El uso de la imaginería satelital en el estudio y cartografía de la salinidad de los suelos no es un tema nuevo, precisamente. Otra cuestión bien distinta es que se intenten mejorar y abaratar los instrumentos e imágenes con vistas a llevar acabo estudios más económicos y precisos. Identificar suelos altamente salinos, si no están protegidos por la cubierta vegetal no resulta ser un problema. Otra cuestión bien distinta es el análisis de la salinización que se generan en muchos regadíos, por cuanto los niveles de sales son bajos cuando comienzan a afectar el rendimiento de los cultivos. La salinización por riego, incluso, a veces, tras pasar por plantas desaladoras sigue siendo un serio problema en muchas regiones, espacialmente en las áridas y semiáridas.

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Fuente: Jingwei Wu y colaboradores, Revista Sensors 2008, 8, 7035-7049; DOI: 10.3390/s8117035

Me comentaron hace unos años, cuando realizaba una excursión por la hermosa Isla de Lanzarote (Canarias, España), como los suelos bajo los viñedos se salinizaban al añadir el riego a los sistemas tradicionales sustentables de secano, de los que ya hablaremos algún día. ¿Razón? El agua de lluvia atesora escasísimas sales, mientras que sus límites legalmente permisibles de concentración en las aguas que han pasado por las desaladoras resultan ser mucho mayores. Obviamente, la salinización del suelo depende de muchos factores (edáficos, climáticos, etc.) que varían localmente, mientras que las reglamentaciones no tienen en cuenta tal variabilidad. Se trata de un tema que debe generar preocupación, por cuanto nos informa que tales estimaciones legales pueden ser muy engañosas. Peores son los casos en los que se hace uso de agua subterránea aun más salobre.

La noticia que os ofrecemos hoy del noticiero ARS nos habla de los intentos de los norteamericanos para cartografiar la salinidad del suelo mediante satélites a escala regional. En EE.UU. existe un  programa denominado CRP que permite dejar fuera de uso los campos de cultivo menos productivos que cumplen determinadas condiciones, con ciertas subvenciones estatales.  Estos pasan a ser conservados como una reserva, posiblemente a la espera de que nuevas tecnologías u oportunidades del mercado ofrezcan escenarios más rentables en aras de su explotación.

Sin embargo, como podemos observar en la nota de prensa de hoy, el tema es menos trivial de lo que parece. El estudio habla de “cartografía de la salinización”, sin embargo las imágenes utilizadas lo son de índices de vegetación del tipo NDVI y EVI (sobradamente conocidos). Estos informan de la clorofila, es decir de la actividad vegetativa, que no de las sales que contiene un suelo. Por lo tanto, no se trata de una genuina cartografía de la salinidad, ni mucho menos, sino de la cobertura vegetal. Lamentablemente, hablar con propiedad comienza a ser un lujo en el mundillo científico. El procedimiento empleado por los autores resulta ser bastante pedestre. Más aun, cabe cuestionar que los resultados sean extrapolables a otros ambientes.  Me explico.

Los autores recogieron muestras de suelo con vistas a estimar su salinidad. Posteriormente, las imágenes satelitales mencionadas debían informar de la producción primaria de las cosechas. Ya que la salinización de las parcelas se traduce en un descenso del rendimiento, lógicamente debe existir una correlación entre ambas variables (salinidad y productividad). De este modo “Los investigadores descubrieron que del 34 por ciento al 53 por ciento de la variabilidad en la salinidad del suelo se pueden correlacionar con el EVI”. Resumiendo, tampoco los resultados son como para tirar cohetes. Como podéis observar, se trata de un  estudio cuya única novedad “podría” ser que los procedimientos resultaran ser más baratos y accesibles que otros previos. Lo desconozco. Empero, ni el estudio atesora originalidad alguna ni los resultados serían todo lo apetecibles que cabría esperar. Ciencia aplicada de mediana calidad que pretende hacerse pasar por otra de gran calidad. Los índices NDVI y EVI deben entenderse en este contexto como meros subrogados de la salinidad para esta situación concreta, por lo que cada ambiente a estudiar requiere recalibrar todo el procedimiento, si se desea obtener una correlación encontrada tales índices y la salinidad del suelo, cuya cartografía en este estudio brilla por su ausencia. Otro fiasco. Si intento yo publicar algo así, seguro que me rechazan el trabajo en cuestión de horas. De la traducción al español, mejor no hablar.

