La energía nuclear y el gas natural son verdes, sustentables, o renovables,

Fuente: Colaje imágenes Google

 Ya os hemos comentado que, en mi opinión, la humanidad no tiene remedio, entre políticos mentirosos y la manada ciudadanos tan solo preocupados por su bienestar actual,  pase lo que pase y pese a quien pese. Somos insustentables por naturaleza.

 No muchos  meses después del consabido fiasco de la  Cumbre del Clima cebrada en Glasgow (el lector puede observar, en el enlace como una multinacional enérgica se encumbran en el ranking de Google, a pesar de que su negocio actual pivota en el mercado de los  combustibles Fósiles y sus consecuencias), nos encontramos más descarriados que antes de tal farsa en materia de política ambiental. Tengo la impresión de que la desgasificación, de seguir así, consistirá en prohibir el agua con gas y las botellas de cava o champán, y como mucho, medicamentos contra la flatulencia. El despropósito actual es colosal. La Noticia de hoy que lleva por título: “La Comisión Europea etiqueta como verdes algunas inversiones en gas y energía nuclear”. Y es que en este Planeta cuya gobernanza se encuentra en manos de Gremlins, las palabras y las firmas valen menos que un escupitajo al suelo.  Pura tecnociencia. Tras los accidentes nucleares de Chernóbil y Fukushima, la mayor parte de los Estados europeos frenaron la construcción de centrales, dados sus riesgos humanos y medioambientales, pero también ante la imposibilidad actual de deshacernos de los residuos de forma respetuosa con el ambiente. Y yo me pregunto, ¿tan solo de cara a la galería?. Ha bastado un conflicto fronterizo entre Ucrania y Rusia, como para desatar el pánico del abastecimiento energético de gas en este continente  (La tensión entre Rusia y Ucrania pone en riesgo a Europa por el suministro de gas), como para que Europa intensifique el pulso por la energía nuclear y pida una inversión de 500.000 millones de euros para 2050. Según algunos países de la UE, la energía nuclear debería considerarse como sostenible. Al margen de los propios accidentes conocidos de las centrales nucleares, sus residuos causan problemas de primera magnitud tanto al medio ambiente como a nuestra salud, por lo que son almacenados “temporalmente” en recintos etc., a la espera de que algún día se resuelva el problema. De momento no se ha encontrado tecnología capaz de realizar tal empresa. Y dado que en el semestre donde se debatía por primera vez este asunto bajo la presidencia la ostenta Francia, nos quieren meter un gol, que beneficiaría principalmente a este país, el único en Europa cuyo abastecimiento energético se encuentra cubierto por este tipo de energía en más de un 70 por ciento. No debe pues extrañarnos leer que Francia dispare a niveles récord la venta de energía nuclear a España, entre otros países.

Resumiendo tras los accidentes nucleares, se clama contra la energía nuclear, para a la postre defenderla como ¿verde y sustentable?, por conflictos geopolíticos e intereses patrios. Por cierto el gas no es una energía nuclear pero sí un combustible fósil, que emite menos CO2 a la atmósfera que los derivados del petróleo, pero nada más. Como corolario, en su inmensa mayoría, tampoco puede calificarse de renovable.  Repitámoslo, ni el gas fósil, ni la energía nuclear, pueden considerarse sustentables desde ningún punto de vista, al menos, hasta que por fin tras años y decenios venga el advenimiento de la energía de fusión, menos contaminante, al contrario que la actual de fisión.

En consecuencia, hemos revertido nuestros conceptos y objetivos ¿sustentables?. Lo que hace unos meses era deseable ahora no y viceversa. Así son nuestros Gremlins, los viernes del vino y copas bañadas de veneno. Ha bastado un amago de conflicto (esperemos que el tema se resuelva) para poner todo patas arriba.

Pocos meses después del consabido fiasco de la  Cumbre del Clima En Glasgow, en el cual se hablaba de arreciar los esfuerzos para luchar contra la gravísima contaminación que sufre el Planeta, llega una pandemia retrovírica y nuestros residuos con vistas a evitar contagiarnos acarrea que la OMS nos advierta de la amenaza de residuos médicos por Covid. La cantidad de estos residuos sólidos desparramada en el Planeta ha sido explosivamente espeluznante. Posiblemente los países más desheredados, a los cuales no han llegado por desgracia y rapiña estos productos sanitarios, se les recompense enviándoles sus residuos. La solidaridad en este mundo miserable es así de generosa.

