Blogs y Ciencia: Cuatro años de Experiencia

A finales de septiembre de 2005, iniciamos nuestra andadura en el blog “Un Universo Invisible Bajo Nuestros Pies: Los Suelos y la Vida”. Han pasado pues cuatro años. 1.200 post han sido el producto de una iniciativa equivalente a la duración de un proyecto o una tesis doctoral. Un curso universitario de los “bolonios”. Es hora pues de extraer ciertas conclusiones y cambiar el rumbo. Pasaremos a una segunda fase, con un poco más de sosiego. 300 post por año son muchos, más que sus propios días laborables. Ha sido intenso y extenuante, que no duro. Muchas cosas han cambiado, y entre ellas mi percepción de mundo. La bitácora ha sido responsable de este hecho. Realmente como científico, mi uso de Internet no daba lugar a que conociera la verdadera naturaleza del ciberespacio, y menos aun del movimiento en acceso abierto y las redes sociales. Muchos de los colegas de mi edad, ni lo entienden, ni ya lo entenderán. Visto los perfiles de edad media de los bloggers, caigo en la categoría de un venerable anciano. A partir del mes que viene, disminuiremos drásticamente nuestra actividad, pasando a editar una media de 10 o 12 post mensuales, que es un número más que aceptable. ¿Cuál es la experiencia que puedo trasmitir a los lectores?

El impresentable administrador de esta bitácora

Experiencia como blogger: Ampliando Conocimientos

Hace cuatro años, consideraba que era una persona bien documentada sobre la realidad científica y social. Hoy puedo aseverar que me engañaba. ¡Falso!. Por aquél entonces leía una considerable cantidad de libros y artículos de investigación procedentes de diversas disciplinas, entre las cuales se encontraban incluso la filosofía y sociología de la ciencia, entre otras muchas. No suele ser habitual entre la comunidad científica actual. Por tal motivo, tenía una sobrevalorada apreciación de mis conocimientos.  Hoy en día engullo más de 60 noticias diarias de los más disparatados ámbitos del saber, economía y política incluidos. Multiplicar por 31 o por 360 y constataréis la fina línea que separa las ansias de saber de la indigestión. Es cierto que, con la edad, solemos padecer la tendencia a volvernos más conservadores. Dicen que es ley de vida. Sin embargo, la experiencia de blogger me ha generado el efecto inverso. Ahora soy más radical. Soy aun más crítico con la actividad científica. Detesto el mundo que nos ha tocado sufrir, repleto de injusticias, De algunas de estas últimas la propia comunidad científica es cómplice. Desconfío “más aun” de los políticos”. La globalización al uso (existen otras alternativas para conectar a los individuos en las sociedades humanas que la economía) se me antoja cruelmente detestable, repleta de personajes zafios y egoístas. A menudo se me revuelven las vísceras. Ya no leo periódicos, sino que busco las fuentes originales de información, aunque no suela explicitarlas.  Eso sí, me creo un poco más sabio. Del mismo modo he averiguado lo fácil que es ayudar al ciudadano cuando uno se despoja de su arrogancia intelectual. Entiendo que en muchos post puedo pareceros un ser pagado de si mismo. Empero ya no es así.  Esta bitácora ha variado conforme entendía mejor vuestras necesidades. Escribir para todos los públicos y cruzar las fronteras de mi especialidad investigadora no es una tarea fácil, pero tampoco titánica. Basta con “escucharos”, “asimilar vuestras demandas”  (especialmente por el número de lecturas que recibe cada post) y actuar en consecuencia.

Vertiendo conocimientos en el ciberespacio     

Muchas veces me han preguntado si tanto esfuerzo era gratificante. Por supuesto que sí. Treinta y cinco años leyendo, entre dos y tres horas al día sobre temas concretos, da para mucho. Necesitaba un receso. La bitácora ha servido con vistas a que lo aprendido y recordado puede ser útil para algunos de vosotros. No he guardado casi nada para mí. Ahora debo compaginar dos tipos diferentes de lectura, dos maneras diferentes de informarse, la que ya sabía y la que he aprendido escribiendo un blog.  Resultan ser totalmente diferentes. Ahora entiendo perfectamente el significado de brecha digital, en la más amplia acepción del vocablo.

