Hasta no hace mucho tiempo se hablaba de los “sacerdotes de le ciencia”. Actualmente, contagiados porlas modas en el ciberespacio y el mundo de las TIC, comienza a desplacerse tal eclesiástico vocablo por el más místico de gurús. ¡Vino viejo en nuevas botellas”. La mitomanía, lamentablemente, impregna a la ciencia, como a cualquier otra actividad humana, y más aun si es mundana. Sin embargo, cuando se analiza  la comunidad científica de edafólogos, observará que no existen tales gurús, como en otras disciplinas. Más aun, podríamos decir que brillan por su ausencia. Generalmente, los nombres más respetados resultan ser los que guían la IUSS y otras instituciones internacionales. Es decir, tan solo se respetan y conocen a los héroes de la nuestra disciplina en el pasado, así como a los que actualmente ostentan puestos burocráticos. Si la mitomanía se me antoja nefasta, la falta de celebridades y líderes no deja de ser un síndrome desasosegante. Se trata de una muestra de que la ciencia del suelo sigue afectada de una ¿aguda crisis de talentos?: ¡pudiera ser!, ¡es probable!.

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¿Dónde estan los Gurús de la Edafología?. Fuente: Gurus and Spiritual Masters

Francamente, casi todas las disciplinas científicas atesoran personas brillantes y o líderes que transcienden sus ámbitos científicos, siendo reconocidos por los medios de comunicación de masas y muchos ciudadanos seguidores de la indagación científica. Sin embargo, con la excepción de los burócratas aludidos, muchos de los cuales no han aportado “nada de nada” al progreso de la edafología, ni tan siquiera atesoramos de mentes brillantes que sean reconocidos y populares entre los expertos de la ciencia del suelo en general. Como mucho, algunos son respetados en las “subdisciplinas” de su competencia, como química de suelos, física de suelos, etc. De hecho, llevo preguntando mucho tiempo a los edafólogos que conozco, si saben quien es alguno de los escasos laureados en los últimos congresos mundiales, en donde se reparten los galardones más destacados. Por término general ¡ni idea!. Si yo tengo noticia de las actividades de muchos de ellos, resulta ser por (i) mantengo relaciones con muchos colegas de otros países y (ii) me intereso por sus méritos cuando leo los nombres de los premiados. Y así llevemos decenios. Al hablar de los héroes de la edafología es obligado retrotraerse decenios atrás. Más aun si se leen sus obras, no resulta infrecuente que sus aportaciones a nuestra ciencia fueran de escasa gran relevancia. ¿En que espejo pueden mirarse nuestros jóvenes investigadores?

¡Pues si!, francamente comienzo a pensar que se trata de un síntoma nada halagüeño. Obviamente si esto ocurre en el seno de una comunidad científica, imaginaros el impacto de nuestros “figurones” en otros ámbitos de la ciencia. ¡Unos desconocidos de solemnidad!. Algunos colegas alegarán que tal hecho resulta una consecuencia de la falta de interés de los colegas de otras disciplinas por las indagaciones de la ciencia del suelo. Sin embargo tal excusa se derrumba por su propio peso cuando tenemos en cuenta que la inmensa mayoría de nosotros no conocemos a los galardonados en la nuestra.

Obviamente, faltan talentos. Tampoco resulta (lógicamente) lícito alegar que tal hecho es consecuencia de la falta de vocaciones condicionada por el desinterés institucional y mediático que afecta a la ciencia del suelo. Siempre aparece, de alguna u otra forma, alguna mente brillante desbocada. Resulta ser un hecho espontáneo que ocurre de vez en cuando en cualquier ámbito de la cultura. La pregunta del millón consistiría en preguntarse y responer: ¿Qué ocurre? ¿Cuál es la razón de tal carencia de líderes?, mediáticos o no.

