Dicen que “una imagen vale más que mil palabras”. Y esta foto, realizada por Cecilio Oyonarte, sacada a traición (por la espalda y sin consentimiento), parece que muestra un matrimonio ante el altar. Eso sí ni Pavel Krasilnikov (de espaldas a la derecha), ni este impresentable administrador (de espaldas a la izquierda) somos gays, con todos nuestros respetos para este colectivo, en el que tengo varios amigos. Al parecer, presidía esta ceremonia fantasma Victor Targulian, nuestro actual premio Dokucháyev (algo así como el Premio Nóbel que otorga la IUSS cada cuatro años). ¡Qué honor! Como padrinos de ceremonia se presentan lateralmente Peter Shad (Universidad de Munich y uno de los autores principales de la WRB 1006,2007…), así como Jan M. van Mourik (Universidad de Ámsterdam, paisajista y paleoedafólogo). Como podéis observar en las camisetas, la del colega ruso ejemplifica la ecuación de los factores de estado de Jenny, mientras que la mía muestra una ley potencial o de escala. Recuerdo que antes de ser tomada la instantánea, Targulian (edafólogo clásico) me comentó ante Pavel que le gustaba más la de este último. Para él era más general. Krasilnikov (al margen de preferencias) le contestó que no era cierto, ya que mi fórmula era más que general: “universal”. ¡Cierto!. Y es aquí en donde reside el intríngulis críptico de la imagen. El reto futuro de la edafología pasa ineludiblemente por conjugar (el matrimonio de…) ambas perspectivas. Tal acto conyugal ayudará a reintroducir la edafología como ciencia básica en la corriente principal de la ciencia (algo que muchos compañeros no terminen de entender). Veamos a que me refiero.

Targulian, Krasilnikov e Ibáñez. Foto Cecilio Oyonarte.

Pretour de la International Conference “Soil Geography”

Huatulco Santa Cruz, Oaxaca, México, 16-20 de noviembre 2009

La verdad es que Pavel ya lo habría captado, debido a que en este aspecto estamos de acuerdo. El futuro de la edafología no puede abandonarse a los devenirse de una disciplina aplicada, resolviendo los problemas que plantean otras ciencias y entes sociales. No hay ciencia aplicada sin otra básica que la nutra. La ecuación de Jenny es un símbolo paradigmático de la edafología tradicional. El suelo (y su evolución), en un determinado lugar, es producto del clima, biosfera, fisiografía, litología, clima, etc.). Por el contrario, mi algoritmo de cuenta de leyes de, escala que son la firma de muchos sistemas complejos con propiedades fractales.

La ecuación de Jenny no puede ser resuelta por razones obvias, aunque no esclarecidas hasta la emergencia de las ciencias del caos y los sistemas complejos. Tanto Jonathan Phillips como yo hemos incidido varias veces en estos vericuetos. Con vistas a poder solventarse debe diseñarse un sistema de ecuaciones diferenciales que de lugar a soluciones analíticas explícitas. Con tal motivo se necesita que las variables independientes realmente lo sean de verdad. Pero no se puede. Varios de los factores formadores no son independientes entre sí. A fuerza de generalizar mucho digamos que, cuando un sistema es modelizado mediante una serie de variables, en las que tres o más interaccionan entre sí, no se pueden encontrar soluciones analíticas. Nos enfrentamos a un sistema no lineal, es decir complejo. Su futuro no se puede predecir con exactitud, pudiendo ser posibles muchos escenarios alternativos, aunque unos sean más viables que otros (las denominadas bifurcaciones asistidas del Premio Nóbel Ilya Prigogine).

