Siempre que les es posible, los lobbies empresariales utilizan cualquier excusa ambiental con vistas a esconder sus intereses bajo las “etiquetas de verde o sostenible”. En los últimos años no hay mejor propaganda que la del calentamiento climático. La noticia de hoy, en mi modesta opinión, resulta más indignante que preocupante. El Comité Nacional Español de Grandes Presas reclama que son necesarias 50 nuevas grandes construcciones al objeto de hacer frente a las previsibles consecuencias del calentamiento de la atmósfera. Ya os comentamos como las presas y embalses son una bendición para la para la sociedad, aunque un desastre ecológico que lesiona gravemente la biosfera y geosfera. Un mal necesario, ciertamente. Ahora bien, todo tiene un límite.

 Perida de suelo y gran impacto ambiental de la construcción de presas. Fuente: Ojo Digital

Cuando la sequía hace que los embalses descubran sus secretos. El pueblo de Mansilla, desapareció bajo las aguas del pantano que toma su nombre: Fuente: Ojo Digital

 

Hablamos de grandes obras hidráulicas,  es decir de más que suculentos y apetecibles negocios que benefician a las empresas constructoras. Resulta que, a estas últimas, se les ha acabado el negocio de la especulación inmobiliaria, que ha subsumido a España en una profunda crisis económica y social (empleo), con la anuencia de muchos políticos corruptos. En consecuencia, se busca “pasta” por otros lados. No se pueden parar sin más estas fábricas de hacer dinero, y mejor si este procede de los contribuyentes, es decir de los ciudadanos vía el Estado.

 Pies bien, el Comité Nacional Español de Grandes Presas (vean sus objetivos al pinchar la página enlazada en su pestaña “quienes somos”) defiende que son necesarias, generan energía renovable, nos libran de desastres naturales (sequías e inundaciones que aumentarán con el cambio climático) y abastecen de agua durante los periodos deficitarios. Debe suministrarse el líquido elemento a la hora de paliar las necesidades de 45 millones de habitantes y 55 de turistas, más lo que requiere agricultura, industria, etc. Nada que objetar.

 La cuestión estriba en que, si tenemos encuentra estos factores y la extensión del territorio, resulta que España es el país del mundo que atesora una mejor red de infraestructuras hidráulicas de tal naturaleza. No podemos envidiar a nadie. Más aun, como veréis en las dos noticias que exponemos hoy (aunque recomendamos espacialmente la segunda, escrita por Alex Fernández Muerza), ya no disponemos prácticamente sitios en donde asentar nuevas presas. Bajo las dos dictaduras que padecimos durante el siglo XX, se anegaron hermosos valles con suelos muy fértiles al objeto de evitar la sempiterna recurrencia de sequías e inundaciones propias de nuestro clima mediterráneo (aunque también de otros). Pero la codicia humana, y más aun la del capital es insaciable. Hemos destrozado la dinámica ecológica de la mayor parte de nuestras principales arterias fluviales, así como de los bosques y zonas húmedas que los circundan, arruinado hermosos paisajes de montañas y sus culturas rurales, desequilibrado el balance natural entre erosión/sedimentación de los principales deltas, marismas y albuferas y así un largo etc. Pero las constructoras e hidroeléctricas quieren más, y más y más.

 Cabe recordar a estos protectores ambientales de tan falso como nuevo cuño que la energía será renovable, empero lo que devastan deviene en  irreversible; culturas y paisajes de un valor incalculable. Más aun, el empleo que generan procede de mano de obra barata y precaria, esa con la que ya sacudieron nuestro crecimiento económico con la burbuja inmobiliaria. Sin embargo lo que demanda el propio estado son expertos cualificados adaptados a ambientes de alta competitividad. Empero tales empresas, cortas de miras y sin el menor interés en generar progreso, renuncian a invertir dinero en actividades que, como el I + D + i, no les garantice retornos abundantes, inmediatos y libres de riesgos. El vocablo capital riesgo les genera pavor. ¡Así nos va!    

 También hoy se disponen de nuevas tecnologías que, como las plantas desaladoras o desalinizadoras, podrían abastecer de agua las zonas litorales que, son justamente las que albergan la mayor parte de las decenas de millones de turistas anuales que recibimos. No estaría de más investigar tecnologías que permitieran recargar nuestros agotados acuíferos e incluso almacenar el agua excedente en Karst subterráneos, como ya ha sido propuesto.

 Podemos estar de acuerdo que la capacidad de almacenar agua de las presas o embalses disminuye conforme los suelos de las áreas que drenan son erosionados hacia estas cubetas, alterando su batimetría. Sin embargo, los inventarios de estas últimas informan, de que al contrario de lo que cabría sospechar a consecuencia de la gran erosión de suelos idiosincrásica de los climas mediterráneos, la capacidad de almacenar agua de nuestros embalses no desmerece a la de otros países de Europa que disfrutan de condiciones más favorables. Obviamente, todo es mejorable y habrá que dragar algunas, y “quizás” reemplazar otras muy obsoletas. Ahora bien, el discurso de este lobby no se sostiiene, se mire por donde se mire.

