vista que tardarían seis meses, como mínimo, en encontrar hueco para la operación quirúrgica, busque una alternativa en la sanidad privada, muy a mi pesar. Se me advirtió que el “bultito” rodeaba a la rama dental del trigémino, por lo que posiblemente quedara dañada. Y así fue. Lo que nadie me comentó es que antaño era denominado “el nervio de los locos”, por cuanto de lesionarse los dolores son insoportables. Me dirigí pues a mi médico de cabecera, que me expidió una receta para calmar aquel sufrimiento indecible (perdí casi 15 kilos de peso en dos semanas).  El matasanos, no quiso recetarme morfina y la sustituyó por un fármaco de síntesis recomendado principalmente para la epilepsia, a pesar de ser advertido de que mi cuerpo reacciona mal ante bastantes medicamentos. Se trataba del Tegretol (que por cierto genera retraso mental a las criaturas cuyas madres lo injirieron durante la gestación, ver el enlace; a pesar de lo cual sigue en el marcado). ¿Por qué? La lista de efectos secundarios era impresionante. De acuerdo a la Dra. Ibáñez los sufrí todos. Me erradicó el dolor eso es cierto. Sin embargo, a partir de ahí lo sucedido fue inenarrable. Nadie sabía si podría fallecer o no, a pesar de que mi hermana fue precavida y solo me dio “la mitad de dosis indicada”. Afortunadamente, cuando de seguir el curso de los acontecimientos no me quedaban más que horas de vida, su encantador efecto “tóxico” comenzó a reducirse. Si mi hermana hubiera seguido a rajatabla lo que el matasanos le sugirió………

 

 

 

Tegretol. Fuente: Agrea-L-uchadoras

 

¿Cuántos ciudadanos habrán padecido algo así y cuantos habrán logrado contarlo? No albergo la menor duda de que la medicina ha salvado millones de vidas. Sin embargo, es harto frecuente que tras años de uso muchos fármacos sean retirados por unos efectos adversos previamente no advertidos. Y es aquí en donde la farma-industria entra en escena. A veces, los vuelve a sacar al mercado con otros “objetivos”. Pero a lo que vamos, tanto si uno lee la afamada revista PlosOne, como si se documenta a partir del libro “La Anatomía del Fraude Científico”, se percatará como una buena parte de la enorme cantidad de informes de estas compañías, “que velan por nuestra salud” falsean los resultados de uno y otro modo.  Casi todos los ciudadanos conocen la mala prensa de estas multinacionales, que son demandadas tropecientas veces al año, saliendo generalmente airosas de tales envites, gracias a que sus ejércitos de abogados sin escrúpulos deben llevarse un buen porcentaje de los impensables beneficios que nos secuestras. Eso sí, no les pregunten ustedes porqué no los abaratan para los más necesitados de los países en vías de desarrollo.

 

Imagínese ahora que va a comenzar unas más que merecidas vacaciones. Les dice a sus criaturas que se unten un repelente antimosquitos, para que estén más protegidos. A renglón seguido mete en su bolsa de baño agua embotellada de una buena marca, no sea que la del lugar (….). Toman sus bártulos, compra un periódico y ya tumbado en la arena lo abre y lee:  Popular Insect Repellent Deet Is Neurotoxic o en su pedestre versión española: “El Repelente Contra Mosquitos es Tóxico para los Nervios” (vamos que le pone a uno de los “nervios”; pues no, se trata de algo más grave, contiene neurotoxinas). Y cuando sus hijos le solicitan agua se encuentra atónito al contemplar la noticia ¿Es segura el agua embotellada? (por favor lea el contenido pinchando el enlace, ya que ese oro azul puede contener de todo). Pero si lo que le interesa la gripe cochina ahora nos informan de queTamiflu should not be given to children with flu: study” (un poco tarde para algunas criaturas). ¡Tremendo!.

 

Como hemos señalado en abundantes ocasiones, la verdad científica de hoy en día, puede (y suele) ser mentira en un futuro más o menos lejano.  De no ser así el progreso científico no existiría. Ahora bien, la mercantilización de la ciencia genera también enormes sufrimientos. En consecuencia, me exaspero ante tanta arrogancia. Veamos pues que recomendaban a nuestros antepasados boticarios y matasanos.    

 

Nuestro amigo Régulo León Arteta, nos envió hace meses un documento estremecedor. Lo busqué en la Web y encontré su contenido en este blog “Resumiendo Internet”, bajo el título,  Nuestros abuelos eran  Yonkis”, o también  en este “El Intruso”, entre otros. Envié el pdf a nuestra corresponsal en Hamburgo, Leonor Nicolás, que también es médico (ginecóloga y experta en medicina china). Ella nos remitió otro enlace en donde puede encontrarse tal material en la lengua del imperio, es decir el Suahili. Se trata de “Theledonpaper.com”. Os dejo pues con estas exquisiteces. Todas las fotos son idénticas en las fuentes que he podido consultar, por lo que barrunto que no he logrado “pescar” la original. Lo lamento. Se trata de un tema más que preocupante, y si no que me lo digan a mi, que lo padecí en mis carnes, si bien soy afortunado por poder contarlo.

