Los ciudadanos en España andamos un tato tristes y taciturnos, preocupados por la actitud de nuestra clase política y la crisis económica que los poderes fácticos generaron.  Si escribo uno de los tradicionales post de opinión de los fines de semana me echan de este sistema de bitácoras. ¡Eso seguro!. En cualquier caso, existe ya demasiada indignación en Internet como para seguir abundando en el tema y aburrir a la postre a nuestros lectores latinoamericanos. En consecuencia, durante las próximas tres entregas, expondré fotos de los increíbles paisajes otoñales de la montaña mediterránea del centro y oeste de la Península Ibérica. Tras una larga sequía de dos años, durante octubre y noviembre de 2012 ha caído lluvia en abundancia. Bajo estas condiciones, los paisajes otoñales se me antojan sublimes y en consonancia con la tristeza que muchos ciudadanos padecemos en estos tiempos de crisis. Hoy mostraremos seis imágenes que ilustran tal belleza en la carretera que va desde Arenas de San Pedro a Guisando. Durante el otoño los árboles perennifolios mantienen sus hojas mientras los caducifolios las deprenden lánguidamente, dando lugar durante su marchitez a un bucólico mosaico con un variopinto juego de colores. Se trata de la Sierra de Gredos, un parque nacional, en la Provincia de Ávila. Espero y deseo que al menos alguno, disfrutéis con las imágenes y sus leyendas. Una lástima no poderlas añadir tal cual, sino degradadas para que no se cargue el sistema, ralentizándose la conexión a los ciudadanos que no disponen de banda ancha.  Todas ellas han sido fotografiadas por este impresentable administrador en noviembre de este año del señor. ¡Amen! La próxima semana nos iremos a la Sierra de Guadalupe, en las Hurdes, Extremadura. Las imágenes serán aun más espectaculares, os lo prometo.

guisando-5

Ladera cubierta por pinos, huertos con arboles frutales, olivares y bosques caducifolios de rivera. Al fondo, entre las nubes comienzan a vislumbrarse pequeños bosquetes del roble castellano o melojo. Foto. Juan José Ibáñez

Por lo que respecto a los suelos de la zona, dominan los Rankers, Cambisoles sobre derrubios coluviales y afloramientos rocosos, preservándose en algunos enclaves suelos con horizontes argílicos. Todos ellos atesoran considerables cantidades de materia orgánica, pH moderadamente ácido y una relativa pobreza en nutrientes.

Al otro margen de la carretera, en donde abundaban antaño los pinares, la masa forestal fue pasto de las llamas hace más de diez años. Hoy el paisaje se recupera, debido a que la precipitación de la zona supera los 1.000 mm anuales. No obstante la talla del bosque es escasa, contratando su monotonía con las imágenes que os mostramos hoy en su estructura mosaicista típica de estos ambientes. El sempiterno problema de las repoblaciones forestales con monocultivos de coníferas.  La antigua vegetación potencial consistía del roble castellano (melojo o rebollo), hoy prácticamente devorada por los susodichos pinares.

guisando1

Agua de Lluvia atrapada en tela de araña. Foto. Juan José Ibáñez

 

Ladera cubierta por pinos, huertos con arboles frutales, olivares y bosques caducifolios de rivera. Foto. Juan José Ibáñez

guisando-3

Nuevo mosaico de vegetación en el que también se vislumbran ejemplares aislados de castaños y nogales. Foto. Juan José Ibáñez

guisando-2

Agricultura tradicional de la Montaña Mediterránea. Huertos para consumo familiar. Juan José Ibáñez

guisando-6_0

Parcelas de olivar intercaladas en el paisaje mosaicista con árboles frutales aislados. Juan José Ibáñez 

Juan José Ibáñez

Compartir:

3 comentarios

Deja un comentario