 El impacto ambiental de construir una presa o embalse es impresionante, mientras que tampoco hay espacio, so pena de demoler con vistas a construir, algo que se les da muy bien a nuestras grandes constructoras. Son embargo, si reconocen que tales infraestructuras se encuentran seguras y son muy escasas las defectuosas, a que entonces tanta preocupación ambientalista. No nos engañemos, no se trata de velar por nuestros intereses, sino de los suyos, ya que ahora en materia de vivienda y redes viarias lo tienen más que difícil. Podría seguir pero no merece la pena.

 Del mismo modo, existen otras manaras de mejorar a gestionar los recursos hídricos disponibles, como la concienciación ciudadana y empresarial (que nunca se menciona), paliar las enormes pérdidas por el deterioro de los canales de riego, abundar en el reciclaje de las aguas residuales urbanas e industriales, etc. etc. 

 Sois demasiado inteligentes como para tener que seguir abundando en el tema. Leer el informe de Alex y extraer vuestras propias conclusiones.          

 Juan José Ibáñez

 

España necesitará 50 presas más para afrontar el cambio climático

 

La Razón digit@l 16/06/2010

 El cambio climático y la irregularidad de las precipitaciones que puede provocar, con prolongados ciclos de sequía seguidos de inundaciones, hace necesario construir 50 presas más para gestionar el agua de forma correcta.

 Así lo explicó en un acto en Valladolid el presidente del Comité Nacional Español de Grandes Presas (CNEGP), José Polimón, quien manifestó que es necesario actuar en los sitios en los que más se precisan estas infraestructuras para anticiparse a los problemas que puedan surgir derivados del calentamiento global.

Polimón valoró la actuación que se ha llevado a cabo desde las cuencas hidrográficas durante los últimos meses, tras la gran cantidad de lluvia que han recibido los embalses.

Por su parte, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), Antonio Gato, reconoció que el parque de presas de la cuenca es «relativamente viejo» y, aunque ha precisado que estas construcciones son «muy seguras», incidió en que es necesario revisarlas, adaptarlas a la normativa y modernizarlas.

Gato concretó que, en el último año y medio, el Gobierno ha invertido 24 millones de euros en seguridad de las casi 200 presas de la cuenca y se mostró confiado en que en los próximos dos años se destinen otros treinta millones más.

A LA CABEZA DE EUROPA
En España existen más de 1.300 presas, con un volumen de agua de 56.400 hectómetros cúbicos que abastece a 45 millones de habitantes y 55 millones de turistas aproximadamente. Estas cifras sitúan a España como el primer país de Europa por número de presas y el quinto del mundo después de China, Estados Unidos, Japón e India.

¿Hacen falta más presas?

 Autor: Por ALEX FERNÁNDEZ MUERZA

Fecha de publicación: 23 de junio de 2010

 España necesita 50 presas más, según sus defensores, mientras que sus detractores (…)

 España tiene unas 1.300 presas y construye otras 36 (es el primer país del mundo por habitante y km2), pero el Comité Nacional Español de Grandes Presas (CNEGP) afirma que hacen falta 50 más. La lucha contra el cambio climático o el abastecimiento de agua y de energía son algunas de las razones utilizadas para defender estas infraestructuras. Sin embargo, diversos expertos y organizaciones ecologistas recuerdan el impacto ambiental de las presas y argumentan que se deberían derribar algunas, como ya se ha hecho en países como Estados Unidos.

 Por qué hacen falta más presas

España es el primer país del mundo en número de presas por habitante y por km2 y el quinto en cifras absolutas después de China, EE.UU., Japón e India. Tiene unas 1.300 presas repartidas por todo su territorio, con un volumen de agua de 56.400 hectómetros cúbicos para abastecer a los 45 millones de habitantes y 55 millones de turistas. De este total, 990 entran en la categoría de la Comisión Internacional de Grandes Presas: superan 15 metros de altura o almacenan más de 100.000 metros cúbicos de agua.

 Se construyen 36 nuevas presas y dos de las actuales se recrecen para aumentar su capacidad.

 A pesar de estas cifras, el CNEGP considera que España necesitará 50 presas más para hacer frente a los posibles problemas que pueda ocasionar el cambio climático. Se estima que este fenómeno aumentará el riesgo de precipitaciones más intensas combinadas con periodos más largos sin lluvia. Esta tendencia provocará sequías e inundaciones más extremas y frecuentes. La sedimentación en los ríos, a su vez, ha causado una importante merma en la capacidad real de los embalses, en algunos casos, de hasta el 50%.

 Los defensores de las presas aseguran que las últimas lluvias torrenciales registradas en España han demostrado la importancia de estas infraestructuras para paliar ese problema. Gracias a su efecto en la regulación de las crecidas de los ríos, explican, se han evitado importantes daños materiales y se ha reducido el riesgo para los ciudadanos.

 La capacidad de almacenar agua, un recurso cada vez más valioso, tanto para consumo humano como para la agricultura, es otra de las principales razones esgrimidas. Se construyen 36 nuevas presas y dos de las actuales se recrecen para aumentar su capacidad. Se estima que tras estas obras la capacidad total de España se elevará hasta 62.770 hectómetros cúbicos, un 11% más que el volumen actual.