Las leyes de escala o potenciales, y más concretamente los fractales, son huellas dactilares de la presencia de sistemas complejos. Por esta razón, ya las he detectado en reiteradas ocasiones, al analizar la estructura de los recursos edáficos. Phillips también. Empero muchos sistemas con tales características comparten entre si otras muchas regularidades: sensibilidad a pequeñas condiciones iniciales (y de contorno) que da lugar a evoluciones divergentes, incremento de la complejidad estructural con el tiempo, cambios abruptos en el estado (configuración) del sistema, etc. etc. Por esta razón, detecto muchas similitudes entre las estructuras de los ensamblajes de suelos y los biológicos, cubren órdenes espaciales de magnitud disparatados.

Durante el simposio que dirigía Targulian, que no en el nuestro (el mío y de Pavel), diserté sobre como alcanzar una teoría de la edafogeografía insular, haciendo para ello uso de una larga serie concatenada de ecuaciones potenciales que afectaban, tanto a los paisajes de suelos, como a los de sus propios factores formadores. Targulian quedó gratamente complacido (fue después de la foto aludida). Seguro que la próxima vez no analiza la camiseta con tanta severidad.

Y así llegamos al núcleo del mensaje que pretende atesorar este post. Los edafólogos clásicos son atacados por los matemáticos (comisión de pedometrics de la UISS) que pretenden sustituirles en la cima del poder de la IUSS. Empero estos últimos consideran que los primeros deben trabajar a su servicio, cuando los cánones científicos dictan lo contrario. Más aun, desde su monasterio numérico, pretenden alcanzar mayores cotas de precisión, con ayuda de las nuevas tecnologías, sin aportar sustancia alguna al corpus doctrinal de la edafología. Tan solo avalan su deconstrucción de la edafología, sin sustitutivos. Así no hay matrimonio que resista, más que un breve lapso de tiempo. Por el contrario, profesionales como Phillips. Pavel y yo (entre un grupo excesivamente reducido de edafólogos) intentamos ofrecer tal matriz teórica novedosa a nuestra ciencia, entendiendo que debe hacerse de forma gradual, sin arrogancia y con un mutuo entendimiento entre las partes. Por lo tanto, partimos de la experiencia y bagaje tradicional, aportando, paso a paso, nuevas herramientas matemáticas y físicas, tan sencillas como sean posibles. Todos deben entender el mensaje. El resto devendrá pos si mismo. Romper con la historia, no ofreciendo más que números, nos conduce irreversiblemente al limbo.

Al formalizar la estructura, dinámica y evolución de los suelos, mediante el auxilio las herramientas procedentes de las ciencias de la complejidad, la reconstruimos en un marco más general y entendible por otros expertos (ecólogos, geógrafos, geomorfólogos, geofísicos, etc., etc.,) sin restarle un ápice de su idiosincrasia, pero conectándola con los corpus doctrinales de ciencias afines que apelan al uso de los mismos aparatos conceptuales y metodológicos. Este modo de proceder ayuda a que especialistas de otros ámbitos del saber entiendan como se estructuran los suelos en el espacio y tiempo, a la par que verifiquen como se condicionan los patrones y procesos (estructura, dinámica y evolución) de otros recursos naturales, con los que interactúan los cuerpos edáficos (clima, biota, geomorfología, etc.).

Uno puede entender las moderadas reticencias de los edafólogos clásicos. Sin embargo, la actitud francamente hostil de una buena parte del colectivo de edafometras deviene en inexplicable si no fuera porque (i) no entienden de suelos ni les importan, tan solo les preocupan sus juguetitos matemáticos, (ii) buscan el poder del colectivo, no a colaborar con al progreso conceptual y teórico de la disciplina (iii) ignoran o soslayan el valor del método científico.

Al mencionado congreso de México, uno de los más brillantes capos de los edafometras, que intenta en vano hacerse con el poder de la División I de la IUSS (¿es que no has recapacitado que con tu soberbia y arrogancia tan solo acumulas animadversión?) dijo que acudiría como coordinador del simposio de “pedometrics”. Empero no fue el, ni prácticamente nadie de sus correligionarios (si es que lo hizo alguno), por lo que el evento estuvo a punto de cancelarse y solo pudo rescatarse al incluir en el conferencistas de otros ámbitos colaterales. Y tal despectivo modo de proceder se reitera desde hace demasiados años. Su desdén por los demás deviene en que este tipo de actitudes, que ineludiblemente irritan al resto de los colegas.