 

Juan José Ibáñez

 

 

1.- Heroína Bayer: Un frasco de heroína Bayer. Entre 1890 y 1910, la heroína era divulgada como un substituto no adictivo de la morfina, y un remedio contra la tos para niños. (Foto en el encabezamiento del post)

 

2.- Vino de coca: El vino de coca Metcalf, era uno de la gran cantidad de vinos que contenían coca disponibles en el mercado. Todos afirmaban que tenían efectos medicinales, pero indudablemente, eran consumidos por su valor “recreativo” también.

 

 

 

Fuente: Nuestros abuelos eran  Yonkis


3.- Vino Mariani: El Vino Mariani (1865) era el principal vino de coca de su tiempo. El Papa León XIII llevaba siempre un frasco de Vino Mariani consigo y premió a su creador, Ángelo Mariani, con una medalla de oro.

 

 

 

Fuente: Nuestros abuelos eran  Yonkis


4.- Maltine: Este vino de coca, fue fabricado por Maltine Manufacturing Company de New York. La dosis indicada decía: “Una copa llena junto con, o inmediatamente después, de las refecciones”. Niños en proporción.

 

 

 

Fuente: Nuestros abuelos eran  Yonkis

 

5.- Pisapapeles: El pisapapeles promocional de C.F. Boehringer & Soehne (Mannheim, Alemania), “los mayores fabricantes del mundo de quinina y cocaína”. Este fabricante tenía el orgullo de su posición de líder en el mercado de la cocaína.

 

 

 

Fuente: Nuestros abuelos eran  Yonkis

 

6.- Glyco-Heroína: Propaganda de heroína Martin H. Smith Company, de Nueva York. La heroína era ampliamente usada no solo como analgésico, sino también como remedio contra el asma, tos y neumonía. Mezclar heroína con glicerina (y comúnmente azúcar y saborizantes) volvía al opiáceo amargo más agradable para su ingestión oral.

 

 

 

Fuente: Nuestros abuelos eran  Yonkis


7.- Tableta de cocaína (1900): Estas tabletas de cocaína eran “Indispensables para los cantantes, maestros y oradores”. También calmaban el dolor de garganta y tenían un efecto “reanimador” para que estos profesionales, rindieran el máximo de su performance.

 

 

 

Fuente: Nuestros abuelos eran  Yonkis

 

 

8.- Gotas de Cocaína para Dolor de Dientes – Cura instantánea: Las gotas de cocaína para el dolor de dientes (1885) eran populares para los niños. No solo acababan con el dolor, sino que también mejoraban el “humor” de los usuarios.

 

 

 

Fuente: Nuestros abuelos eran  Yonkis


9.- Opio para bebés recién-nacidos: ¿Usted cree que nuestra vida moderna es confortable? Antiguamente para aquietar bebés recién-nacidos, no era necesario un gran esfuerzo de los padres, pero si, el opio. Este frasco de paregórico (sedativo) de Stickney and Poor, era una mezcla de opio y alcohol que era distribuida del mismo modo que los condimentos por los cuales la empresa era conocida. “Dosis – (Para niños de cinco días, 3 gotas). Dos semanas, 8 gotas. Cinco años, 25 gotas. Adultos, una cucharada llena.” El producto era muy potente, y contenía 46% de alcohol.

This entry was posted on Miércoles, Mayo 20th, 2009 at 3:28 pm and is filed under inventos geniales, fotos curiosas.

 



Fuente: Nuestros abuelos eran  Yonkis

 

PD. Particularmente el que más debe molar a los bandidos de la globalización económica debía ser el pisapapeles, en caso de contener la cocaína. Imaginase al típico yupi agresivo sentado tras la mesa de su despacho  y llenándose el bolsillo al especular con el dinero que usted ingenuamente depositó en el banco. Llega una visita. Se va. Agarra el pisapapeles y “lametón”. Viene otro cliente. Tras irse el pesado, como no aguanta más (….), vuelve a recoger el pisapapeles y lametón. Y así, visita tras visita y día tras día. Y su perro con un mosqueo….. Basta ya del sistema clásico, que es mucho más tedioso, y le pueden pillar con las manos en la (…..) nariz.


Otra PD de la médico de la familia:

Hola Juanjo el folleto del tegretol ha sido modificado en 2006 y le han disfrazado muchos de los efectos adversos. Esto es lo que pone en el nuevo prospecto:

 

“Los pacientes deben ser informados sobre signos y síntomas tóxicos relacionados con un problema hematológico potencial, así como de síntomas de reacciones dermatológicas o hepáticas. Si las reacciones como fiebre, dolor de garganta, rash, úlceras bucales, equimosis, petequias o hemorragia purpúrica el paciente deberá ser aconsejado de consultar a su médico de inmediato”.

 

 Los términos petequias o hemorragia purpúrica esconden el temido término de Coagulación Intravascular Diseminada o CID que es lo que tu tuviste. Si alguien tiene curiosidad por saber de la gravedad de esta enfermedad puede consultar así a bote pronto estos enlaces:

 

http://es.wikipedia.org/wiki/Coagulaci%C3%B3n_intravascular_diseminada

http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000573.htm

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Un comentario

  1. Consuelo,

    Muchas gracias por tus aclaraciones médicas.

    Besotes

    Juanjo

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