 Las grandes presas cuentan además con otra serie de beneficios para la sociedad, según sus defensores. Con ellas se reduce la dependencia de los combustibles fósiles de España, ya que es una fuente de energía renovable que evita al mismo tiempo la emisión de millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2). La tecnología de las centrales hidroeléctricas reversibles permite también aprovechar la energía generada en sistemas eólicos o solares, que no se puede almacenar. El excedente energético es aprovechable para bombear el agua y crear energía hidráulica.

 Junto con el aumento del número de presas, sus responsables señalan que es necesario cuidar las actuales. Se recuerda la antigüedad de estas infraestructuras y, si bien se matiza que su seguridad está garantizada, es preciso someterlas a controles exhaustivos.

 Argumentos en contra de las presas

WWF reclama el derribo de casi un centenar y señala 20 grandes presas para una primera fase…..

 Los detractores de estas construcciones recuerdan su impacto ambiental y sostienen que en España se deberían demoler algunas. La organización conservacionista WWF, a través de su campaña «Liberando Ríos«, reclama el derribo de casi un centenar y señala 20 grandes presas para una primera fase: unas cuentan con licencia caducada, como las de Molló (Cataluña), Bujioso (Castilla-La Mancha) y Barbellido (Castilla y León), otras están en estado ruinoso, como la de A Baxe (Galicia), y las hay que afectan a espacios protegidos, como la de Las Librerías (Castilla-La Mancha).

 El informe analiza el estado de las grandes presas en España y más de 7.000 pequeños obstáculos en el transcurso de los ríos, como diques o azudes. Los expertos de WWF identifican las instalaciones que deberían demolerse por estar obsoletas, en ruinas o causar un grave impacto ambiental. De tener que hacer alguna, subrayan, se debería construir fuera de los cauces de los ríos y cerca de los consumidores para su abastecimiento. En cuanto a la posible ampliación del número de presas, sus propios defensores reconocen que los sitios más idóneos están ocupados y habría dificultades para buscar nuevos emplazamientos.

 
Ecologistas en Acción subraya que estas grandes infraestructuras han afectado al 20% de los espacios protegidos españoles y han causado la pérdida de importantes ecosistemas, pueblos, vegas de cultivo, paisajes singulares y construcciones de alto valor cultural. Al convertir los ríos en meros canales de agua, explican, se han alterado los procesos naturales de autodepuración de las aguas, erosión, transporte y sedimentación, y han provocado la infertilidad de deltas y valles. Desde la asociación Ríos con Vida se afirma que en España no queda ninguno de los grandes ríos como ecosistemas que fueron. Según WWF, la eliminación de presas no sólo posibilita la restauración de hábitats dañados, sino también la generación de empleo sostenible. En la mayoría de los casos, aseguran, es más barato derribar una presa que mantenerla o repararla.

 Los críticos recuerdan que en la actualidad se utilizan otras alternativas como sistemas de gestión del agua. En EE.UU. hace tres décadas que ya no se proyectan grandes presas y se han demolido más de 700. Según los expertos de WWF, el objetivo principal es recuperar el equilibrio natural de los ríos y los acuíferos y los servicios ambientales que proporcionan. Recuerdan que la Directiva Marco del Agua, aprobada por la Unión Europea, obliga a eliminar los perjuicios ambientales que se ocasionan en este medio, como el caso del salmón, que no puede alcanzar sus lugares de desove.

 Los expertos también destacan que para controlar las crecidas puntuales de los ríos, los embalses no pueden estar llenos. Durante este año se ha tenido que soltar agua de los embalses, de manera que se han provocado algunas inundaciones controladas en los campos de sus alrededores.

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6 comentarios

  1. Juanjo según algunos colegas opinan que en lugar de grandes presas lo que conviene son varias pequeñas. Desde luego no son las mismas ganancias para las constructoras y los funcionarios que las autorizan.

  2. ES DIFÍCIL ENTENDER ESAS POSTURAS DE «han causado la pérdida de importantes ecosistemas, pueblos, vegas de cultivo, paisajes singulares y construcciones de alto valor cultural. Al convertir los ríos en meros canales de agua, explican, se han alterado los procesos naturales de autodepuración de las aguas, erosión, transporte y sedimentación, y han provocado la infertilidad de deltas y valles. SIN EXPLICAR DOS COSAS A LA VEZ: PRIMERA EN QUE CONSISTE SIN GENERALIZAR LA PÉRDIDA Y 2ª LA ALTÍSIMA CONTRIBUCIÓN DE LOS EMBALSES ESPAÑOLES AL BIENESTAR Y RIQUEZA DEL PUEBLO.

  3. NATURALMENTE HACEN FALTA MAS EMBALSES EN ESTE PAÍS PARA AUMENTAR EL BIENESTAR Y LA RIQUEZA DEL PUEBLO Y ESO DE LOS LOBBIES SON CONSIDERACIONES DEMODÉS

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