Targulian, Krasilnikov e Ibáñez. Foto Consuelo Ibáñez.

International Conference “Soil Geography”

Huatulco Santa Cruz, Oaxaca, México, 16-20 de noviembre 2009

Finalizaremos señalando que, debido al tribalismo y gremialismo de que hace gala el ser humano, somos muy pocos los que nos encontramos en esa tierra de nadie, intentando construir un puente entre ambos márgenes del turbulento cauce. Empero para que una línea de investigación como la que intentamos llevar a cabo llegue a buen puerto, se requieren una masa crítica mayor. Tan solo entre varias decenas y pocas centenas lograríamos generar la suficiente información novedosa como para consolidar el aludido progreso, pero tan solo un puñado……. Siempre es más probable que surjan dos o tres mentes geniales entre un grupo numeroso, que partiendo de un grupito de compañeros cuasi-aislados. ¿Porqué otros jóvenes no dan el paso? La (sin)razón es muy simple. Los edafometras dominan las editoriales en los aspectos relacionados con la edafología matemática, por lo que publicar desde las perspectivas antagónicas (a su manera de ver) que aquí defiendo, deviene en una tarea arto difícil, por no decir titánica. Y ya se sabe, si no publicas….. pereces. No es infrecuente que el comportamiento sociológico de un colectivo científico, atente contra los intereses objetivos de la disciplina en la que dicen trabajar

Juan José Ibáñez

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7 comentarios

  1. Juanjo

    Para Reichenbach (The rise of Scientific Philosophy)

    a sido “la completa matematización del conocimiento, <de donde> surge el deseo de encontrar una absoluta certeza para las leyes de la naturaleza.

    Gramsci considera que “reducir una concepción del mundo a un formulario mecánico que da la impresión de tener toda la historia en el bolsillo”.

    De esa corriente del pensamiento, con las variedades “mejoradas” y los agroquímicos nació la productivista Revolución Verde. Conviene enfatizar que los últimos y la programación lineal que fundamenta el productivismo son materiales bélicos. Dicha revolución es considerada por el Consejo Alemán para el Cambio Global, como un Síndrome de deterioro de los Suelos. Dicha “revolución” provoca la dependencia absoluta del agricultor de los insumos industriales y mayor consumo de petróleo.

    Esta dependencia, también lo entrega más inerme a las desnaturalizadas especulaciones de las bolsa de valores y prácticas dumping. La Revolución Verde también favorece la erosión genética o sea la pérdida de variedades locales de maíz, oficial y erróneamente llamados “criollos” y de remate deja la contaminación ambiental. En el ámbito personal, detrás

    de esta Revolución esta el racionalismo, cuya razón psicológica, es la búsqueda de la certeza. Así Freud, considera al racionalismo como un mecanismo de resistencia, ante la posible confrontación con la verdad. Inclusive autores como Fred. P. Miller, Past President SSSA, en Agronomy News october 1981, se preguntaba : Soil Science: should we change our paradigm?

  2. Gracias efectivamente es un portal con bastante información que puede interesar a muchos usuariuos universitarios o profesores.

    Enhora buena por la inciativa.

    saludos

    Juanjo Ibáñez

  3. Hola,

    Un artículo muy interesante para conocer el panorama que ofrece el colectivo mundial de investigadores para abrirse paso en esta unión matemático-edafológica. Me gustaría preguntar su punto de vista sobre las líneas de investigación que considera deberían de explorarse en este sentido.

    También me gustaría preguntarle si considera que, en esta construcción de ciencia básica-ciencia aplicada, los producctod de uno puedan perder un beneficio tangible a la sociedad en aras de buscar generalidades.

    Saludos desde México.

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