El calentamiento climático no lineal nuestra su crueldad contra la soberanía alimentaria
Fuente: Colaje imágenes Google
Que tristeza de sociedad, Que desgracia vivir sometido a una cultura en la cual sus poderes se desentienden de las atrocidades que afectan hoy a la especie humana. Todos somos culpables, aunque unos más que otros. Parece como si” los jinetes del apocalipsis”, iracundos, lanzaran sus iras sobre nosotros despiadadamente. Empero somos todos nosotros los genuinos responsables. La noticia que os mostramos hoy lleva por título “Cómo el cambio climático amenaza a la agricultura mundial”. Y considero que se podía haber redactado un texto, aún más dramático, pero realista. Las revistas científicas y las de la prensa general se quedan cortas. Yo os recomiendo que leáis diariamente Terradaily, para que entendáis la cruda realidad que azotan a unos países más que otros, pero que en cualquier momento va a empeorar si seguimos con las estupideces de las COPs, que parecen ser eventos que son mejor aprovechados por los lobbies que calientan el clima que para los que intentan mitigarlo.
Cambiando los patrones climáticos que disfrutamos en el pasado, hoy en día muchos humanos se ven tanto o más afectados por los cambios de magnitud y frecuencia de los eventos extremos, que, por el exclusivo aumento de las temperaturas, ya de por sí tremendos. Nos referimos a gravísimas sequías, megainundaciones, incendios forestales, etc. Y el problema es que no resulta infrecuente que se precipiten unos tras otros sin dar tregua. Por ejemplo, tras las megasequías no es extraño que lleguen megainundaciones. En lo que respecta a la producción de alimentos, los primeros arruinan las cosechas generando hambrunas para que poco tiempo después (a veces semanas) arrecien las lluvias sobre un suelo descarnadamente desnudo que es fácil presa de ser erosionado y arrastrado por las aguas. Soslayamos aquí huracanes, tornados, tormentas de viento, y otros aspectos que serían largos de detallar.
No cabe pues negar que nos encontramos ante una encrucijada de la que no podemos escapar. Se insiste en las predicciones, empero los sistemas complejos no lineales, sino intrínsecamente impredecibles. En la noticia puede leerse: “La agricultura es a la vez causa y víctima del calentamiento global”. Cabría matizar que no todo tipo de manejo agrario, sino esencialmente los de la agricultura industrial. Ya os comenté que el verdadero significado de lo que se llamó “revolución verde” debiera haber sido comida para hoy y hambre y miseria para mañana. E insistimos una y otra vez, ¿Cómo se puede predecir lo imprevisible?
Mientras tanto, seguimos batiendo récords de emisiones de gases de invernadero un año tras otro, como si nuestra tragedia no nos afectara, como si tuviéremos prisa en autodestruirnos. ¿Se puede ser más estúpido?
Las recetas sectoriales aquí no sirven de mucho, aunque algunos poderes insisten “ere que erre” en eliminar los pedos de los rumiantes, que cosechemos en Jardines verticales (sin suelo), que sustituyamos el ganado por productos sintéticos, como lo cultivos celulares, etc. En el más optimistas e ingenuo de los casos volveríamos al “pan para hoy y miseria para mañana”.
Lo que se trataría es de cambiar las reglas de gobernanza mundial al estilo de un gran reseteo, aunque no precisamente como el que vaticinan y desean algunos. Y sin ir más os dejo de la noticia, no sin antes dejaros enlaces previos en los que advertía de lo que se avecinaba. Y estas ideas, datos y teorías que exponen comenzaron a surgir en la década de los años ochenta del siglo pasado. ¿Por qué el IPCC no las aceptó, hasta que fue demasiado tarde?.
Juan José Ibáñez
Continúa…..
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Cómo el cambio climático amenaza a la agricultura mundial
Por Sofia BOUDERBALA, Linnea Pedersen; París (AFP) 7 de diciembre de 2023
Desde la peor sequía en cuarenta años en el Cuerno de África hasta las olas de calor sin precedentes en Argentina, los fenómenos meteorológicos extremos provocados por el cambio climático amenazan con perturbar la agricultura mundial, incluso en las zonas templadas que antes se habían librado.
– Inseguridad alimentaria –
La agricultura es a la vez causa y víctima del calentamiento global.
Representa casi una cuarta parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, principalmente del ganado y los fertilizantes.
Pero al mismo tiempo, el aumento de las temperaturas, los cambios en los patrones de precipitación y la mayor frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos están poniendo en riesgo la seguridad alimentaria, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
En su evaluación más reciente del cambio climático, los científicos del IPCC proyectaron que hasta 80 millones de personas estaban en riesgo de hambre a mediados de siglo, principalmente en África subsahariana, Asia meridional y América Central.