Lectura transversal: de la profundidad a la amplitud

Los denominados “nativos digitales”, es decir, jóvenes que viven tanto el mundo real como virtual con la misma intensidad, entienden perfectamente la diferencia entre informarse en papel y hacerlo en pantalla. Los denominados “gurús de Internet” (la obsesión humana por crear castas, que a la postre nos molestan) disciernen entre “fishing readers y hunting readers”. Leer un buen libro es como sentarse a pescar, esperando que el autor nos ofrezca algo de interés. Informarse en la “Red” es como ir de caza, buscando presas que cambian de naturaleza conforme buscas y buscas y buscas, hasta que encuentras. No obstante, con harta frecuencia, lo que deseabas conocer, las causas que dan lugar a una determinada noticia”, no son las que esperaba. Vamos que vas a cazar una paloma y retornas al hogar con una o varias serpientes. El guión de un post sirve de acto iniciático, a la postre, la información de la Red te hace virar varias veces de rumbo por caminos a priori insospechados.  El producto no suele ser el que esperabas. Y por ello mismo uno va aprendiendo el valor de aspectos de la realidad al margen de tus expectativas iniciales.  Es obvio que compaginar ambos tipos de aprendizaje resulta ser extremadamente enriquecedor.

A la cabeza del Número de visitas en el sistema de bitácoras de mi+d.

Fuente: Comunidad Autónoma de Madrid (junio 2009).

Una brecha digital que resulta ser más seria que la edad

La lectura en la Red es transversal, rápida, a manudo el ciberespacio guía y tú le sigues con cierta obediencia-resistencia. Cuando un ciudadano tiene cierta cultura y juicio crítico, los fishing readers alcanzan con más lentitud sus objetivos que los y hunting readers”. El problema estriba en que, por su juventud, muchos nativos digitales no atesoran ambas cualidades. Para los jóvenes estudiantes, resulta muy cómodo buscar información en la Web. Más aun, muchos de ellos no podrían disponer de la información en papel, ya sea por falta de recursos, ya de tiempo (“como siempre, estudiar lo “justito” en eso no se han cambiando los hábitos). De ahí que los docentes deban entender su  imperiosa necesidad y obligación de romper su propia “brecha digital”. De no ser así se distancian de sus alumnos. Jamás podrán entenderlos. Somos los mayores los que debemos guiar a los jóvenes con vistas a que separen el grano de la paja.  De no ser así, muchos de ellos podrán confundir buena y mala información en el ciberespacio. Este es el principal riesgo de la Red en la enseñanza. Ahora bien, tampoco podemos soslayar que, en la mayor parte de los estudios realizados al respecto, se ha demostrado que los escolares que aprenden mediante el auxilio de las TIC aprenden más rápidamente que los que lo hacen tan solo mediante los medios convencionales.  Eso sí, debe inculcárseles que nada es equiparable a la lectura de un buen libro (con independencia de que sea en formato en papel o digital). Informarse y decantar la esencia de lo leído es fundamental en su formación. El famoso lema de aprender a saber que aun no entienden muchos profesionales que deben acogerse al nuevo sistema (“Acuerdo de Bolonia”) que uniformizará la enseñanza superior en Europa. Y en estos aspectos, desde el acceso a la información hasta las tutorías, los blogs y Wikis tienen mucho que aportar con vistas a que el docente pueda llevar a cabo sus labores.  Los que no sean conscientes de ello sufrirán, dilapidando más tiempo que los que reacciones a las potencialidades de las TIC. Ya tengo sobrada constancia de que, al menos en España, el profesorado se encuentra muy atrasado en estos asuntos. Y lo peor de este asunto deviene en que una buena parte no muestra interés por conocer las potencialidades de estas herramientas, ¡al contrario que los estudiantes!, ¡Muy al asunto. 