Sin intentar en modo alguno pontificar, tengo la impresión que la dolencia no resulta ser exógena, sino endógena.  Demasiada gerontocracia, un exceso de primar el mercadeo y la investigación aplicada sobre la básica. Al parecer, no nos preocupamos por “capturar talentos” (ni de fomentarlos) para nuestras instituciones y departamentos. Más bien todo lo contrario, si algún joven intrépido surge entre la mediocridad, es cazado y apresado, a la mayor brevedad, por salirse insolente de la manada. Debe devolverse al redil.  

Los talentos brillantes suelen ser singulares, y a veces insolentes, mientras que su ciencia novedosa necesariamente deviene en transgresiva. Tal “trasgresión” implica, ineludiblemente, poner en evidencia las debilidades de la ciencia defendida por el establishment. Por lo tanto, se trata de investigaciones que pueden ser contempladas como provocadoras por parte de los “popes”. Cuando una sociedad resulta ser ultraconservadora, reactiva y coercitiva, mal asunto. Evidencias palmarias se detectan en las publicaciones científicas de las revistas de de gran prestigio. ¿Cuántas noticias leéis vosotros que induzcan gran sorpresa, creatividad y sobresalto? Yo prefiero no pronunciarme a este respecto. ¿Cuántas publicaciones serán rechazadas por heterodoxas? Seguro que algunas habrá. ¡Seguro!.  Pero como no salen a la luz (…).

Hace casi justamente un año, que en el Congreso de la Sociedad Peruana de la Ciencia del Suelo (Arequipa), presenté una ponencia sobre “la globalización de la edafosfera”. Intenté exponer los progresos recientes más llamativos que había ido leyendo en materia de suelos. Al final de mi discurso hice una reflexión de la siguiente guisa: y en casi todos estos estudios que nos muestran la importancia de los suelos a nivel de la biosfera, etc. no existe ¡ni un solo firmante que sea edafólogo”.

Somos los investigadores y docentes senior los que debíamos estimular la creatividad y buscar talentos. Son  los editores y revisores de las revistas de impacto los que deberían airear los resultados transgresivos de jóvenes investigadores a un a riesgo de equivocarse (hecho frecuente en Science y Nature, por ejemplo). Tampoco somos capaces de escribir libros divulgativos amenos, sugerentes y atrevidos sobre edafología que llamen la atención de otros expertos.  Más aun, para convencer a los demás hay que creer en nosotros mismos. Y si no es así, que no lo es, estamos cavando nuestra propia tumba.  

El hecho que una bitácora como “Un Universo Invisible” genera tanto ruido y, a menudo, exasperación entre muchos colegas, en lugar de sisas y/o burlas (seguir sea el caso) se me antoja un síntoma palmario de que el cáncer se encuentra en nuestro tejido mental y social.  Difícilmente por este camino podremos curarnos de las enfermedades que nos aquejan: conservadurismo, apatía, dejadez, conformismo y (….). Y Repito una vez más la pregunta: ¿Quienes de nosotros tenemos el talento y audacia para dar ejemplo a los jóvenes investigadores? ¿Cuáles serán pues sus aspiraciones?: ¿Ser Presidente de una Sociedad Nacional? ¿Ser Secretario General de la IUSS? Así no vamos a ningún lado

Juan José Ibáñez                 

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9 comentarios

  1. […] Hasta no hace mucho tiempo se hablaba de los “sacerdotes de le ciencia”. Actualmente, contagiados porlas modas en el ciberespacio y el mundo de las TIC, comienza a desplacerse tal eclesiástico vocablo por el más místico de gurús. ¡Vino viejo en nuevas botellas”. La mitomanía, lamentablemente, impregna a la ciencia, como a cualquier otra actividad humana, y más aun si es mundana. Sin embargo, cuando se analiza  la comunidad científica de edafólogos, observará que no existen tales gurús, como en otras disciplinas. Más aun, podríamos decir que brillan por su ausencia. Generalmente, los nombres más respetados resultan ser los que guían la IUSS y otras instituciones internacionales. Es decir, tan solo se respetan y conocen a los héroes de la nuestra disciplina en el pasado, así como a los que actualmente ostentan puestos burocráticos. Si la mitomanía se me antoja nefasta, la falta de celebridades y líderes no deja … [Seguir leyendo…] Compromiso social por la ciencia Master Site Feed Posts […]