Juan José Ibáñez        

Utilizando el sensoramiento remoto para mapear la salinidad del suelo a escala regional 
 
Servicio Noticiero: del Servicio de Investigación Agrícola (ARS siglas en inglés)
Departamento de Agricultura (USDA siglas en inglés); Ann Perry, (301) 504-1628, en www.ars.usda.gov/is/espanol/pr

www.ars.usda.gov/is/espanol/pr

 
Un científico del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) ha dirigido intentos de desarrollar una nueva manera de utilizar el sensoramiento remoto para evaluar la salinidad del suelo. Esto podría proveer una herramienta a escala regional para medir e inventariar la salinidad del suelo en campos donde la acumulación de la sal disminuye los rendimientos de cultivos.

 
Científico del suelo Dennis Corwin con el ARS fue líder del grupo que usó las imágenes producidas con el Espectroradiómetro de Imágenes de Resolución Moderada (MODIS por sus siglas en inglés) para evaluar y mapear la salinidad del suelo en 741.300 acres del valle del río Rojo en Dakota del Norte y Minnesota. Los niveles elevados de salinidad del suelo en esta área han sido relacionados con un nivel hidrostrático elevado causado por las prácticas de manejo y los cambios en las precipitaciones durante los últimos 20 años.

 
Los investigadores compararon dos índices de vegetación: el índice diferencial de vegetación normalizado (NDVI por sus siglas en inglés) y el índice de vegetación mejorado (EVI por sus siglas en inglés). Ambos índices se desarrollaron durante siete años de datos de la cubierta vegetal obtenidos con las imágenes de MODIS. El grupo también colectó muestras de suelo de 60 campos en tres condados en el valle del río Rojo para determinar la correlación entre los niveles de salinidad del suelo de los campos y los índices EVI y NDVI.

 
Los investigadores descubrieron que del 21 por ciento al 37 por ciento de la variabilidad en la salinidad del suelo se pueden correlacionar con EVI. Luego agregaron otro factor a las calculaciones: si el terreno reúne las condiciones necesarias para inclusión en el Programa de Reserva de Conservación (CRP por sus siglas en inglés), el cual es un programa federal que reserva el terreno menos productivo para los propósitos de conservación. Los investigadores descubrieron que del 34 por ciento al 53 por ciento de la variabilidad en la salinidad del suelo se pueden correlacionar con el EVI y la elegibilidad para inclusión en CRP.

 
Corwin colaboró en este proyecto con David Lobell, quien es científico con la Universidad de Stanford, y estadístico Scott Lesch, anteriormente con la Universidad de California en Riverside. Corwin trabaja en el Laboratorio Estadounidense de Salinidad mantenido por el ARS en Riverside, California. Otros colaboradores incluyeron Michael Ulmer, Keith Anderson, Dave Potts, James Doolittle, Manuel Matos y Matthew Baltes, quienes son científicos del suelo con el Servicio de Conservación de Recursos Naturales (NRCS por sus siglas en inglés) del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés).

 
Los resultados de este estudio fueron publicados en la revista ‘Journal of Environmental Quality’ (Revista de Calidad Ambiental), y les proveen al NRCS una herramienta fácil y fiable para mapear la salinidad del suelo a través de regiones que pueden incluir millones de acres. (…)

Servicio Noticiero del ARS a Noticias@ars.usda.gov.
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4 comentarios

  1. Juan José: Muchas gracias por tus frecuentes y excelentes comunicaciones sobre suelos. Esta especialmente en la que estamos trabajando en Colombia desde hace algún tiempo.

  2. Querido Juanjo,
    Muy interesante como siempre lo que nos cuentas ¿pero sabes que además de ClNa, los suelos antropizados como los de los vertederos contienen cantidades elevadas de nitratos, cloruros, sulfatos… que aprovechan las plantas denominadas «oportunistas», que lo que hacen es acumular esos elementos, lo que progresivamente nos lleva a que estos herbazales retornen a pastos.
    Un fuerte abrazo,
    Jesús
    PD Me pareció muy interesante una noticia que oí, que me alegró mucho por merecida, pero comprendo muy mucho, que el pero escaldado……

  3. Muchas gracias Américo,

    Me parece un estudio muy interesante. Estudiaré si hago un post sobre el tema o no. El problema es que se trata de una tecnología para áreas y suelos concretos. Esto no le resta mérito alguno, por supuesto. Sin embargo, siempre me preocupa que parte de la audiencia de otros lares no lo entienda así, y pretenda aplicarla en situaciones que pudieran no ser adecuadas (ya ha ocurrido alguna vez). Analizaré el tema.

    En cualquier caso, muchas gracias por este documento audiovisual, francamente interesante.

    Un saludo

    Juanjo Ibáñez

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