Un periodo repleto de satisfacciones y salpicado de incomprensiones      

Cuando comencé esta experiencia en un grupo de blogs que versaban sobre temas científicos más mediáticos que el estudio de los suelos, sabía que debía esforzarme más con vistas a no ser el último de la fila”. Lo que me sorprendió es que creara tan intuitiva como rápidamente un estilo propio que ha obtenido un gran existo. Hoy por hoy, de los casi 100 blogs que alberga el sistema mi+d,  somos los que recibimos más números de visitas con diferencia. Si uno se especializa demasiado, o busca afanadamente alcanzar una alta posición en el ranking Technorati (blogs mejor valorados), podrá conseguirlo pero, con harta frecuencia, a costa de la popularidad. Tal modo de proceder es válido para aquellos que quieran divagar, o exhibiese, entre sus colegas. No obstante, si el objetivo resulta ser la divulgación científica, su andadura podrá considerarse la “crónica de una muerte anunciada”. Si te ciñes a divulgar ciencia entre tus colagas, es decir a los más instruidos……

Hemos intentado llevar adelante una filosofía en que se hable de suelos, así como de otros temas más o menos afines, de tal modo que cada mes (como si de una revista mensual se tratase) editemos post para mayores y pequeños, para los interesados en los suelos y los que no lo son tanto. Eso sí, siempre pretendiendo inculcar a todos la importancia de los recursos edáficos. Así como la necesidad de investigarlos en profundidad. Entre los lectores asiduos, los tenemos de todas las guisas: geofísicos, ecólogos, biólogos marinos, “biólogos moleculares”, “matemáticos” incluso algún filósofo, entre otros. Y para mi es toda una satisfacción que aprendan “un poquito de suelos”. ¿Porqué lo se? Sencillamente debido a que vía “contacto”, me escriben, charlamos, envían noticias, piden asesoramiento, etc. Atesoro un buen puñado de amigos a los que ya comienzo a visitar cuando viajo por España y Latinoamérica.  El que te inviten a impartir charlas, escribir artículos o capítulos de libro, colaborar con “wikipedianos”, etc. es suficiente motivo, como para de el tiempo empleado por bueno.

A pesar de que no me creáis, podéis realizar una estima por vosotros mismos. Si miráis un ranking de blogs, comprobaréis que hay muchos por delante del nuestro cuando se hace uso en la mayor parte de ellos. Ahora bien, en aquellos que cumplan tal condición y tengan un contador visual del número de vistas que reciben, comprobaréis que en materia de ciencia nos encontramos entre los cinco primeros de “ciencia” habla hispana (no puedo asegurar la posición exacta, por cuento muchos no ofrecen tal información al usuario). Reiteremos que nuestra tarea es informar sobre suelo a “todos los públicos” y ofrecer algunas opiniones que consideramos que pueden resultar interesantes. Esta última alternativa, también nos permite exhibirnos, pero siempre supeditados al objetivo fundamental: la Divulgación. Los sistemas de ranking al uso priman la “autoridad”. En otras palabras no es lo mismo que te lean de una institución científica que se haga desde casa, lo mismo de un colegio respecto a una universidad. Pero si el objeto de estas bitácoras es divulgar, no tiene razón de ser que estuviéramos pendientes del ranking. Estilo y contenido deberían ser muy diferentes que los que actualmente ofrecemos. Por esta razón, en las épocas vacacionales subimos vertiginosamente, para descender una vez más en los momentos en que se recibe un mayor número de visitas. ¿Paradójico no?. Sin embargo, lo que más me ha entusiasmado, es el número de escolares que visitan nuestra bitácora. He disfrutado de vivencias increíbles con ellos. Y seguiremos haciéndolo, pero a un ritmo algo más pausado.