  2. Hola juan Jose . Saludos desde Peru, y te felicito por tus articulos, bueno en cuento a la ausencia de «Gurus» en las ciencias del suelo es notorio, pero para algunos como yo, creo que tu eres un «guru» y lo estas haciendo bien. Sin embargo hay otros como Salvador Gonzales Carcedo, que ya no sale en tu blog, que paso, ya es hora que usted lo anime o robe algunos articulos, que son de mucho interes en relacion a la bioquimica del suelo

  3. Muchas Gracias Vidal por tus palabras, pero un (o unos) simpatizante es lo que es y alguien que genera la admiración de parte de una comunidad científica es otra cosa.

    Respecto a Salva, yo también lamento que ya no escriba aquí. El siempre tendrá la puerta abierta y ya se lo he reiterado numerosas veces. Pro hay fases en la vida de una persona en las que dominan ciertas prioridades sobre otras. Yo no puedo obligar a nadie ¿verdad?.

    Un abrazo

    Juanjo

  4. Hola Profesor:

    Le escribo desde Caracas, Venezuela donde soy profesora de esta área de trabajo que realmente me apasiona. Soy ecóloga de formación y desde el planteamiento de mi tesis de licenciatura he recibido numerosas objeciones por mi gusto por hacer «mezclas» no muy heterodoxas (esta terminó siendo de ecología vegetal, microscopia de suelos y bioquímica). Sé también lo que significa ser un primordio de profesor sin nada de apoyo ni aliento institucional y mucho menos por parte de la «vieja guardia» (que no dejan de preguntarte ¿Y quien eres tú?) En fin… no creo mucho en el sistema de publicaciones y escalones (esa es harina de otro costal) y por ahora encuentro la inspiración suficiente en mis estudiantes. En cuanto a usted, lo considero un tutor a distancia, un verdadero «gurú» pues soy lectora frecuente de su blog (en el que me he basado muchas veces para dar clases, lo confieso) y cada vez que lo hago termino repitiendome mentalmente ¡»quiero ser cómo él cuando sea grande»! Siga publicando e iluminándonos, nuestro apreciado gurú. Un abrazo,

    Sol Santander.

  5. Estimada Sol,

    Muchas gracias por tus halagos. Ahora bien ni soy gurú ni me gustaría tener fans que siguieran mis discursos sin reflexionar antes sobre ellos. No tigo que sea su caso, sino en general. Solo deseo hacer entender que hay dos modos de amar la actividad científica. Una es ser un acólito o sicario de lo que dictan sus poderes. La otra deviene en intentar mejorarla porque la práctica científica adolece de muchos defectos. Obviamente también deseo divulgar la disciplina que profeso para intentar mejorar su comprensión de este por el público en general. Y como es mucho, con esto me sobra y me basta.

    Esta muy bien ser heterodoxa. La heterodoxia es transgresiva y de esta última nace sierre la buena ciencia, la innovadora. Repetir lo de los demás como un papagayo degrada la dignidad de nuestra profesión. Sugue así aunque te llevarán algunos disgustos e injusticias de los hortodoxos 🙂

    Ánimos, saludos y muchas gracias.

    Juanjo Ibáñez

  6. Mi amigo y nunca mejor dicho, Vudal Torres:

    Ya vuelvo a la bitácora.
    A veces el silencio es necesario. El que no escriba no quiere decir que esté quieto. A veces la vida te hace parar.

    Gracias por sus palabras de elogio y estímulo, a todas luces inmerecidas.

    Salvador González Carcedo

  7. Que gusto Salva, ustedes ponen el toque de diferencia en esta ciencia maravillosa con lo exquisito de sus aportes; quedo en espera de su valioso aporte.

  8. Juanjo quizá nos seas un guru, pero si eres un lider te guste o no y eso tambien es valido para tue enemigos. Mas cuidado según mis cuates «ociologos» los lideres terminan siendo caciques. Aunque deseo que tus sinapsis sigan tan funcionales como lo han sido por mucho tiempo

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