Las temperaturas más cálidas contribuyen a aumentar la gravedad y la frecuencia de las sequías.
En Etiopía, Somalia y Kenia, «cinco temporadas consecutivas de lluvias por debajo de la media dejaron a 23,4 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria aguda», reveló un informe del Programa Mundial de Alimentos publicado en julio.
La sequía diezmó los rebaños de ganado y redujo el suministro local de alimentos, lo que a su vez hizo que los precios de los alimentos se dispararan.
Luego, después de años de sequía, fuertes inundaciones azotaron partes de Somalia y Kenia en noviembre, amenazando con exacerbar la crisis alimentaria.
En Argentina, los cultivos fueron los menos saludables en 40 años después de que la sequía y las temperaturas récord afectaran gravemente las cosechas de trigo y soja, dijo el grupo World Weather Attribution (WWA) a principios de este año.
En la última temporada de cultivo, Argentina experimentó una caída del 30 por ciento en la producción de maíz, su volumen más bajo desde 2015. Y aunque la producción de trigo aumentó un 20 por ciento, se mantuvo por debajo de lo normal, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Pero los fenómenos meteorológicos y sus impactos en los cultivos pueden ser difíciles de relacionar directamente con el cambio climático.
Según la WWA, el calor récord en Argentina era aproximadamente 60 veces más probable como resultado del cambio climático. Pero aunque el calor exacerbó el impacto de la sequía en la agricultura, el grupo no podía «atribuir con confianza la escasez de lluvias al cambio climático».
El cambio climático también está aumentando los eventos de precipitaciones extremas que amenazan las cosechas. El exceso de lluvia pudre los cultivos, hace que la siembra o la cosecha sean casi imposibles y aumenta la erosión del suelo.
El año pasado, las inundaciones en Pakistán provocaron una pérdida estimada de 2.300 millones de dólares en cultivos alimentarios después de que «el cambio climático probablemente aumentara» las lluvias monzónicas extremas en el país, dijo la WWA.
Y en 2021, una inusual ola de frío provocada por el clima en Francia provocó «daños muy graves» en las vides y los árboles frutales.
– ‘Gran impacto’ –
«Si hay escasez de agua en el momento del crecimiento de las plantas, o justo antes de la floración, tendrá un gran impacto en la producción de cereales«, dijo Thierry Caquet, del instituto de investigación francés INRAE, que trabaja en la adaptación agrícola al cambio climático.
«Una temperatura alta, con o sin agua, atrofiará el crecimiento de los granos«, agregó.
El agua afecta el número de mazorcas de los cereales y, por lo tanto, el volumen de la cosecha, mientras que la temperatura afecta su calidad.
La falta de agua también conduce a una escasez de forraje.
Los abrevaderos secos y la falta de pasto para el pastoreo a menudo diezman los rebaños en el Sahel o el Cuerno de África. Incluso en la Europa más templada, la leche de las razas lecheras se reduce a altas temperaturas.
«El ganado vacuno y ovino, cuyo interior se calienta durante la fermentación, es particularmente sensible a ella. Un pico de calor de 40 grados Celsius (104 Fahrenheit) puede matar a una vaca», dijo Caquet.
– Mitigadores útiles –
Alrededor del 60 por ciento de los alimentos del mundo provienen de la agricultura de secano, y el resto se ve favorecido por el riego.
A medida que el mundo se calienta, la demanda de riego aumentará, porque los cultivos necesitan más agua para compensar la transpiración. Las verduras con alto contenido de agua, como los tomates y los melones, son particularmente difíciles.
El IPCC estima que las sequías causaron una pérdida del 25 por ciento en el rendimiento de los cultivos a nivel mundial entre 1961 y 2006 y las señaló como «un importante impulsor de la reducción del rendimiento«.
Si el planeta se calienta entre 1,5 y 2 grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales, las pérdidas relacionadas con la sequía aumentarán entre un 9 y un 12 por ciento para los cultivos de trigo y más del 18 por ciento para el arroz para 2100, estimó en un informe de 2019.
Hay formas de adaptar la agricultura al aumento de las temperaturas, como el cambio a cultivos menos intensivos en agua, el uso de semillas resistentes a la sequía, la reducción de la erosión del suelo y la adopción de sistemas de riego eficientes.
Pero son «mucho menos efectivos a 2 °C o 3 °C», dijo el IPCC en el informe.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente advirtió el mes pasado que el planeta está en camino de un calentamiento desastroso de entre 2,5 y 2,9 grados centígrados para 2100.