Renovando y ampliando tus fronteras del conocimiento

Sin embargo escribir en un blog es una tarea intelectual que les recomendaría a todos. Aprendes mucho acerca de la realidad en general, y en la que se circunscriben sus trabajos en particular. Os expondré, muy brevemente dos ejemplos. Hasta hace cuatro años daba por sentado que la erosión agrícola resultaba ser un problema más serio que la generada por avalanchas y deslizamientos. Obviamente padecía un sesgo geográfico (en España los últimos son, afortunadamente, relativamente raros y no muy dañinos). Sin embargo, tales eventos abruptos devienen en la principal causa de mortalidad entre la población mundial, tras terremotos, huracanes, tifones y eventos torrenciales en general. Fallece mucha más gente sepultada que ahogada bajo el agua. Del mismo modo, la contaminación de suelos y aguas (más la difusa que la puntual) resulta ser más perniciosa para los ciudadanos del planeta que la propia erosión.  Se trata de una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en el mundo, incluso tras los eventos catastróficos mencionados. Resulta, que cuando una región es azotada por los últimos, el destrozo de infraestructuras (incluidos recintos con alta cantidad de residuos tóxicos, redes de agua potable, etc.) tiene como consecuencia que una buena parte de la población afectada enferme o muera por contaminación y enfermedades infecciosas (que no deja de ser contaminación química en el contexto expuesto). Podría exponeros otra multitud de ejemplos, pero es suficiente.

He podido constatar que los científicos, cuyo deber consistiría en ayudar a mejorar las condiciones de vida de los habitantes del planeta, nos encontramos muy ajenos a las realidades que les afectan. Nuestras mentes, constreñidas por los tópicos de moda, prioridades políticas de los gobiernos, y los juicios subjetivos de la “Academia” (vocablo usado en la Red para dar cuenta de las comunidades de intereses a las que pertenecemos), nos alejan de las demandas sociales a las que desearíamos hacer frente con vistas a cumplir la misión que genéricamente se nos encomienda (con la salvedad de la ciencia básica). Como resultado, no abordamos los temas con la debida perspectiva. Dicho de otro modo, las demandas sociales de que nos habla la academia, “no son” las que afectan a la población en general. Se encuentras sesgadas por intereses muy concretos aunque ocultos (generalmente económicos).  El caso de los biocombustibles, que tanta hambre y desolación generan en el mundo, es un ejemplo palmario, entre otros muchos.      

Envidiosos e ignorantes

La experiencia más desagradable que hemos sufrido es la incomprensión de ciertos colegas de profesión (en España) que han hecho todo lo posible para que este blog desapareciera. Obviamente, hablamos de analfabetos digitales. Allá ellos con sus envidias y zafias formas de proceder, aunque resulta lamentable su alejamiento respecto a las realidades sociales y docentes de las que hemos hecho mención en párrafos anteriores.

Por cierto hace pocos días que alcanzamos los cinco millones de visitas, según nuestros contadores y aproximadamente seis según los gestores del sistema mi+d.  ¡No esta mal para una modesta bitácora de suelos! Debo ahora comenzar a elaborar los post y la presentación de nuestro blog para el Congreso Latinoamericano de la Ciencia del Suelo (Costa Rica), que también dispondrá de un Stand, en el que nos representará nuestro colaborador Salvador González Carcedo. Y todo por invitación. Mal que les pese a algunos  trasnochados edafólogos españoles, así son las cosas. Nosotros vivimos al día. Ellos en las catacumbas.     

Escribir en un blog puede llevarte a dos caminos disjuntos. O te terminas cansando o devienes en adicto, con riego de reventar.  El término medio resulta difícil de encontrar. Pues lo dicho, seguiremos al pie del cañón, pero a un ritmo mas pasado.

Juan José Ibáñez