Nos dirigíamos mi hermana y yo, acompañados de nuestro entrañable amigo Mario y un guía del parque, por una carretera del desierto de Paracas (Perú), cuando este último nos espetó: ¿La carretera tiene buen firme verdad? ¿A que no saben de que esta hecha?. ¿Pues supongo que de asfalto no? ¡Se equivoca!. El camino es de sal. ¿De sal? ¡Si señor!. ¡Paramos y lo comprueba! Bajamos todos del auto, piqué un poco en su margen y me quedé boquiabierto. Efectivamente era una carretera de sal. Un material que en los márgenes aparecería con enorme abundancia deforma natural. Sin embargo, ¡ciertamente, parecía asfalto!. Tal tonalidad era natural, tras pasar por ella los vehículos. Resulta trivial señalar que en los desiertos llueve raramente. Empero si lo hace, parte de la sal de disuelve, cristalizando de nuevo cerrando las grietas aparecidas desde el evento pluvial anterior. ¿Autoreparación? ¡Algo parecido! Quizás sea también costumbre realizar infraestructuras de sal en otros lares, aunque personalmente lo desconozco. Desde luego se evita el uso y transporte del asfalto, resultando pues económicas de construir y con un firme mucho mejor y más liso que los de tierra. ¡No distinguía la diferencia! Eso si, cuando hablamos de ambientes áridos no salinos, probablemente reemplazar el asfalto por la sal sea una actividad menos viable. Del mismo modo, también resulta espurio señalar que bajo climas húmedos no sería una iniciativa recomendable, por cuanto la sal disuelta salinizaría los suelos aledaños.  ¡Un momento!, ¿y que hacer con las salmueras de las plantas desalinizadoras?.

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Carreteras de Sal, Desierto de Paracas, Perú. Foto: Juan José Ibáñez

Ya os comentamos en un post anterior (“solución para la agricultura de las zonas áridas costeras del Pacífico Sudamericano”) como las plantas desalinizadoras y los invernaderos, apelando al uso de energías renovables para transportar el agua desalinizada, podría acarrear riqueza  a muchas zonas litorales del planeta  bajo desiertos o ambientes muy áridos. Ahora bien, el producto residual resultante, es decir la salmuera, puede inducir un impacto ambiental nada desdeñable en los ecosistemas acuáticos aledaños a tales plantas.  No obstante, si pudiera ser extraída, tras desecarse, podría utilizarse como materal para la construcción de carreteras, si se dan las condiciones propicias, soslayando el impacto ambiental mencionado y proporcionando un producto casi tan útil como el asfalto para la construcción de redes viarias. Todo es cuestión de analizar la viabilidad técnica de tal iniciativa. No soy experto en el tema, por lo que tan solo os narro mis divagaciones.  Deberán ser otros los que juzguen, con mayor conocimiento de causa, si se trata de una solución interesante en los ambientes mencionados. Muy ingeniosos los paisanos de la zona. ¡Si señor!.

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La sal: Material de construcción en algunas redes viarias de Paracas, Perú. Foto: Juan José Ibáñez

Juan José Ibáñez

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