Meses después del consabido fiasco de la  Cumbre del Clima En Glasgow, en la cual se habló de la necesidad de fomentar la agricultura y ganadería ecológica no contaminante, en muchos países los campesinos afectados han entrado en cólera al prohibirse, o al menos intentarlo, las granjas industriales. Tal hecho lo he leído en prensas como las procedentes de Holanda. Ahora bien, en España me he quedado obnubilado. Un ministro defendió tal transición, el Partido en la Oposición entró en cólera llamando a la movilización ciudadana, mientras que el Presidente del Gobierno rehuía la polémica alegando que el mentado ministro había mostrado su opinión muy personal, que no la de la coalición Gobernante. Al perecer nadie, y digo nadie, sabe lo que firmó en la consabida Cumbre del Clima En Glasgow (aunque en este caso concreto no se alcanzaron grandes logros). He esperado unos meses para publicar este post, no sea que me linchen entre todos (políticos, granjeros, etc.). El problema aquí deviene del hecho de que nadie sabe de lo que habla, ni como decirle al público el problema de este tipo de instalaciones es decirel de las granjas industriales.

Ustedes juzguen, reflexionen y actúen en consecuencia. Abajo os dejo alguna noticia así como los enlaces a otras vinculadas con el tema.

Juan José Ibáñez

Continúa………..

COP26 y el neodarwinismo social radical o la fábula del escorpión y la rana

Radio CadenaSer

 

La Comisión Europea etiqueta como verdes algunas inversiones en gas y energía nuclear

La decisión ha creado mucha controversia en Europa al producirse en plena transición energética

Cadena SER Hace instantes – 13:18 h CEST

Madrid

Las inversiones en algunas plantas de energía nuclear y de gas serán etiquetadas como sostenibles, según las reglas propuestas por la Comisión Europea el miércoles. Un plan que ha dividido a países e inversores, y que algunos legisladores intentarán bloquear. «Bajo condiciones estrictas, el gas y la energía nuclear pueden actuar como puente hacia un sistema energético más verde como actividades de transición», ha defendido el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, en Twitter. Sin embargo, la comisaria europea reconoce que esta propuesta «no es perfecta» pero «es lo que hay».

Nuevas reglas

Bruselas ha tardado más de un año en decidir si el gas y la energía nuclear deben contar como inversiones verdes en la taxonomía de la Unión Europea (UE), un libro de reglas para guiar las inversiones para ayudar a recaudar las cantidades masivas de capital privado necesario para cumplir con los objetivos de cambio climático de la UE.

Más información

En las reglas finales publicadas el miércoles, las plantas de energía a gas serían etiquetadas como verdes esta década si alcanzaran un límite de emisiones de 270 g de CO2 equivalente por kWh, o si tuvieran emisiones anuales por debajo de 550 kg CO2 por kW durante 20 años. Eso podría incluir plantas de gas con emisiones de CO2 relativamente altas en la actualidad, siempre que cambien a gas con bajo contenido de carbono o reduzcan sus horas de funcionamiento en años posteriores.

Las plantas de gas también deben cambiar para funcionar con gases bajos en carbono para 2035. Se eliminó un requisito en un borrador anterior, para que las plantas comiencen a cambiar en 2026. Las nuevas plantas nucleares deben recibir permisos de construcción antes de 2045 para obtener una etiqueta de inversión verde y estar ubicadas en un país con un plan y fondos para eliminar de manera segura los desechos radiactivos para 2050.

Gran controversia

La etiqueta verde de energía nuclear y gas ha enfrentado oposición en múltiples frentes, de sus asesores expertos en las reglas, algunos inversores y países, lo que refleja divisiones más amplias entre los gobiernos sobre el camino para cumplir el objetivo de la UE de cero emisiones netas para 2050. Los países de la UE y el Parlamento Europeo tienen cuatro meses para bloquear potencialmente las reglas, lo que podría ser realizado por una gran mayoría de 20 de los 27 países de la UE -un umbral que se considera poco probable- o por la mayoría de los legisladores. Los legisladores verdes de la UE dijeron el miércoles que harían campaña por los 353 votos necesarios para bloquear la propuesta, y ya tenían aproximadamente 250.

«Todavía hay una posibilidad de detener esto», dijo el legislador verde alemán Michael Bloss. Austria y Luxemburgo han amenazado con emprender acciones legales si la energía nuclear obtiene una etiqueta verde, citando preocupaciones sobre accidentes y desechos nucleares. Los estados pronucleares, incluida Francia, dicen que la energía nuclear libre de CO2 es crucial para cumplir los objetivos climáticos. El gas es igualmente divisivo, con Polonia y Bulgaria entre los estados que dicen que se deben alentar las inversiones en gas para eliminar gradualmente el carbón más contaminante. Dinamarca, Irlanda y otros dicen que etiquetar el combustible fósil como verde socavaría el liderazgo de la UE en la lucha contra el cambio climático. Si se aprueba, las reglas de gas y nuclear se aplicarían a partir de enero de 2023, cuando los proveedores de productos financieros deben revelar qué parte de sus inversiones cumplen.

La OMS advierte de la amenaza de residuos médicos por Covid 

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